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Fernando Velázquez Medina y una novela cubana de piratas

Fernando Velázquez Medina (derecha) junto al escritor español Antonio Muñoz Molina

Isliada publicó recientemente un fragmento de El mar de los caníbales, lanzada por la Editorial Letras Cubanas. Ahora presentamos una entrevista al autor de esta novela, Fernando Velázquez Medina, que le hiciera su compatriota José Manuel Prieto, el conocido novelista de Livadia.

JMP: Cuéntame sobre la génesis del proyecto. Me decías que era una trilogía, de la cual esta es la primera entrega, bajo el título El mar de los caníbales

FVM: Se trata de un juego de palabras sobre algo que ocurrió a durante  del descubrimiento de América, cuando los españoles “chocaron” con los indios Caribe y estos se comieron a un español; posteriormente Colón le preguntó a otros indígenas sobre esos indios tan fieros que se comían a las personas, quiénes eran, cómo se llamaban, y la palabra que le dan los indios, taínos o siboneyes, es algo parecido a caribe, caníbal o caliban; eso fue lo que oyeron  o entendieron, y son los términos que sobreviven. Hubo quienes lo entendieron de otra manera, porque era un vocablo desconocido hasta entonces.

JMP: Exacto. Era una palabra que no se conocía en Europa. Allá, cuando se mencionaba a humanos que comían personas, se les decía antropófagos, del griego anthropos (hombre) y phago (comer), comedores de hombres. De esta manera por medio de los españoles e italianos que venían con Colón, entra a los distintos idiomas europeos la palabra caníbal, con el significado de indios que comen cristianos…  Cuéntame del personaje principal de la novela, Diego Grillo, que me parece muy interesante y singular.

FVM: Leí hace años en Cuba, en una revista, acerca de un pirata cubano llamado Diego Grillo; el cual, en algún momento, había estado con Francis Drake como miembro de su tripulación. Me llamó mucho la atención que un mestizo cubano del siglo XVI se hubiera encontrado con Francis Drake, y hubiera logrado adaptarse, que no lo vendieran como esclavo, porque Francis Drake llegó a América vendiendo esclavos negros con su primo, Sir John Hawkins quien era mayor que él, y lo había enrolado en una de sus tripulaciones, porque Drake había sido marino de cabotaje. Me pregunté: ¿cómo un negro cubano andaba con Francis Drake y este no lo vendió como esclavo?

Investigué en Cuba, como pude, acerca de esto, y luego continué en el exterior  explorando la vida de Francis Drake, y me di cuenta que Drake no era tratante de esclavos; él realmente empezó vendiendo mercancías y esclavos en América, para romper el monopolio español. Llegaba a un lugar y amenazaba con bombardearlo si no le compraban lo que llevaba, y en muchos casos, como cuando asaltó en Panamá reatas de mulas con oro y plata, se puso de acuerdo con los negros cimarrones y con indios rebeldes para atacar a los españoles. Él les pagó en armamentos, herramientas, ropas y parte del botín, no se llevó a ninguno como esclavo.

JMP: ¿Y cómo crees que haya llegado a la tripulación de Francis Drake este Diego Grillo? ¿En tu novela hablas sobre esto?

FVM: Si, en realidad ese es el final de la novela. Como un preámbulo de todos los demás eventos que quiero contar.

JMP: Lo que sería la segunda parte de la trilogía.

FVM: Exacto. En este caso, según la primera versión que yo leí —que no tenía muchos datos—, Grillo iba de grumete en una embarcación rumbo a La Habana, cuando Francis Drake asaltó el barco y luego dejó toda la tripulación en Cuba, pero Diego se queda con él, por razones que no se conocen bien. En la leyenda nunca se aclara el porqué.

JMP: Ahí es donde tú encajas la ficción.

