Matar a un elefante y otros escritos

Matar a un elefante y otros escritos, un ensayo de George Orwell

Resumen del libro: "Matar a un elefante y otros escritos" de

Matar a un elefante y otros escritos conjuntamente con El león y el unicornio y otros ensayos constituyen lo mejor del repertorio ensayístico de Orwell. Matar a un elefante y otros escritos se inicia con dos relatos autobiográficos de Orwell, el que da título al libro y Marrakech, escritos respectivamente en 1936 y 1939. Son esbozos breves, precisos, de una prosa limpia y sincera, en los que el autor reflexiona sobre la abominación del colonialismo (él mismo fue policía en Birmania). También cuenta el volumen con cuatro reseñas de libros publicados en la época, Los últimos días de Madrid, de Casado; Camino de servidumbre, de von Hayek; El espejo del pasado, de Zilliacus; y finalmente Su mejor hora, de Churchill.

Libro Impreso

Prólogo

EL SENTIDO ESCOGIÓ LA PALABRA

Todo lo que Orwell escribió sobre la verdad, la lengua o el nacionalismo me parece pertinente y útil. No se trata de asuntos irrelevantes. Su vida, aunque corta, tiene el excipiente justo de ironía y heroísmo. Le interesaron la literatura y la política de un modo parejo, vinculado. Escribió de una manera clara y elegante, y nunca pensó que la escritura política fuese un asunto desligado de la estética. En cualquiera de sus párrafos se advierte la presencia de un hombre que escribe y no de un phraseur. Por si todo esto fuera poco, supo elegir perfectamente su pseudónimo: Orwell es misterioso y único, y tan necesario para librarse del anodino Blair como Gaziel para hacerlo del Calvet semejante.

Luego hay un puñado de cosas concretas. Por ejemplo, su actitud ante la Guerra Civil española, plasmada en Homenaje a Cataluña, quizá el mejor reportaje que se haya escrito. Del evangelista Juan a Antonio Gramsci han sido muchas las declamaciones sobre la imprescindible equivalencia entre la verdad y la libertad. Orwell las puso en acto con su implacable denuncia en el mismo lugar de los hechos: un crimen de izquierdas es un crimen. Aún resuena el eco y aún sigue alentándonos. Es probable que Paul Johnson tuviera razón cuando escribió que la Guerra Civil española era la epopeya contemporánea sobre la que se habían escrito más mentiras. Pero se le olvidó añadir que entre las pocas verdades que no murieron estaba la de su compatriota George Orwell.

Otra de las grandes cosas concretas está presente en este volumen. Por vez primera se recoge en un libro español un ensayo fundamental de la cultura de nuestro tiempo: La política y la lengua inglesa. El ensayo no sólo formaliza la noción moderna del eufemismo sino que describe el periodismo y la política como sistemas eufemísticos. Si un eufemismo detectado (pacificación o rectificación de fronteras) es, automáticamente, un eufemismo desactivado, se comprenderá la importancia de la crítica orwelliana de la política y los medios. Sería, por supuesto, de un optimismo más que cándido, patético, atribuir al general desconocimiento en España de este texto canónico el aspecto general que presentan la política y el periodismo en sus relaciones con la verdad: por desgracia no está verificada semejante influencia de las letras sobre las armas. Sin embargo, la evidencia de que sea un texto ampliamente citado en todo el mundo, saqueado por columnistas de toda época y condición, y el hecho de que tras haberse traducido a las principales lenguas haya visto la luz en español muchos años después de haberse escrito, sí metaforiza una cierta orientación de la cultura española, perceptible por lo demás en muchos otros ejemplos posibles.

Por si fuera poca desidia, cabe reseñar que el ensayo incluye alguna referencia explícita a nuestra circunstancia. Dice Orwell: “Lo que ante todo se necesita es que el sentido escoja a la palabra”. En España, y especialmente en la política española, es la palabra —la palabra nación, por ejemplo—, la que escoge el sentido. Y otras muchas. Algunas están en este párrafo del propio Orwell: “La palabra fascismo ahora no tiene significado propio, salvo en la medida en que significa ‘algo que no es deseable’. Las palabras democracia, socialismo, libertad, patriótico, realista, justicia, tienen todas ellas varios sentidos diferentes e irreconciliables entre sí”. Por supuesto que semejante perversión puede detectarse todavía en muchos países. Y también en Gran Bretaña. Pero mi experiencia de lector de periódicos me dice que de ningún modo eso sucede con la misma frecuencia y la misma intensidad que en España.

