Los diarios de Adán y Eva

Resumen del libro: "Los diarios de Adán y Eva" de

Desde su edición original en 1906, Los diarios de Adán y Eva no han perdido vigencia. La poderosa combinación de ironía y ternura que habita en sus páginas, hacen de este trabajo uno de los mayores de Twain y de la literatura humorística. Las imágenes de Meléndez desentrañan, como nunca antes, lo que realmente sucedió en el Jardín del Edén antes del percance frutal.

Libro Impreso EPUB

Traducido del manuscrito original

Traduje una parte de este diario hace varios años, un amigo mío imprimió algunas copias, de manera incompleta, pero éstas nunca llegaron al público. Desde entonces he descifrado otros jeroglíficos de Adán, y pienso que ahora es un personaje público lo suficientemente importante como para justificar esta edición.

Mark Twain

Extractos del diario de Adán

Lunes

Esta nueva criatura de pelo largo se entromete bastante. Siempre está merodeando y me sigue a todas partes. Eso no me gusta; no estoy habituado a la compañía. Preferiría que se quedara con los otros animales. Hoy está nublado, hay viento del este; creo que tendremos lluvia… ¿Tendremos? ¿Nosotros? ¿De dónde saqué esta palabra…? Ahora lo recuerdo: la usa la nueva criatura.

Martes

Estuve inspeccionando la gran caída de agua. Me parece lo más hermoso de la comarca. La nueva criatura la llama «las cataratas del Niágara»; por qué, no lo sé, estoy seguro. Dice que se parece a las cataratas del Niágara. Ésa no es una razón; es puro capricho y estupidez. No alcanzo a ponerle nombre a nada. La nueva criatura le da un nombre a todo lo que aparece antes de que yo pueda protestar. Y siempre ofrece el mismo pretexto: se parece a la cosa.

Está el dodo, por ejemplo. Dice que apenas uno lo mira ve de inmediato que «se parece a un dodo». Tendrá que conservar el nombre, sin duda. Me cansa tener que ocuparme de eso, y no vale la pena, de todos modos. ¡Dodo! No se parece más a un dodo que yo.

Miércoles

Me construí un refugio contra la lluvia, pero no pude estar en paz. La nueva criatura se metió en él. Cuando traté de sacarla, le salió agua por los agujeros con los que mira, la enjugó con el dorso de sus zarpas e hizo un ruido similar al que hacen otros animales cuando están en dificultades. Me gustaría que no hablara; siempre está hablando. Suena como una crítica a la pobre criatura, como una injuria, pero no es mi intención. Nunca antes había oído la voz humana, y cualquier sonido nuevo y extraño que interrumpe el silencio solemne de estas maravillosas soledades ofende mi oído y parece una nota en falso. Y este nuevo sonido está muy cerca; sobre mi hombro, junto a mi oído, primero de un lado y luego del otro, y yo sólo estoy acostumbrado a los sonidos más o menos distantes de mí.

Viernes

Los nombres proliferan sin descanso, a pesar de lo que yo pueda hacer para evitarlo. Yo tenía un muy buen nombre para esta zona, y era musical y hermoso: EL JARDÍN DEL EDÉN. En privado sigo llamándolo así, pero ya no lo hago en público. La nueva criatura dice que hay bosques y rocas y paisajes, y por tanto no tiene semejanza con un jardín. Dice que se parece a un parque, que no se parece a nada sino a un parque.

En consecuencia, sin consultarme, le ha dado un nuevo nombre: el parque de las cataratas del Niágara. Según creo, esto es bastante autoritario. Y ya hay un cartel que dice:

NO PISAR EL CÉSPED

Mi vida no es tan feliz como antes.

Sábado

La nueva criatura come mucha fruta. Es muy probable que nos quedemos sin provisiones. «Nosotros» otra vez; es una palabra suya y ahora también mía, de tanto escucharla. Bastante bruma esta mañana. No suelo salir cuando hay bruma. La nueva criatura, sí. Sale con cualquier clima, y avanza con sus pies embarrados. Y habla. Éste solía ser un lugar tan agradable y silencioso.

Domingo

Sin novedad. Este día está volviéndose más y más tedioso. Fue elegido como día de descanso en noviembre. Antes tenía otros seis días de descanso por semana. Esta mañana encontré a la nueva criatura tratando de hacer caer manzanas del árbol prohibido.