FVM: Lo que yo hice fue, basándome en otra fuente, un libro escrito por el historiador canadiense Samuel Bawlf que se titula, El viaje secreto de Francis Drake, que cuenta la circunnavegación del planeta que él realizó después de Magallanes. Narra cómo el gobierno de Inglaterra, el de Isabel I, desapareció los documentos que relataban ese viaje, porque, según el autor, Francis Drake tenía la encomienda de encontrar un paso como el de Magallanes, pero por el norte; es decir, dar la vuelta a toda América, entrar por un canal que debía enlazar supuestamente el Pacífico con el Atlántico partiendo lo que hoy es  Canadá, y salir al Atlántico del Norte, pero como ese paso no existe, tuvo que cruzar el Pacífico, el Indico y bajar hasta el cabo de Buena Esperanza en África y dar la vuelta por allí. ¿Por qué hace eso? Porque no podía regresar de nuevo por el estrecho de Magallanes, Él había atracado muchos barcos y ciudades por esas áreas; los españoles estaban alertas y lo querían atrapar, sobre todo porque había hecho algo que ningún europeo hiciera, aparte de los españoles, que era precisamente atravesar el estrecho de Magallanes.

JMP: ¿Y Grillo está en la tripulación de Drake durante esa circunnavegación ?

FVM: Sí, él participó. De eso no tengo pruebas de primera mano, pero en el estudio del historiador canadiense, se menciona que había una persona de mucha confianza junto a Francis Drake, un negro llamado Diego, a quien había encontrado en Centro América.

JMP: Entonces es un personaje sólidamente histórico, digámoslo así.

FVM: Un poco difuminado por estar al lado de una leyenda, de una figura tan increíble como la de Francis Drake, uno de los piratas más famosos de toda la historia; si bien Drake no era meramente un pirata: él llevaba a cabo ataques que estaban sancionados por la reina de Inglaterra, por eso ella lo hizo vice-almirante.

JMP: Puedes hablar un poco más de la trama de tu novela, para que los lectores puedan saber de qué va el libro…

FVM: Comienza con un hecho violento en la costa de actual la Isabela de Sagua, en la costa norte de Cuba a mediados del siglo XVII, protagonizado por un Diego Grillo muy viejo y retirado del mar; y ese capítulo finaliza cuando él comienza a contar, por escrito, su infancia en una aldea de pescadores llamada La Habana, de los problemas con la Inquisición que lo obligan a partir en un viaje de exploración por todo el Caribe, porque lo quieren quemar vivo, acusándolo de la muerte de un inquisidor, porque ocurrieron varios asesinatos sádicos en La Habana, y una jovencita —ahijada de Diego Landa que fue tercer obispo de Yucatán— acusa a Diego de estar cerca del lugar de las muertes, lo cual no era cierto, porque entonces estaba retenido en el Castillo de la Fuerza. Lo que se da a entender es que la muchacha es la asesina, una psicópata, que empieza a perseguir al Diego adolescente, cuyo padrino era alférez del ejército español, un alto rango en La Habana, un pueblucho por ese entonces donde no había muchos soldados u oficiales. Este padrino habla con un prelado italiano de paso por La Habana, para que lo enrole en su viaje de exploración del Caribe, con permiso de los reyes y del Vaticano, para terminar en Centro América y examinar las pirámides de los mayas. El sabio sacerdote se llama Uberto Eco.

JMP: Me llama mucho la atención que el mundo de los piratas, esta experiencia que fue tan importante para Cuba, no haya tenido una repercusión literaria al mismo nivel que la que ha tenido en el mundo anglosajón. Las novelas más importantes de piratas no han sido escritas en español, sino mayormente en inglés. Y las grandes versiones cinematográficas están basadas —al menos las que recuerdo de mi infancia, de Errol Flynt y otros—, pasando por filmes recientes como Piratas del Caribe, se inspiran en esas grandes novelas de piratas como La isla del tesoro. Creo que es de gran mérito que hayas aprovechado esa idea. Y otra pregunta: ¿Piensas que tu novela dialoga, de algún modo, con otras novelas históricas cubanas? ¿En qué autores pensaste a la hora de escribir tu libro?

