François-René de Chateaubriand

Girodet de Roucy-Trioson, Anne-Louis; Francois-Rene de Chateaubriand (1768-1848); The New Art Gallery Walsall; http://www.artuk.org/artworks/francois-rene-de-chateaubriand-17681848-19300

François-René de Chateaubriand. François-René, vizconde de Chateaubriand (1768-1848), figura colosal del Romanticismo francés, nació en el paisaje embravecido de Saint-Malo y maduró entre las torres de su ancestral castillo en Combourg. En el torbellino de la Revolución, se enroló en los círculos literarios de París y, ante la efervescencia de 1789, optó por la pluma, capturando con aguda observación los eventos revolucionarios y anotando los debates de la Asamblea Nacional.

Este romántico por antonomasia, emprendió un viaje exótico a los Estados Unidos en 1791, donde se cree que se encontró con George Washington. Su estancia inspiró novelas como "Les Natchez" (1826), "Atala" (1801), "René" (1802) y "Yemo" (1805). El retorno a Francia, marcado por la ejecución de Luis XVI, lo llevó a unirse al ejército realista, resultando herido en Thionville.

El exilio lo condujo a Londres durante el Reinado del Terror, período que nutrió su obra "Essai historique sur les Révolutions" (1797). Chateaubriand alcanzó renombre entre los emigrados, financiando su vida con sus escritos y clases de francés. En 1802, floreció con "El genio del cristianismo", una apología que reflejaba el resurgimiento religioso postrevolucionario en Francia.

Su relación con Napoleón fue volátil; admirador inicial, Chateaubriand se distanció, y su crítica en "De Bonaparte et des Bourbons" (1814) provocó la ira de Napoleón. Después del imperio, retornó a la política, enfrentando la animosidad debido a sus opiniones ultramonárquicas. Sirvió como embajador y ministro, influyendo en la restauración del absolutismo en España y enfrentándose a la caída de Luis XVIII.

En 1830, renunció a jurar lealtad a Luis Felipe, marcando el cierre de su carrera política. Dedicó sus últimos años a escribir las "Memorias de ultratumba" (1848-1850), una obra monumental que abarca cuatro décadas y refleja sus reflexiones sobre la Revolución, el Romanticismo y su propio legado. Descansa en la isla de Grand-Bé, su tumba enfrentando el vasto mar, como un epílogo poético de su vida extraordinaria. El legado literario de Chateaubriand, desde la epopeya de "Atala" hasta las introspectivas "Memorias", sigue siendo un faro en la historia de la literatura.