Lunes

El nuevo ser dice que su nombre es Eva. De acuerdo, no tengo objeciones. Dice que debo llamarla así cuando quiera que venga. Yo dije que entonces era superfluo. La palabra evidentemente me hizo ganar su respeto, y por cierto es una gran palabra, digna de ser repetida.

Dice que no es un Ello, que es una Ella. Lo encuentro bastante dudoso; y sin embargo todo es lo mismo para mí: lo que ella sea no me importaría si se bastara por sí misma y no hablara.

Martes

Ella ha llenado la región con nombres execrables y carteles ofensivos:

POR AQUÍ AL REMOLINO
POR AQUÍ A LA ISLA DE LAS CABRAS
A LA CAVERNA DE LOS VIENTOS POR AQUÍ

Ella dice que este parque sería un bonito lugar de veraneo, si existiera el hábito de veranear. «Lugar de veraneo»: otra invención de ella, apenas palabras sin ningún significado. ¿Qué es un lugar de veraneo? Pero es mejor no preguntarle, ella siempre está ansiosa por explicar.

Viernes

Ha comenzado a suplicarme que deje de ir a nadar a las cataratas. ¿Qué mal hay en ello? Dice que la hace temblar. Me pregunto por qué. Siempre lo he hecho; siempre me ha gustado zambullirme, sentir la excitación y la frescura. Supuse que para eso estaban las cataratas. No veo que tengan otra utilidad, y deben haber sido hechas para algo. Ella dice que fueron hechas como escenario, al igual que el rinoceronte y el mastodonte.

Me arrojé a las cataratas en un barril, lo cual no la satisfizo. Me arrojé en una cuba, tampoco la satisfizo. Atravesé nadando el remolino y los rápidos en un traje de hojas de higuera. Se estropeó por completo. Luego, tediosas quejas sobre mi extravagancia. Estoy demasiado limitado aquí. Necesito un cambio de ambiente.

Sábado

El martes último me escapé por la noche, y viajé durante dos días, y me construí otro refugio, en un lugar apartado, y borré mis huellas lo mejor que pude, pero ella me rastreó con la ayuda de una bestia a la que domesticó y a la que llama «lobo», y vino haciendo ese ruido lastimoso otra vez, y vertiendo agua por los agujeros con los que mira. Me vi obligado a volver con ella, pero emigraré otra vez, apenas tenga la ocasión.

Ella emprende muchas tareas tontas: entre otras, trata de descubrir por qué los animales llamados «leones» y «tigres» comen hierbas y flores, cuando, como ella dice, la clase de dientes que tienen indicaría que están hechos para comerse entre sí. Eso es tonto, porque hacerlo significaría matarse unos a otros, y eso introduciría lo que —tal como lo entiendo— se llama «muerte», y la muerte, según me dijeron, aún no ha entrado en el parque. Lo cual es una lástima, en cierto sentido.

Domingo

Sin novedad.

Los diarios de Adán y Eva – Mark Twain

Mark Twain. (Florida, Estados Unidos, 1835 - Redding, 1910). Escritor, orador y humorista estadounidense. Se educó en la ribera del Mississippi. Fue aprendiz de impresor, tipógrafo itinerante, piloto de un barco de vapor, soldado del ejército confederado, minero, inventor, periodista, empresario arruinado, doctor en Letras por las universidades de Yale y Oxford, conferenciante en cinco continentes y finalmente una de las mayores celebridades de su tiempo. En 1876 publicó Tom Sawyer y en 1884 su secuela, Huckleberry Finn, vértice de toda la literatura norteamericana moderna según Hemingway. Los Diarios de Adán y Eva, aparecidos entre 1893 y 1905, derivan de su preocupación por la Biblia, «esa vieja galería de curiosidades». A lo largo de su vida, Mark Twain pasó gradualmente de la ironía al pesimismo, luego a la amargura y a la misantropía; el humor y la lucidez nunca lo abandonaron. En 1909 comentó: «Yo nací con el cometa Halley en 1835. El próximo año volverá y espero fervorosamente irme con él. Si así no fuera, sería la mayor desilusión de mi vida. Estoy convencido de que el Todopoderoso lo ha pensando: “Estos dos monstruos han llegado juntos, que se vayan juntos”».