FVM: Lo que adopté como ejemplo, es el tipo de tratamiento de la historia de Fernando del Paso en Noticias del Imperio. Por supuesto, existen libros con otra visión de la historia, como El mundo alucinante, de Reinaldo Arenas; El negrero, de Lino Novás Calvo; y La tejedora de coronas, del colombiano Germán Espinosa; pero que están situados en otros siglos. Sobre el inicio de la colonización de América, los autores que leí fueron los conquistadores, el libro de Cabeza de Vaca; la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo; los diarios de Colón; La Historia de la destruición (sic) de las Yndias de Bartolomé de Las Casas y otras crónicas de Indias.

JMP: ¿Cuánto tiempo te tomó escribirlo?

FVM: Realmente, escribirla, unos tres años, pero el proceso completo, como cinco. Venía con esta idea desde principios de los 80. Recuerdo que en los ochenta y tantos, publiqué en el diario Juventud Rebelde, gracias a Leonardo Padura, un artículo —muy malo— sobre Diego Grillo. Estuve acumulando datos durante los últimos 20 años, leí muchos libros y artículos sobre la época isabelina, sobre Felipe II y la Cuba colonial; descubrí que prácticamente Cuba, La Habana era el centro neurálgico del Imperio español, que se extendía desde el sur de Italia hasta Filipinas.

JMP: De donde salía el famoso Galeón de Manila.

FVM: Exactamente. Dos veces al año el galeón iba y venía de México, se pagaba la mercancía asiática con plata mexicana, y era enviada a España. Vía Acapulco, Veracruz y La Habana.

JMP: ¿Qué lector tenías en mente cuando escribías tu novela?

FVM: Puede ser perfectamente para un adolescente que tenga interés por la aventura y la historia. Adultos que quieran echar una ojeada al pasado. En el libro se habla un poco de filosofía, de religión por medio del sacerdote que se hace tutor de Grillo, y que está al frente de la expedición por el Caribe, investiga cuestiones que son de interés tanto personales, como para su Orden;  cuenta cómo se vivía en La Habana y en Santo Domingo —considerada entonces la capital del Caribe—, pero ya en ese tiempo comenzaba su decadencia como tal, en tanto La Habana crecía en importancia por la presencia de la flota. La Habana tenía unos tres mil habitantes fijos, pero en un momento dado podía tener cinco, seis o siete mil personas a causa de la población flotante.

JMP: Me parece que el personaje Diego Grillo, pirata y negro, tan cercano a Francis Drake , tiene un gran potencial cinematográfico. Considero que es una historia muy aprovechable para el cine. ¿Qué piensas tú?

FVM: Eso me han dicho muchos de los que ya lo leyeron: “Esto es una película”. Y yo les digo “sí, pero es un proyecto costoso y los que invierten dinero en el cine son los norteamericanos; ellos tendrían que enterarse, publicarlo en inglés…. Y luego lo convertirían en una farsa”.

JMP: Me alegro mucho, creo que esta es una gran oportunidad para ti

FVM: Pero además, le propusieron al Ministerio de Cultura presentarla al premio Alejo Carpentier.

JMP: ¿Y cuándo se dictamina el premio?

FVM: No, no, no… Ocurrió que ellos propusieron eso, pero cuando el Ministerio dijo que sí, hubo personas de otras instituciones que tienen que ver con el Premio, que lo vetaron por considerar que el libro es de un autor que vive en el extranjero, y que ese premio debe ser únicamente para escritores cubanos que vivan en Cuba.

JMP: Pero tú eres un escritor cubano.

FVM: Sí, pero quieren que además vivas en Cuba. Sé que después han surgido discusiones al respecto, de si un escritor cubano en el extranjero pueda llegar a ser Premio Nacional de Literatura. Hay gente joven que lo está proponiendo. Por ejemplo, que se te considerara a ti, a José Kozer, Matías Montes Huidobro, Félix Luis Viera, Abilio Estévez… a algunos escritores que se han hecho  un nombre… Pero salieron “intelectuales” diciendo que hay muchos escritores en Cuba, ancianos, que merecen ese premio, como ayuda económica, como una especie de seguridad social literaria, no por los méritos intelectuales y artísticos, sino por haberse quedado en Cuba y andar por los 80 años.

