Eugenio Oneguin

Resumen del libro: "Eugenio Oneguin" de

Eugenio Oneguin, la novela en verso magistral de Aleksandr Pushkin, se erige como una pieza esencial en el canon literario ruso del siglo XIX. La obra presenta al personaje titular, Eugenio Oneguin, como un ser en constante lucha con la dualidad de su propia existencia. Oneguin, a pesar de su hostilidad hacia el «gran mundo», se encuentra irremediablemente entrelazado con él. Su individualismo, tintado de escepticismo, se transforma en una indiferencia hacia la vida misma, un vacío existencial del que Pushkin intuye el peligro latente.

La prosa poética de Pushkin teje una trama donde los dilemas morales y existenciales de Oneguin se entrelazan con la sociedad rusa de la época. A través de su protagonista, el autor explora las complejidades de la identidad, el amor y la alienación social en un contexto marcado por la aristocracia decadente y los cambios culturales de la Rusia pre-revolucionaria.

La figura de Oneguin se erige como un anti-héroe que desafía las convenciones sociales y se sumerge en un abismo de apatía y desencanto. Su indiferencia hacia el mundo que lo rodea refleja la desilusión y la falta de propósito que aquejan a una generación perdida en la vorágine del cambio social y político.

La traducción poética de Eugenio Oneguin representa un desafío monumental, dado el intrincado entramado de versos y la riqueza lingüística del original ruso. Sin embargo, esta edición logra capturar la esencia y el ritmo melódico de la obra, ofreciendo al lector una experiencia única y profunda.

En resumen, Eugenio Oneguin trasciende las barreras del tiempo y del idioma para ofrecer una reflexión atemporal sobre la condición humana y los dilemas éticos que enfrentamos en nuestra búsqueda de significado y pertenencia en el mundo. Pushkin, con su genio literario, nos brinda una obra maestra que perdura en el corazón y la mente de quienes se aventuran en sus versos.

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Vida de Alexander Pushkin

La infancia

Pushkin nació el 26 de mayo de 1799 en Moscú, en el seno de la familia fundada por Serguei Lvóvich Pushkin, mayor retirado del ejército, funcionario del Comisariado de Moscú, y su mujer, Nadezhda Ósipovna, de soltera Aníbal. Alexander tenía una hermana mayor y tres hermanos menores que él (dos de ellos murieron siendo niños). El padre de Alexander Pushkin provenía de una antigua familia de rancia estirpe, venida a menos. Su madre era nieta de Abraham Aníbal, hijo de un príncipe reinante de Abisinia (Etiopía). Abraham Aníbal fue llevado como rehén a Constantinopla y de allí fue conducido a Rusia por un enviado ruso. El Emperador Pedro el Grande le concedió formación militar al abisinio que llegó a general. El físico de Pushkin conservaba muchos rasgos de su bisabuelo: cabellos muy rizados, rostro moreno, labios algo gruesos.

La familia Pushkin pertenecía al sector culto de la sociedad moscovita: Vasily Pushkin, su tío, fue un célebre poeta, la casa de los Pushkin era frecuentada por los literatos moscovitas.

Los padres de Pushkin no daban mucha importancia a la educación de los niños, resultando ésta bastante desordenada. De su educación familiar Pushkin sólo obtuvo un maravilloso conocimiento de la lengua francesa, lo que aprovechó para entregarse a la lectura (en francés) en la biblioteca de su padre. A los ocho años empezó a escribir versos en francés.

En el Liceo

En 1811 Pushkin fue admitido en el Liceo, nuevo centro de enseñanza que había sido fundado a las afueras de Petersburgo, concretamente en Tsárskoye Seló (ciudad que en la actualidad lleva el nombre de Pushkin), para que estudiaran solamente los niños de las familias nobles. Los educandos ingresaban en el Liceo a una edad muy temprana (diez-doce años) y debían crecer y formarse exclusivamente dentro de los límites de éste, sin poder volver a casa ni siquiera en vacaciones.

He aquí la valoración que al cabo de un año hacían de Pushkin sus maestros e inspectores escolares: «Posee unos dones más bien brillantes que básicos y una formación mental más bien vehemente y sutil que profunda. Su aplicación en los estudios es mediocre. Su carácter encierra poca constancia y firmeza…». «Muy apto para los estudios, ingenioso y agudo, pero muy negligente. Es muy capaz para asignaturas que requieren de poco esfuerzo, debido a lo cual no realiza grandes progresos, sobre todo, en lo que toca a la lógica…». «Tiene agudeza de ingenio, pero, desgraciadamente, sólo para la vanilocuencia, progresa de una manera muy mediocre…».

