Ficción

Abril, en Río, en 1970

Rubem Fonseca

"Nely vivía en un departamento de dos ambientes en la playa de Botafogo, con una compañera que sabía de nuestro asunto, una chica medio jorobada que se llamaba Margarida, muy buenita; cuando yo iba a dormir con la Nely, ella se iba a dormir al living, se acostaba en el sofá y fingía no oír los gemidos que provenían del dormitorio..."

El marica

Abelardo Castillo

"O a lo mejor no eran tus manos, a lo mejor era todo, tus manos y tus gestos y tu manera de moverte, de hablar. Yo ahora pienso que en el fondo a ninguno de nosotros le importaba mucho, y alguna vez lo dije, dije que esas cosas no significan nada, que son cuestiones de educación, de andar siempre entre mujeres, entre curas..."

El camino al cementerio

Thomas Mann

"Por el camino al cementerio solo iba un hombre. Caminaba despacio, con la cabeza baja y apoyado en un bastón negro. Este hombre se llamaba Piepsam, Lobgott Piepsam, y de ninguna otra manera. Hemos indicado expresamente su nombre porque en lo sucesivo va a comportarse de la forma más singular..."

La marca en la pared

Virginia Woolf

"Pero en cuanto a la marca, no estoy segura; no creo que haya sido provocada por un clavo después de todo. Es demasiado grande, demasiado redonda. Debería levantarme, pero si lo hago y la miro, apuesto diez a uno que no sabría decirlo, pues cuando algo está hecho, nunca nadie sabe cómo sucedió..."

Cuento del canario, las pinzas y los tres muertos

Jorge Ibargüengoitia

"A pesar de estar a veinte metros de una calle muy transitada, durante muchos años mi casa estuvo rodeada de los terrenos selváticos que habían sido de la Compañía de Jesús y se habían convertido en basurero, excusado público, refugio de mendigos, casino de tahúres indigentes y lecho de parejas pobres o urgidas..."
Amistad

El precio de la amistad

Kjell Askildsen

"Pronunciaste un discurso y todo, dijo él. Oh, Dios mío, dije yo. Fue un bonito discurso, dijo él, hablaste de la amistad. No contesté; no me sentía muy a gusto. Por suerte, llegó la mesera con la comida..."

Él siempre metiendo la pata

Saul Bellow

"Me pregunto si usted me recuerda siquiera, de algún modo distinto que la persona que la hirió —un hombre alto y, en aquella época, muy moreno, con bigote (no muy grueso)—, físicamente una persona singular, con un aire de camello, y un toque divertido en su conjunto..."

El ausente

José Luis González

"Un hombre esperaba a la vera del camino. La vieja —vejez prematura de cuarenta y cinco años— salió al encuentro del desconocido. Los que estaban en la casa se alarmaron al oír el grito de la mujer..."

El primer milagro

Azorín

"El pastor se ha retrasado un poco esta noche. El pastor regresa de los prados próximos al pueblo, todas las noches, poco antes de sentarse a la mesa el anciano. El pastor apacienta una punta de cabras y un hatillo de carneros..."

Náusea, 1979

Haruki Murakami

"Fue después de uno de esos encuentros cuando me habló de sus náuseas. Estábamos en su apartamento, bebiendo whisky y escuchando discos. De hablar de música pasamos a hablar de whisky y esto nos llevó a las borracheras..."

Compasión

Vicente Blasco Ibáñez

"Todos en el Círculo hablaban de la ruina de Sagreda con discreta compasión. ¡El pobre conde! ¡No caerle una herencia nueva! ¡No encontrar una millonaria americana que se prendase de su persona y sus títulos!… Había que hacer algo para salvarle..."

Aventura

Sherwood Anderson

"En Winesburg la joven antes amada se convirtió en mujer. Cuando cumplió veintidós años su padre, propietario de una tienda de reparación de guarniciones, murió repentinamente. El guarnicionero era un viejo soldado y, a los pocos meses, su mujer obtuvo su pensión de viudez..."

El hombre petrificado

Eudora Welty

"Estaba muy ridículo con ellos, claro, pero él se los ponía, se ponía los sombreros, así que le dijeron a la señora Pike que preferían que el niño no anduviera por allí molestando. En fin, aquí no podía molestar a nadie..."

Amy Foster

Joseph Conrad

"Hace ya muchos años, cuando regresé del extranjero, me invitó a pasar unos días con él. Yo acepté feliz y, como no podía desatender a sus pacientes, me llevaba con él a las visitas…"

Apuntes para un caso histórico

Doris Lessing

"Entonces se sumió en un estado de hosca pesadumbre, que le costó tanto entender que pasó una semana antes de decirse que debía de estar enferma o algo parecido. Le faltaba al respeto a su madre; eso era muy extraño..."

