La bola de nieve

La bola de nieve

Resumen del libro: "La bola de nieve" de

Alejandro Dumas padre, autor de inolvidables novelas de aventuras, compartió con otros creadores románticos el gusto de los europeos occidentales de entonces por los viajes a países exóticos. Los habitantes y costumbres de Darguestán, sin duda le inspiraron este hermoso relato que aborda las aventuras y desventuras de un joven intrépido y valiente, Iskander, capaz de las más arriesgadas gestas para lograr dos de los más preciados objetivos del ser humano: el amor y el reconocimiento. Una de las fases más importantes de la vida de las personas es sin duda el paso de la infancia a la vida adulta, los años de adolescencia y juventud. Y precisamente éstos son los años del joven Iskander, quien ve ante sí la posibilidad de decidir su destino al aceptar una empresa de alto riesgo: hacerse con la bola de nieve. El valor de Iskander, la colaboración de sus amigos y la esperanza permanente de unirse a la bella Kassim, quien también contribuye activamente al feliz desenlace del relato, constituyen el hilo que teje este divertido y emocionante cuento.

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I

Cuarenta grados a la sombra

Como un canto de difuntos de un esplendoroso día de mayo que acaba de borrarse con destino a la eternidad, así se lamentaba la voz triste y sonora del almuédano.

—¡Por Alá! ¡Qué calor hace en Derbent! Sube a la azotea, Kassim, y observa si el sol ya se oculta tras las montañas. ¿Está todo rojo por poniente? ¿Hay alguna nube en el cielo?

—No, tío; hacia el ocaso todo sigue tan azul como los ojos de Kitshina. El sol se acuesta en toda su majestad, como una rosa flamígera incrustada en el pecho del atardecer: ni siquiera su última mirada sobre la tierra dispone de una sutil bruma que traspasar. Ya ha desplegado la noche su abanico de estrellas; ya se ha hecho la oscuridad.

—Sube, sube hasta la azotea, Kassim —exclamó la misma voz—, y fíjate bien, a ver si se desprende el rocío del cuerno de la luna. ¿No se oculta tras el arco iris nocturno, igual que una perla en su irisada concha?

—No, tío; la luna parece flotar en medio de un océano azulado, y baña el mar con lenguas de fuego. Los tejados están tan secos como las estepas del Mogán, y los escorpiones corretean por ellos, tan felices.

—O sea —añadió el viejo, con un suspiro— que mañana hará tanto calor como hoy. Kassim, lo mejor será que tratemos de dormir.

El viejo se durmió y soñó con el dinero que atesoraba. Su sobrina hizo lo propio, pero sus sueños eran los propios de una muchacha de dieciséis años en cualquier lugar del mundo, es decir, tenían más que ver con el amor. Toda la ciudad se entregó al descanso, contemplando en sueños cómo Alejandro Magno construía las murallas que defienden el Cáucaso o forjaba las puertas de hierro de Derbent.

A eso de la medianoche, todo estaba en calma.

En aquel silencio universal, sólo se oían las voces de los centinelas cuando gritaban «Slushe!». (¡Alerta!), y el lamento del mar Caspio, que besaba con sus húmedos labios la ribera ardiente y arenosa.

Daba la sensación de que las almas de los difuntos se dedicasen a charlar con la eternidad, lo que era tanto más probable por cuanto que nada se asemejaba más a un inmenso cementerio que aquella ciudad de Derbent.

Desde mucho antes de que luciese la aurora, la superficie del mar parecía echar llamaradas, y las golondrinas, más madrugadoras que el mulá, cantaban ya en la mezquita.

Hay que decir, sin embargo, y en honor a la verdad, que no se le adelantaron demasiado, porque el ruido de sus pasos las obligó a levantar el vuelo. Aquél, con la cabeza entre las manos, dio una vuelta entera a la cúpula sin dejar de llamar a la oración, con modulaciones que conferían a su voz la apariencia real de un cántico:

La bola de nieve – Alejandro Dumas

Alejandro Dumas. (Villers-Cotterêts, 1802 - Puys, cerca de Dieppe, 1870) fue uno de los autores más famosos de la Francia del siglo XIX, y que acabó convirtiéndose en un clásico de la literatura gracias a obras como Los tres mosqueteros (1844) o El conde de Montecristo (1845). Dumas nació en Villers-Cotterêts en 1802, de padre militar —que murió al poco de nacer el escritor— y madre esclava. De formación autodidacta, Dumas luchó para poder estrenar sus obras de teatro. No fue hasta que logró producir Enrique III (1830) que consiguió el suficiente éxito como para dedicarse a la escritura.

Fue con sus novelas y folletines, aunque siguió escribiendo y produciendo teatro, con lo que consiguió convertirse en un auténtico fenómeno literario. Autor prolífico, se le atribuyen más de 1.200 obras, aunque muchas de ellas, al parecer, fueron escritas con supuestos colaboradores.

Dumas amasó una gran fortuna y llegó a construirse un castillo en las afueras de París. Por desgracia, su carácter hedonista le llevó a despilfarrar todo su dinero y hasta se vio obligado a huir de París para escapar de sus acreedores.