George Orwell. Seudónimo de Eric Arthur Blair, fue un destacado escritor y periodista británico nacido en la India en 1903. Su obra se caracteriza por la denuncia de los peligros del totalitarismo y su defensa del socialismo democrático. Entre sus obras más reconocidas se encuentran las novelas distópicas "Rebelión en la granja" (1945) y "1984" (1949), las cuales han dejado una profunda huella en la cultura popular y el lenguaje político.

La vida de Orwell estuvo marcada por diversas experiencias que influyeron en su escritura. Hijo de un funcionario colonial británico y una mujer de ascendencia francesa, Orwell creció en un entorno multicultural. Aunque no pudo acceder a la universidad debido a limitaciones económicas, estudió en el prestigioso colegio Eton. Posteriormente, trabajó como oficial de la Policía Imperial Inglesa en Birmania, donde experimentó las injusticias del imperialismo, experiencia que le inspiró su primera novela, "Días en Birmania" (1934).

Después de renunciar a su cargo, Orwell vivió en París y Londres, donde experimentó la pobreza y entró en contacto con los marginados sociales. Estas vivencias se reflejan en su segunda novela, "Sin blanca en París y en Londres" (1933), la cual firmó con su seudónimo. Además, publicó ensayos sobre temas sociales y literarios, como "La hija del clérigo" (1935), "Que no muera la aspidistra" (1936) y "El camino a Wigan Pier" (1937).

En 1936, Orwell contrajo matrimonio con Eileen O'Shaughnessy, una profesora y escritora con quien compartió ideales socialistas. Ese mismo año, viajó a España para unirse a la Guerra Civil como voluntario en el bando republicano. Enfrentó persecución por parte de los comunistas estalinistas al unirse al Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), una organización trotskista. Las experiencias vividas durante la guerra y su herida en el frente de Aragón le hicieron perder la fe en el comunismo soviético, lo que motivó la escritura de "Homenaje a Cataluña" (1938), un testimonio sobre el conflicto español.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Orwell trabajó como periodista para la BBC y colaboró con diversos periódicos. Además, formó parte de la Home Guard, una milicia civil encargada de la defensa del territorio británico. Durante esta época, escribió ensayos destacados como "El león y el unicornio" (1941), "La política y el idioma inglés" (1946) y "Por qué escribo" (1946).

En 1944, Orwell finalizó su novela "Rebelión en la granja", una fábula alegórica sobre la Revolución Rusa y el estalinismo protagonizada por animales que se sublevan contra sus dueños humanos. Aunque rechazada inicialmente por su contenido político, la obra se publicó en 1945 con gran éxito de crítica y público, convirtiéndose en un clásico de la literatura antiutópica y siendo adaptada al cine y al teatro.

En 1945, Orwell sufrió la pérdida de su esposa Eileen durante una operación quirúrgica. Al año siguiente, adoptó a un niño llamado Richard Horatio Blair. En 1947, se trasladó a la isla escocesa de Jura, donde comenzó a escribir su última novela, "1984", mientras lidiaba con una enfermedad pulmonar grave. La obra, publicada en 1949, tuvo un impacto cultural sin precedentes. "1984" presenta una visión sombría del futuro en un mundo dominado por tres superpotencias que ejercen un control totalitario mediante la vigilancia, la propaganda, la manipulación del lenguaje y la represión de los sentimientos.

En 1949, Orwell contrajo matrimonio por segunda vez con Sonia Brownell, una editora y escritora. Sin embargo, su salud se deterioró rápidamente y falleció el 21 de enero de 1950 en Londres, a los 46 años de edad. Orwell fue sepultado en el cementerio de Sutton Courtenay, en Oxfordshire, bajo una sencilla lápida que lleva su nombre real.

George Orwell es considerado uno de los escritores más influyentes y originales del siglo XX. Su obra combina la crítica social, la sátira, el humor y la lucidez política. Su estilo es claro, directo y honesto. Sus novelas y ensayos han sido traducidos a numerosos idiomas y han inspirado a generaciones de lectores y escritores. Su legado sigue siendo relevante en la actualidad, especialmente en tiempos de crisis y amenazas a la libertad y la democracia.