Thuvia, Doncella de Marte

Resumen del libro: "Thuvia, Doncella de Marte" de

En THUVIA, DONCELLA DE MARTE, cuarto título de la serie de John Carter de Marte, Carthoris (hijo de John Carter y la princesa Dejah Thoris) es acusado de raptar a Thuvia, hija de Thuvan Dhin, jeddak de Ptarth. Para demostrar su inocencia, deberá rescatar a la propia Thuvia de las mismas fauces de Kemal, el dios-león de Lothar. En esta novela, cuarta del ciclo de John Carter de Marte, el padre cede el protagonismo al hijo, que seguirá las mismas aventuras que aquel en Barsoom.

Libro Impreso

CAPÍTULO I.
Carthoris y Thuvia

En un banco de piedra pulida, bajo las espléndidas flores de una pimalia gigante, estaba sentada una mujer. Su bien formado pie, calzado con sandalia, golpeaba impacientemente el suelo del paseo, sembrado de joyas, que serpenteaba bajo los frondosos árboles sorapus, a través del césped color escarlata de los jardines reales de Thuvan Dhin, jeddak de Ptarth, cuando un guerrero de cabellos negros y piel roja se inclinó hacia ella, susurrando ardientes palabras a su oído.

—¡Ah, Thuvia de Ptarth —exclamó—, eres fría aun en presencia de las ardiente fuego del amor que me consume! ¡La piedra fría, dura y gélida de éste tres veces dichoso banco que soporta vuestra divina e inalcanzable forma no lo es más que vuestro corazón! Dime, ¡Oh Thuvia de Ptarth!, que puedo aún esperar, que aunque no me ames ahora, algún día, sin embargo, algún día, princesa mía, yo…

La muchacha se puso en pie de un salto, lanzando una exclamación de sorpresa y desagrado. Su cabeza, digna de una reina, se agitó altivamente sobre sus suaves hombros rojos. Sus ojos oscuros miraron coléricamente a los del hombre.

—Te olvidas de ti mismo y de las costumbres de Barsoom, Astokdijo ella—. No te he ofrecido la confianza suficiente para que hables así a la hija de Thuvan Dhin, ni tú te has ganado tal derecho.

El hombre se adelantó repentinamente y la sujetó por un brazo.

—¡Serás mi princesa! —gritó—. Por el pecho de Issus, lo serás, y ningún otro se interpondrá entre Astok, príncipe de Dusar, y el deseo de su corazón. Dime que hay otro, y le arrancaré su corazón podrido y lo arrojaré a los calots salvajes de los fondos de los mares muertos.

Al contacto de la mano del hombre con su carne, la joven empalideció bajo su piel cobriza, porque las cortesanas reales de los Palacios de Marte son tenidas casi por mujeres sagradas. La acción de Astok, príncipe de Dusar, era una profanación. No se reflejaba el terror en los ojos de Thuvia de Ptarth; solamente horror por lo que el hombre había hecho y por sus posibles consecuencias.

—Suéltame.

Su voz era fría y tranquila.

El hombre murmuró incoherentemente y la atrajo violentamente hacia sí.

—¡Suéltame —repitió con voz aguda—, o llamo a la guardia! Y el príncipe de Dusar sabe lo que esto quiere decir.

Apasionadamente, echó su brazo derecho alrededor de los hombros de la muchacha e intentó aproximar su rostro a sus labios. Con un débil grito, ella le golpeó de lleno en la boca con los pesados brazaletes que rodeaban su brazo libre.

—¡Perro! —exclamó ella, y luego—: ¡Guardia, guardia! ¡Apresuráos a proteger a la princesa de Ptarth!

En respuesta a su llamamiento, una docena de guardias llegó corriendo a través del césped color escarlata, con sus brillantes y largas espadas desnudas a la luz del sol, el metal de sus atalajes de guerra resonando contra sus correajes de cuero y en sus gargantas roncos gritos de rabia al contemplar la escena con que tropezaron sus ojos.

