Kaputt

Resumen del libro: "Kaputt" de

Coincidiendo con el inicio de la ofensiva alemana contra Rusia, Curzio Malaparte empezo a escribir Kaputt, obra con la que pretendía recoger el testimonio de su experiencia como corresponsal de guerra durante la Segunda Guerra Mundial. Malaparte recorre la Europa ocupada por los nazis como si fuera un espía: presencia la triste impotencia del príncipe Eugenio de Suecia, se ve obligado a sobrellevar la arrogancia de los líderes nazis delegados en Varsovia y es testigo de la crudeza de los parajes de la fría Carelia o de la noble ciudad de Iasi, desolados por la barbarie y el hambre que convirtieron Europa en un montón de chatarra. Con Kaputt —palabra germánica que evoca lo roto, lo hecho añicos, y que deviene un fiel calificativo de lo que quedó de un continente devastado por un lustro de destrucción— Malaparte teje una sobrecogedora obra literaria sobre la realidad, a un tiempo salvaje y grotesca, de la guerra en el frente…

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Esta edición

La presente traducción de Kaputt, la segunda en español, parte del texto preparado por Luigi Martellini para su edición de las Opere scelte de Curzio Malaparte en la colección «I Meridiani» de la editorial Mondadori.

El propio Malaparte lo advierte al principio del libro: «El manuscrito de Kaputt tiene una historia», y si bien hoy en día la crítica parece de acuerdo en que, tal cual la relata Malaparte en su prefacio, ésta obedece menos a la realidad que al tópico literario del manuscrito encontrado, la peripecia editorial de la novela es ciertamente compleja y vale la pena resumirla para comprender los motivos y la importancia de una nueva traducción. Según los diarios del autor, Kaputt se gesta entre 1941 y 1942, y su redacción se prolonga hasta 1944. En mayo de ese año, el editor napolitano Gaspare Casella publica la primera edición. Las condiciones no son las ideales: la ciudad vive sometida a los bombardeos alemanes, los cortes de suministro son continuos y el material de imprenta escasea; en esas circunstancias, no es extraño que el libro apareciese plagado de errores tipográficos. En 1948 los derechos de Kaputt pasan a manos de la editora Daria Guarnati, que ese mismo año publica la que se anuncia como «edición definitiva» del texto, «revisado y corregido (desde el punto de vista tipográfico) por el propio autor». Sin embargo, se da la circunstancia de que, en un ejemplar de la novela hallado entre los volúmenes de la biblioteca personal de Malaparte, constan correcciones autógrafas al texto de 1948. Parte de estas variantes se incorpora al reeditarse la novela dentro de las obras completas de Malaparte en el sello Aria d’Italia en 1950. Kaputt se edita de nuevo en 1960 (tres años después de la muerte del autor), al cuidado de Enrico Falqui, como parte de las obras completas de la editorial Vallecchi. Para la fijación del texto de «I Meridiani», Luigi Martellini parte del de Aria d’Italia (es decir, incorporando todas las correcciones debidas a la mano del autor), cotejándolo con la princeps y con la edición de Vallecchi, así como con algunas traducciones. Con todo, la edición crítica de Martellini sigue pendiente de mejoras que supriman todos los errores e inconsistencias no queridos por el autor o que, cuando menos, los comenten en un aparato de notas; el caso del uso de lenguas extranjeras a lo largo de la novela, comentado más abajo, es tal vez el ejemplo más claro. (En el momento de redactar estas líneas, y tras una trifulca jurídica entre editores y herederos, la casa Adelphi anuncia una nueva edición de la novela. Está por ver si por fin en ella se resuelven estos detalles.)