Cuando Pushkin se encontraba en los cursos inferiores del Liceo, acaeció un gran acontecimiento histórico. En el verano de 1812 el Emperador Napoleón Bonaparte, al mando de un ejército de 600 000 soldados, invadió Rusia. El ejército ruso, con su contingente de 200 000 soldados, iba cediendo territorio, replegándose hacia el interior del país y eludiendo un gran enfrentamiento directo.

«Eugenio Oneguin» de Aleksandr Pushkin

Aleksandr Serguéyevich Pushkin (Moscú, 1799 - San Petersburgo, 1837). Poeta, dramaturgo y novelista ruso. Tal como solía ser habitual entre la aristocracia rusa de principios del siglo XIX, su familia adoptó la cultura francesa, por lo cual tanto él como sus hermanos recibieron una educación basada en la lengua y la literatura francesas. A los doce años fue admitido en el recientemente creado Liceo Imperial (que más tarde pasó a llamarse Liceo Puskhin), y allí fue donde descubrió su vocación poética.

Alentado por varios profesores, publicó sus primeros poemas en la revista Vestnik Evropy. De tono romántico, en ellos se apreciaba la influencia de los poetas rusos contemporáneos y de la poesía francesa de los siglos XVII y XVIII. También en el Liceo inició la redacción de su primera obra de envergadura, el poema romántico Ruslan y Lyudmila, finalmente publicado en 1820.

Poco antes, en 1817, Pushkin había aceptado un empleo en San Petersburgo, donde entró en contacto con un selecto círculo literario que, progresivamente, se fue convirtiendo en un grupúsculo político clandestino. También entró a formar parte de la Zel’onaja lampa («La luz verde»), otro movimiento de oposición al régimen zarista que a la postre sería el germen del partido revolucionario que encabezó la rebelión de 1825.

Si bien su poesía, durante estos años de juventud, era más sentimental que ideológica, algunos de los poemas escritos por entonces (La libertad, 1817; El pueblo, 1819) llamaron la atención de los servicios secretos zaristas, que quisieron leerlos sólo en clave política. A consecuencia de ello, acusado de actividades subversivas, fue obligado a exiliarse. Fue confinado en Ucrania primero y luego, en Crimea, donde compuso varios de sus principales poemas: El prisionero del Cáucaso (1822); Los hermanos bandoleros (1821-1822); La fuente de Bakhcisaraj (1824). En mayo de 1823 inició la redacción de su novela en verso Yevgeny Onegin (1833), en la que estuvo trabajando hasta 1831.

En 1824, las autoridades rusas interceptaron una carta dirigida a un amigo en la cual se declaraba ateo, por lo que sufrió un nuevo extrañamiento, en esta ocasión en Pskov, donde su familia tenía varias posesiones. Dedicó los dos años que permaneció en Pskov a estudiar historia y a recopilar cuentos y relatos tradicionales. Todo ello quedó reflejado en su obra, en la que se aprecia un creciente interés por la literatura popular y un progresivo acercamiento hacia formas más propias del realismo que del romanticismo. Son prueba de ello la tragedia Borís Godunov (1824-1825) y la continuación de Yevgeny Onegin.

En 1826 cursó una solicitud de visita ante Nicolás I, quien se vio obligado a recibirlo, en parte porque tenía pruebas fehacientes de que no había participado en las revueltas antizaristas de 1825, pues Pushkin se hallaba a varios miles de kilómetros de Moscú, y en parte porque no deseaba que el poeta utilizara su ya consolidada popularidad para hacer campaña antigubernamental. Tras la entrevista, el zar accedió a concederle el perdón, pero con la condición de que él mismo, Nicolás I, se convertiría en adelante en su censor particular.

En 1831 contrajo matrimonio con Natalia Goncharova. Mal recibido en los ambientes cortesanos, debido a su peculiar personalidad y al radicalismo de sus planteamientos ideológicos, escribió sus últimas obras mayoritariamente en prosa: Poltava (1829); Relatos de Belkin (1830); El caballero de bronce (1833); La hija del capitán (1836). Murió joven, a consecuencia de las heridas sufridas en un duelo al cual le incitaron varios de sus enemigos, pero a su muerte se le consideraba ya el padre de la lengua literaria rusa y el fundador de la literatura rusa moderna.