El diablo y el relojero (Libro)

El diablo y el relojero - Daniel Defoe

Resumen del libro: "El diablo y el relojero (Libro)" de

morir su marido, tomó huéspedes en su casa. Es decir, dejó libres algunas de sus habitaciones para aliviar su renta. Entre otros, cedió su buhardilla a un artesano que hacía engranajes para relojes y que trabajaba para aquellos comerciantes que vendían dichos instrumentos, según es costumbre en esta actividad.

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Viva en la parroquia de San Bennet Funk, cerca del Mercado Real, una honesta y pobre viuda quien, después de morir su marido, tomó huéspedes en su casa. Es decir, dejó libres algunas de sus habitaciones para aliviar su renta. Entre otros, cedió su buhardilla a un artesano que hacía engranajes para relojes y que trabajaba para aquellos comerciantes que vendían dichos instrumentos, según es costumbre en esta actividad.

Sucedió que un hombre y una mujer fueron a hablar con este fabricante de engranajes por algún asunto relacionado con su trabajo. Y cuando estaban cerca de los últimos escalones, por la puerta completamente abierta del altillo donde trabajaba, vieron que el hombre (relojero o artesano de engranajes) se había colgado de una viga que sobresalía más baja que el techo o cielorraso. Atónita por lo que veía, la mujer se detuvo y gritó al hombre, que estaba detrás de ella en la escalera, que corriera arriba y bajara al pobre desdichado.

En ese mismo momento, desde otra parte de la habitación, que no podía verse desde las escaleras, corrió velozmente otro hombre que llevaba un escabel en sus manos. Éste, con cara de estar en un grandísimo apuro, lo colocó debajo del desventurado que estaba colgado y, subiéndose rápidamente, sacó un cuchillo del bolsillo y sosteniendo el cuerpo del ahorcado con una mano, hizo señas con la cabeza a la mujer y al hombre que venía detrás, como queriendo detenerlos para que no entraran; al mismo tiempo mostraba el cuchillo en la otra, como si estuviera por cortar la soga para soltarlo.

Ante esto la mujer se detuvo un momento, pero el hombre que estaba parado en el banquillo continuaba con la mano y el cuchillo tocando el nudo, pero no lo cortaba. Por esta razón la mujer gritó de nuevo a su acompañante y le dijo:

El diablo y el relojero – Daniel Defoe

Daniel Defoe. Fue un escritor, periodista y panfletista inglés, mundialmente conocido por su novela Robinson Crusoe. Nació en Londres, en 1660. Hijo de un comerciante de velas, fue educado para el ministerio eclesiástico, proyecto que abandonó muy pronto para dedicarse al comercio. Se inició en este oficio como mayorista de medias y fabricante de azulejos, lo que le llevó a la quiebra. Volvió a tentar su suerte y se dedicó al seguro marítimo y al comercio de lanas, ostras y lienzos, pero fracasó y se vio obligado a trabajar de periodista. Su experiencia mercantil le condujo a escribir sobre economía, ganándose así la amistad de Guillermo III, para quien escribió varios libelos. En 1703, con motivo de la publicación de una sátira contra la tiranía de High Church, le fue impuesta una grave sentencia de la que se libró gracias a la intervención de Robert Harley. Defoe le devolvió este favor haciéndose su confidente, espía y libelista. Desde 1704 hasta 1713 colaboró en Review, donde dio a conocer sus teorías económicas, políticas y de política exterior. Tras la muerte de la reina y la caída de Harley, escribió a favor de los ministros que ostentaban el poder y actuó como doble agente del Gobierno escribiendo en el Wekly-Journal jacobista. Murió en 1731.