La primera traducción española de Kaputt lleva la firma de R. Coll Robert y salió de las prensas barcelonesas de la editorial de José Janes en 1947, tomando como referencia, por lo tanto, la primera edición italiana. A pesar de no incluir las correcciones posteriores del autor, de los errores varios en la transcripción de topónimos, nombres propios y extranjerismos y de los varios recortes del texto por motivos de censura (amén de algunos criterios de la traducción en sí que no es éste el momento de detallar), éste era el texto que, sin las necesarias enmiendas, venía reimprimiéndose hasta hoy en distintos sellos, lo que equivale a decir que el lector de Kaputt en español lleva más de sesenta años leyendo una versión obsoleta, y en ciertos puntos adulterada, del texto. La fortuna de la novela en otras lenguas no ha sido mucho mejor. El autor se quejó ya en su día de las erratas y deslices de la versión francesa: «Usted conoce mi parecer acerca de la edición francesa de Kaputt: es inaceptable», escribe Malaparte a Guy Tosi, director editorial de Denoël, en enero de 1948, y un mes más tarde: «Estimado Tosi […], cada vez que abro Kaputt me coge una crisis de hígado». Por fortuna, parece ser que muchos de esos errores terminaron solventándose, y en la actualidad la traducción de Juliette Bertrand luce en la portada la mención de «édition définitive». En cuanto a la versión alemana de Hellmut Ludwig, omite por entero la «Historia de un manuscrito», sección que sí aparece (aunque sin la cita de Meyer) en la versión inglesa de Cesare Foligno, a la que en cambio le falta, incomprensiblemente, un capítulo entero (el undécimo), entre otros deslices minuciosamente conservados en la reedición de 2005 a cargo de la New York Review of Books. Además, los errores factuales que contienen estas ediciones (basadas todas en la edición de 1947) son numerosos, aunque conviene tener en cuenta que la diversidad de referentes culturales y literarios de la novela es tan vasta (de la arquitectura finlandesa del siglo xix a la geografía urbana de Varsovia, de la Recherche de Proust a las eddas nórdicas, pasando por la gastronomía tradicional rumana) que acometer una traducción sin errores de esta clase antes de la existencia de internet resulta prácticamente impensable, tanto menos cuanto que, como se ha dicho, el texto original, aún hoy, no es del todo fiable. Esto no implica que las versiones de Bertrand, Coll Robert y Foligno no contengan algunas soluciones interesantes, y me ha parecido sensato no pasarlas por alto en determinados pasajes.

Curzio Malaparte. (Toscana, Italia 1898 - Roma 1957). Hijo de madre lombarda y padre alemán fue un diplomático, periodista y escritor italiano. Se educó en el Collegio Cicognini y en la Universidad de La Sapienza, en Roma. En 1918 comenzó su carrera de periodista. Tras combatir en la Primera Guerra Mundial y obtener numerosos honores, Malaparte estuvo ligado a Benito Mussolini, llegando a ejercer una considerable influencia en el Partido Fascista Nacional. Sin embargo, su espíritu rebelde lo llevó a alejarse del dirigente italiano, publicando numerosas obras contra éste y la política italiana de la época en general. En Técnica del colpo di Stato (Técnica del golpe de Estado, 1931) Malaparte atacaba a Hitler y Mussolini, lo que le llevó a ser expulsado del Partido Nacional Fascista y enviado al exilio interno desde 1933 a 1938 en la isla de Lipari. El régimen de Mussolini arrestó a Malaparte de nuevo en 1938, 1939, 1941 y 1943.

En 1941 fue enviado a cubrir la guerra en Rusia como corresponsal para el Corriere della Sera. Los artículos que envió desde el frente ucraniano, fueron recopilados en 1943 y publicados bajo el título Il Volga nasce in Europa (El Volga nace en Europa). Esta experiencia le serviría de base para sus dos libros más famosos, Kaputt (1944) y La pelle (La piel, 1949).

Tras la Segunda Guerra Mundial sus ideales políticos tendieron cada vez más hacia la izquierda, colaborando activamente con el Partido Comunista italiano e interesándose por el comunismo maoísta de China. Habiendo visitado China en 1949 su viaje fue suspendido debido a su enfermedad. Io in Russia e in Cina (Yo en Rusia y en China), su diario de los acontecimientos, fue publicado póstumamente en 1958. El último libro de Malaparte, Maledetti toscani (Malditos toscanos), aparecido en 1956 es un declarado ataque a la cultura burguesa.

Malaparte murió de cáncer en 1957.