Odas elementales

Resumen del libro: "Odas elementales" de

En 1954 se publicó Odas elementales, que conformará, posteriormente, con la aparición de Nuevas odas elementales (1955) y Tercer libro de las odas (1957) una trilogía imperdible.

Neruda las llamó Odas elementales, por muchos motivos, aludiendo en primer lugar a la forma simple y directa en la que el discurso poético, desde el primer verso del conjunto, fluye con toda libertad, y también en razón de los temas de que se ocupan.

Pero por elementales debemos entender también materiales, y podemos afirmar que es en estas odas donde los supuestos materialistas de la poesía de Neruda alcanzan su expresión más acabada.

Libro Impreso

El hombre invisible

Yo me río,
me sonrío
de los viejos poetas,
yo adoro toda
la poesía escrita,
todo el rocío,
luna, diamante, gota
de plata sumergida,
que fue mi antiguo hermano,
agregando a la rosa,
pero
me sonrío
siempre dicen «yo»,
a cada paso
les sucede algo,
es siempre «yo»,
por las calles
sólo ellos andan
o la dulce que aman,
nadie más,
no pasan pescadores,
ni libreros,
no pasan albañiles,
nadie se cae
de un andamio,
nadie sufre,
nadie ama,
sólo mi pobre hermano,
el poeta,
a él le pasan
todas las cosas
y a su dulce querida,
nadie vive
sino él solo,
nadie llora de hambre
o de ira,
nadie sufre en sus versos
porque no puede
pagar el alquiler,
a nadie en poesía
echan a la calle
con camas y con sillas
y en las fábricas
tampoco pasa nada,
no pasa nada,
se hacen paraguas, copas,
armas, locomotoras,
se extraen minerales
rascando el infierno,
hay huelga,
vienen soldados,
disparan,
disparan contra el pueblo,
es decir,
contra la poesía,
y mi hermano
el poeta
estaba enamorado,
o sufría
porque sus sentimientos
son marinos,
ama los puertos
remotos, por sus nombres,
y escribe sobre océanos
que no conoce,
junto a la vida, repleta
como el maíz de granos,
él pasa sin saber
desgranarla,
él sube y baja
sin tocar la tierra,
o a veces
se siente profundísimo
y tenebroso,
él es tan grande
que no cabe en sí mismo,
se enreda y desenreda,
se declara maldito,
lleva con gran dificultad la cruz
de las tinieblas,
piensa que es diferente
a todo el mundo,
todos los días come pan
pero no ha visto nunca
un panadero
ni ha entrado a un sindicato
de panificadores,
y así mi pobre hermano
se hace oscuro,
se tuerce y se retuerce
y se halla
interesante,
interesante,
ésta es la palabra,
yo no soy superior
a mi hermano
pero sonrío,
porque voy por las calles
y sólo yo no existo,
la vida corre
como todos los ríos,
yo soy el único
invisible,
no hay misteriosas sombras,
no hay tinieblas,
todo el mundo me habla,
me quieren contar cosas,
me hablan de sus parientes,
de sus miserias
y de sus alegrías,
todos pasan y todos
me dicen algo,
y cuántas cosas hacen!:
cortan maderas,
suben hilos eléctricos,
amasan hasta tarde en la noche
el pan de cada día,
con una lanza de hierro
perforan las entrañas
de la tierra
y convierten el hierro
en cerraduras,
suben al cielo y llevan
cartas, sollozos, besos,
en cada puerta
hay alguien,
nace alguno,
o me espera la que amo,
y yo paso y las cosas
me piden que las cante,
yo no tengo tiempo,
debo pensar en todo,
debo volver a casa,
pasar al Partido,
qué puedo hacer,
todo me pide
que hable,
todo me pide
que cante y cante siempre,
todo está lleno
de sueños y sonidos,
la vida es una caja
llena de cantos, se abre
y vuela y viene
una bandada
de pájaros
que quieren contarme algo
descansando en mis hombros,
la vida es una lucha
como un río que avanza
y los hombres
quieren decirme,
decirte,
por qué luchan,
si mueren,
por qué mueren,
y yo paso y no tengo
tiempo para tantas vidas,
yo quiero
que todos vivan
en mi vida
y canten en mi canto,
yo no tengo importancia,
no tengo tiempo
para mis asuntos,
de noche y de día
debo anotar lo que pasa,
y no olvidar a nadie.
Es verdad que de pronto
me fatigo
y miro las estrellas,
me tiendo en el pasto, pasa
un insecto color de violín,
pongo el brazo
sobre un pequeño seno
o bajo la cintura
de la dulce que amo,
y miro el terciopelo
duro
de la noche que tiembla
con sus constelaciones congeladas,
entonces
siento subir a mi alma
la ola de los misterios,
la infancia,
el llanto en los rincones,
la adolescencia triste,
y me da sueño,
y duermo
como un manzano,
me quedo dormido
de inmediato
con las estrellas o sin las estrellas,
con mi amor o sin ella,
y cuando me levanto
se fue la noche,
la calle ha despertado antes que yo,
a su trabajo
van las muchachas pobres,
los pescadores vuelven
del océano,
los mineros
van con zapatos nuevos
entrando en la mina,
todo vive,
todos pasan,
andan apresurados,
y yo tengo apenas tiempo
para vestirme,
yo tengo que correr:
ninguno puede
pasar sin que yo sepa
adonde va, qué cosa
le ha sucedido.
No puedo
sin la vida vivir,
sin el hombre ser hombre
y corro y veo y oigo
y canto,
las estrellas no tienen
nada que ver conmigo,
la soledad no tiene
flor ni fruto.
Dadme para mi vida
todas las vidas,
dadme todo el dolor
de todo el mundo,
yo voy a transformarlo
en esperanza.
Dadme
todas las alegrías,
aun las más secretas,
porque sí así no fuera,
cómo van a saberse?
Yo tengo que contarlas,
dadme
las luchas
de cada día
porque ellas son mi canto,
y así andaremos juntos,
codo a codo,
todos los hombres,
mi canto los reúne:
el canto del hombre invisible
que canta con todos los hombres.