El maestro rural

Franz Kafka

"Aquellos, yo soy uno de ellos, que ya encuentran repulsivo un pequeño y simple topo, hubieran muerto de repugnancia si hubieran visto al topo gigantesco que se observó hace un año en las cercanías de un pequeño pueblo, el cual llegó a alcanzar por ese motivo cierta notoriedad pasajera..."

Alma aborigen

Rómulo Gallegos

"Los ojos negros rasgados, ardientes; la boca carnosa, de labios sensuales, rojos como la pulpa de las cundeamores; el espíritu jacarandoso y apasionado. América Peña era el bocado más apetitoso de Pueblo Abajo..."

Despertar

Cesare Pavese

"Era una noche de junio, y la oscuridad palpitaba. Yo comparaba mi angustia con tamaña dulzura, y excavaba y volvía a excavar a cada paso en mi dolor como si todas las tinieblas estuvieran empapadas de él y bastase con avanzar para sentir su peso cada vez más intolerable..."

Asistencia a la asociación para delinquir

Carlos María Gutiérrez

"¿Cuándo vas a darte cuenta de que no tenemos nada que ver con esos disparates de cambiar lo que ya está bien, no digo que sea perfecto, pero ese no es el modo? ¿No has visto cómo los matan todos los días?..."

Nochebuena

Manuel González Zeledón

"Esperar a que pueda describir el cúmulo de emociones que la vista de este traje despertaba en mi alma de siete años; querer enumerar las cien mil peripecias que su adquisición me costaba y los pleitos..."

En la antesala del paraíso

Truman Capote

"Dios, qué alivio saber que la lengua de la mujer estaba por fin callada. Pero este pensamiento, apaciguador como era, y aunque respaldado por visiones de su nuevo y silencioso apartamento de soltero, no reanimó la súbitamente sofocada sensación de inmortalidad, de alegría por estar vivo que el día había encendido más temprano..."

A mí qué me importa el carnaval

Alberto Moravia

"Al rato salgo de casa, sosteniéndome con una mano la máscara sobre la cara y palpando con la otra, bajo el chaquetón, el mango de un cuchillo que, quién sabe por qué, cuando estaba por salir, y tal vez sugestionado por mi máscara..."

El muro

Leónidas Andréiev

"Así llegamos hasta el hombre hambriento. Estaba sentado, apoyado contra una piedra, y parecía que el mismo granito sentía dolorosamente el contacto de sus omóplatos salientes..."

El rinoceronte

Juan José Arreola

"Joshua McBride se ha casado de nuevo, pero esta vez se equivocó en la elección. Buscando otra Elinor, fue a dar con la horma de su zapato. Pamela es romántica y dulce, pero sabe el secreto que ayuda a vencer a los rinocerontes..."

Blandine y Pointu

Jules Renard

"Pero hasta Pointu la abandona. Pointu va a morir. Está enfermo desde hace tiempo. Su pelo se le iba cayendo de la piel escamosa. Hubo que llevarlo al veterinario que encontró el caso curioso y creyó poder curarlo..."

Devaneo y embriaguez de una muchacha

Clarice Lispector

"Ella lo aceptó, sorprendida, lisonjeada. Durante todo el día se quedó en la cama, escuchando la casa tan silenciosa, sin el bullicio de los niños, sin el hombre que hoy comería su cocido en la ciudad. Durante todo el día se quedó en la cama. Su cólera era tenue, ardiente. Solo se levantaba para ir al baño, de donde volvía noble, ofendida..."

Absolución

F. S. Fitzgerald

"Rudolph Miller se arrodilló en el reclinatorio, junto al confesionario, y esperó, nervioso, esforzándose en escuchar, y también en no escuchar, lo que se decía en el confesionario. El hecho de que la voz del sacerdote fuera audible lo alarmó..."

Del natural

Rafael Barrett

"Hay visita al hospital de tuberculosos cada dos semanas; cada dos semanas se permite a las madres contemplar a sus hijos ocupados en morirse. La del 4 debía estar muy mal para no acudir al lado de los bucles de oro y de los ojos azules..."

Conciencias cansadas

Pío Baroja

"Seguía andando al azar, cuando me llamó la atención el escaparate de una funeraria. Desde chico siento una gran aversión por esas tiendas, y, sin embargo, excitan mi curiosidad. Es un tráfico curioso el que se hace con los atavíos de la muerte, ¿verdad?..."

El tren de las cinco cuarenta y ocho

John Cheever

"No era una mujer inteligente; no sería difícil engañarla. Blake podía entrar en un taxi por una portezuela y, acto seguido, apearse por la otra. Podía pararse a hablar con un policía, o echar a correr, aunque tenía miedo de que echar a correr pudiera desencadenar la violencia que sin duda entraba en los planes de la mujer..."