JMP: Dime una cosa, esta novela no es una ruptura en sí, sino una diversificación de la línea de tu novela anterior, Última rumba en La Habana. ¿De qué manera están vinculadas?

FVM: En que ambas tienen que ver con Cuba, tienen a La Habana, en gran medida como un personaje. Quizás menos en este nuevo libro, donde El Caribe es más protagónico. Se amplía la visión a todo El Caribe, este joven Diego sale de La Habana, va a Santo Domingo, a la isla Margarita en Venezuela, al Orinoco,  a Cartagena de Indias, y termina en Centro América, en Yucatán, donde Francis Drake lo salva de la Inquisición, porque el obispo de Yucatán lo perseguía para matarlo.

JMP: La novela tiene también esa veta o intención de familiarizar al lector con ciertos datos históricos.

FVM: Quería recrear la vida de entonces, que nos diéramos cuenta, que dependíamos de Europa, pero Europa dependió financieramente de Cuba, de La Habana. Si había una tormenta en el medio del Caribe, la flota no salía, se quedaba en La Habana; y al no salir la flota, el dinero, las joyas y todas las mercancías llegaban tarde a España, y España tenía que pagar intereses por esa demora de la flota a los banqueros alemanes, florentinos y genoveses. Era increíble la importancia económica de los puertos del Caribe: La Habana, Veracruz y Cartagena.

JMP: La inserción de Cuba en un escenario global, digamos…

FVM: Exacto. Es cuando comienza realmente la “globalización”, al menos en Occidente, y La Habana adquiere de pronto un lugar importantísimo como centro de todo el comercio del imperio más grande del mundo, que debía pasar por allí, para recibir el visto bueno de lo que iba a enviarse a España.

JMP: Como lo define Benítez Rojo en su ensayo La isla que se repite, había una máquina, que tenía como sede varios puntos del litoral del Atlántico, varias ciudades importantes, entre ellas La Habana, pero que se extendía hasta ciudades como Liverpool,..

FVM: Fue un edicto real, cuando el rey ordenó que todos los buques debían reunirse en La Habana, eso cambió la historia de Cuba. Nunca estudiamos eso  en Cuba; nos explican el monopolio que le otorgaron a Sevilla, pero no que La Habana tenía otro monopolio: todo el que saliera para España tenía que ir a La Habana; y de ahí a Sevilla..

JMP: Dime algo para los lectores: ¿Los libros van a estar disponibles en Amazon, o como se pueden comprar?

FVM: El libro realmente sólo está disponible en Cuba, y aun así no muy disponible. Mucha gente lo ha ido a buscar a las librerías y les han dicho “me mandaron 50 y se acabaron”. Se ha convertido en un pequeño éxito. Ya en la revista Esquife de la Asociación Hermanos Saiz, Daniel Céspedes alabó la estructura y el lenguaje del libro. Las noticias son buenas y espero que el libro despierte el interés por la historia post colombina de Cuba y el fenómeno del crecimiento e increíble enriquecimiento de La Habana.

José Manuel Prieto. La Habana, 1962. Narrador, ensayista y traductor

Estudió Ingeniería Electrónica en Novosibirsk, Rusia. Hizo un Doctorado en Historia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y enseñó en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) de ese mismo país entre 1994 y 2004. Ha obtenido las becas Margaret and Herman Sokol Fellow at The Dorothy and Lewis B. Cullman Center for Scholars and Writers, en la Biblioteca Pública de Nueva York; Sistema Nacional de Creadores de México; Santa Maddalena Foundation (Florencia) y John Simon Guggenheim Memorial Foundation. Ha publicado los libros Nunca antes había visto el rojo (La Habana, 1996, cuentos); Livadia (Mondadori, 1999, novela); Enciclopedia de una vida en Rusia (Ed. CONACULTA, 1998, novela); El tartamudo y la rusa (Tusquets Editores, 2002, cuentos); Treinta días en Moscú (Mondadori, 2001, novela) y Rex (Anagrama, 2007, novela). En la actualidad reside en Nueva York, donde concluyó recientemente la novela Voz humana.