Odas elementales – Pablo Neruda

Pablo Neruda. Poeta chileno, es considerado como uno de los más grandes autores del siglo XX, siendo reconocida su valía e influencia en el mundo de las letras al otorgarle el Premio Nobel de Literatura en 1971. Criado en una familia humilde, Neruda comenzó su carrera literaria concursando en galardones como el de los Juegos florales del Maule, donde obtuvo un tercer puesto, y colaborando en varias revistas literarias. Es en esta época, a partir de 1920, cuando decide usar el seudónimo de Pablo Neruda para evitar incomodar a su padre, quien no mostraba entusiasmo por los intereses literarios de su hijo.

En 1924 le llegaría uno de sus grandes éxitos al publicar el poemario Veinte poemas de amor y una canción desesperada, clásico de la poesía que se sigue reeditando hoy en día con éxito. Con posterioridad se acercaría a las vanguardias y ya a partir de 1927, iniciada su carrera diplomática, que lo llevaría de Singapur a Java, de Buenos Aires a Madrid, pasando por numerosos destinos, su poesía se volvería impura -como él decía-, surrealista. Es en España donde edita la revista Caballo verde para la poesía, de vital importancia para la Generación del 27.

La Guerra Civil Española supuso un acontecimiento que marcó a Neruda. No sólo por la muerte García Lorca, ya que Neruda siempre había mostrado su activismo político en favor de la república y las políticas de izquierda. Neruda ejerció sus contactos e influencias en varias ocasiones durante la guerra en favor de grupos de refugiados antes de volver en 1937 a Chile.

Destinado en México, Neruda continuó con su producción y escribe sus Cantos Generales, para recibir en 1945 el Premio Nacional de Literatura de Chile. Sin embargo, su pertenencia al Partido Comunista, que fue prohibido en 1948, le llevaría a enfrentarse al gobierno de Videla con una gran ferocidad. Como consecuencia, Neruda tuvo que exiliarse en Capri y desde allí inició una serie de conferencias por Europa.

A su vuelta a Chile, ya en 1952, fue publicando grandes clásicos como Los versos del capitán, Odas elementales y, sobre todo Estravagario. Ya en la década de los 70 y con el gobierno de Allende es nombrado embajador en Francia. En 1971 le fue otorgado el Premio Nobel.

Neruda murió en 1973, poco después del golpe de estado de Pinochet, durante el cual su casa fue incendiada y su biblioteca destruida.