Bram Stoker

Bram Stoker. Abraham "Bram" Stoker, nacido el 8 de noviembre de 1847 en Clontarf, Irlanda, y fallecido el 20 de abril de 1912 en Londres, es un nombre que resuena en los anales de la literatura como el creador de una de las obras más icónicas y atemporales del género de terror: "Drácula" (1897). Sin embargo, la vida de Stoker es un relato fascinante en sí mismo, marcada por su salud frágil, su amplia formación académica y sus incursiones en el mundo del teatro y la crítica literaria.

Stoker nació en una familia burguesa, donde los libros y la cultura eran su principal riqueza. Su infancia estuvo plagada de enfermedades que lo confinaron a la cama durante sus primeros siete años. Durante este tiempo, su madre, Charlotte Mathilda Blake Thornley, le narraba cuentos de fantasmas y misterios que más tarde se convertirían en una fuente de inspiración crucial para su obra maestra.

La recuperación de Stoker a los siete años marcó el inicio de su educación formal en el Trinity College, donde obtuvo distinciones en matemáticas y ciencias en 1870. Durante su tiempo en la universidad, demostró ser un campeón en atletismo y ocupó el cargo de presidente de la Sociedad Filosófica. Además, trabajó como funcionario en el castillo de Dublín, mientras su padre ocupaba un alto cargo. Este período de su vida también lo vio incursionar en la crítica de teatro para el Dublin Evening Mail y la crítica de arte para diversas publicaciones en Irlanda e Inglaterra. Stoker incluso aprobó los exámenes de Derecho, lo que le permitió ejercer como abogado en Inglaterra.

Sin embargo, su destino estaba destinado a llevarlo a un camino literario diferente. Su crítica de teatro lo conectó con Sheridan Le Fanu, un renombrado escritor de novelas góticas, cuyas historias, incluida la famosa "Carmilla" sobre una vampiresa, influyeron en gran medida en Stoker. Su laudatoria crítica de la actuación de Henry Irving en "Hamlet" lo llevó a trabajar como secretario personal de Irving y gerente del Lyceum Theatre de Londres.

Mientras trabajaba en el teatro, Stoker también desempeñó el papel de crítico literario para el Daily Telegraph y escribió varias novelas, como "The Snake's Pass" (1890) y, por supuesto, "Drácula" (1897). Esta última obra se ha convertido en un hito del género de terror, explorando las complejidades del vampirismo y la lucha entre el bien y el mal. Fue inspirado en parte por figuras como Henry Irving y Franz Liszt, y se ha convertido en un legado literario perdurable que ha influido en generaciones de escritores y cineastas.

La vida y obra de Bram Stoker trascienden su papel como el autor de "Drácula". Es un testimonio de un hombre que superó adversidades, bebió profundamente del mundo literario y teatral de su época y dejó una huella indeleble en la literatura de terror. Su legado perdura en cada página de sus escritos, que continúan cautivando a lectores de todo el mundo.