Pero antes de que hubiesen atravesado la mitad del jardín real para llegar adonde Astok de Dusar retenía aún en su abrazo a la joven que trataba de defenderse, otra figura saltó desde un macizo de denso follaje que ocultaba una fuente de oro, que se hallaba casi al alcance de la mano. Era un joven alto y esbelto, de cabello negro y penetrantes ojos grises, ancho de hombros y estrecho de caderas: el tipo perfecto de un luchador. Su piel tenía el débil tinte cobrizo propio de la raza roja de Marte, distinguiéndolos de las otras razas del planeta moribunda; era como ellos, y sin embargo, había una sutil diferencia, aún mayor que la que consistía en su piel de color más claro y en sus ojos grises.

Había cierta diferencia, también, en sus movimientos. Se aproximaba a grandes saltos que le acercaban tan rápidamente, que la velocidad de los guardias resultaba ridícula en comparación con la suya.

Edgar Rice Burroughs. El renombrado escritor estadounidense del género fantástico, es reconocido principalmente por sus cautivadoras series de historias de Barsoom, Pellucidar, Venus y, sobre todo, Tarzán. Nacido el 1 de septiembre de 1875 en Chicago, su vida estuvo impregnada de aventura, fracaso y éxito.

Burroughs, cuarto hijo de un empresario y veterano de la Guerra Civil estadounidense, pasó por varias escuelas locales y academias militares, aunque no logró ingresar a West Point. En cambio, se unió al ejército y sirvió en el séptimo regimiento de caballería en Arizona, donde se familiarizó con el escenario que más tarde daría vida a sus relatos del Oeste. Sin embargo, debido a problemas cardíacos, fue dado de baja y se embarcó en diversos trabajos sin mucho éxito, como comerciante, minero, vaquero y policía.

En 1900, contrajo matrimonio con Emma Hulbert, su novia de la infancia, y juntos tuvieron tres hijos: Joan, Hulbert y John Coleman. En 1911, mientras trabajaba como vendedor de sacapuntas, Burroughs comenzó a escribir ficción por diversión y necesidad económica. Inspirado por las populares revistas de aventuras que leía, decidió probar suerte como autor. Así nació su primera obra, "Bajo las lunas de Marte" (1912), que inauguró la serie de Barsoom, protagonizada por John Carter, un soldado que viaja a Marte y vive inimaginables peripecias.

El éxito de esta historia lo animó a seguir escribiendo y a crear otros personajes y mundos fantásticos. Entre ellos, destaca el icónico Tarzán, el hombre mono (1912), que dio origen a una saga de más de veinte libros sobre el rey de la selva. Tarzán se convirtió en un ícono cultural que trascendió la literatura y se adaptó al cine, la televisión, el cómic y el merchandising. Con su riqueza, Burroughs adquirió un rancho en California al que bautizó como Tarzana, nombre que posteriormente daría lugar a la ciudad que se desarrolló en sus alrededores.

Además de Tarzán, Burroughs escribió otras series notables, como la de Pellucidar, ambientada en el interior hueco de la Tierra, la de Venus, con Carson Napier como héroe, y la trilogía de Caspak, situada en una isla perdida donde conviven diferentes etapas de la evolución humana. También incursionó en novelas históricas, policíacas y humorísticas. En total, publicó más de ochenta libros que lo consagraron como uno de los escritores más populares e influyentes del siglo XX.

En 1934, Burroughs se divorció de Emma y contrajo matrimonio con Florence Gilbert en 1935, aunque se separaron en 1941. Durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en el escritor más longevo en desempeñarse como corresponsal de guerra. Tras el conflicto, se estableció definitivamente en su rancho de Tarzana, donde falleció a los 74 años debido a un ataque al corazón. Su descanso eterno se encuentra bajo un árbol, junto a una placa conmemorativa que dice: "Edgar Rice Burroughs: creador de Tarzán".