Poetas

Poesía de Estados Unidos

Poemas de Adrienne Rich

Adrienne Cecile Rich (16 de mayo de 1929, Baltimore, Maryland – 27 de marzo de 2012, Santa Mónica, California), más conocida como Adrienne Rich, fue una poeta, intelectual, crítica, feminista y activista lesbiana estadounidense. Falleció a la edad de 82 años en San Francisco, California (EEUU).

Árboles

Desde el interior, los árboles avanzan hacia el bosque,
el bosque que estuvo vacío todos aquellos días,
donde ningún pájaro podía posarse,
ningún insecto esconderse,
y ningún sol podía enterrar su pies en la sombra;
en el bosque vacío de esas noches,
los árboles abundarán por la mañana.

Las raíces se esfuerzan toda la noche
por desprenderse de las grietas
en el suelo de la terraza.
Las hojas se retuercen hacia los vidrios,
pequeños vástagos endurecidos por el esfuerzo
largas y torcidas ramas que se desprenden con dificultad
bajo el techo, como pacientes recién dados de alta,
medio-aturdidos, dirigiéndose
hacia las puertas de la clínica.
Aquí me acomodo. Las puertas se abren hacia la terraza,
escribo extensas cartas
donde apenas menciono el bosque
y su partida de la casa.
La noche está fresca, la luna entera brilla
en un cielo aún abierto.
El aroma de hojas y liquen
llega como una voz a las habitaciones.
Mi mente está plena de susurros
que permanecerán en silencio mañana.
Escucha. Los vidrios se quiebran,
se tambalean los árboles
Hacia la noche. El viento
se apresura a recibirlos.
Como un espejo la luna se ha quebrado
y en la copa del roble más alto
relampaguean ahora sus fragmentos.

Delta

Si has creído que este escombro es mi pasado
hurgando en él para vender fragmentos
entérate de que ya hace tiempo me mudé
más hondo al centro de la cuestión

Si crees que puedes agarrarme, piensa otra vez:
mi historia fluye en más de una dirección
un delta que surge del cauce
con sus cinco dedos extendidos

En un concierto de Bach

Atravesando la ciudad en una noche de invierno
Dijimos que el arte y la vida son polos opuestos.
Aquí nos acercamos a un amor que no conoce la lástima.

Esta anciana disciplina, severamente tierna,
Renueva la creencia en el amor y sin embargo controla el sentimiento,
Convirtiendo lo que soportamos en una bendición.

La forma es la ofrenda más grande que el amor puede ofrecer –
La unión vital de la necesidad
Con todo lo que deseamos, todo lo que sufrimos.

Un arte demasiado compasivo es apenas un arte a medias.
Sólo tan altiva y comedida pureza
Restaura el demasiado traicionado corazón humano.

Planetarium

Inspirado en Caroline Herschel (1750-1848),
astrónoma, hermana de William, y en otras…

Una mujer con forma de monstruo
un monstruo con forma de mujer
abundan en los cielos

una mujer «en la nieve
entre los Relojes e instrumentos
o midiendo el suelo con pértigas»

capaz de descubrir a sus 98 años
8 cometas

aquella sobre quien la luna gobernó
como en nosotras
levita hacia el nocturno cielo
surca distancias en los lentes pulidos

Galaxias de mujeres, cumpliendo ahí
penitencia por impulsivas
congelados nervios
en aquellos espacios de la mente

Un ojo
«viril, exacto y absolutamente seguro»
desde las confusas telarañas de Uranusbor

encuentra la NOVA

cada impulso de luz estalla
desde el centro
como se descarga nuestra vida

Tycho susurra al fin
«Que no parezca que he vivido en vano»

Lo que vemos, lo vemos
y ver es cambiar

la luz que marchita una montaña
y le permite a un hombre vivir

Los latidos del pulsar
el corazón exudando por mi cuerpo

El impulso de radio
que fluye desde Taurus

Estoy bombardeada aun así me yergo

Me he mantenido de pie toda la vida en medio
del curso directo de una batería de señales
el más fielmente transmitido el más
intraducible lenguaje en el universo
Soy una nube galáctea tan profunda tan intrincada
que una onda de luz demoraría 15
años viajando por mí Y ha ocurrido
Soy un instrumento con forma
de mujer intentando traducir pulsaciones
a imágenes para aliviar el cuerpo
y reconstruir la mente.

Reparto de tareas

Las revoluciones dan vueltas, pactan, hacen declaraciones:
una revista nueva aparece, viejos nombres en su cabecera,
una revista antigua abrillanta su obra
con deconstrucciones de la prosa de Malcolm X
Las mujeres en las filas traseras de la política
todavía lamen hilo para pasarlo por el ojo
de la aguja, truecan huesos por plástico, rajan vainas
para venderlas como collares en los cruceros
hacen inmaculados vestidos de Primera Comunión
con planchas y vacilante agua caliente
todavía ajustan los microscópicos hilos dorados
en los chips de silicio
todavía dan clase, vigilan a los niños
desaparecidos en las callejuelas de fuego cruzado, los barrancos de
repentinas inundaciones
los repentinos incendios de queroseno
-mujeres cuyo trabajo reconstruye el mundo
todas y cada una de la mañanas
He visto a una mujer sentada
entre la estufa y las estrellas
sus dedos chamuscados de apagar las velas
de la pura teoría Índice y pulgar: los dos quemados:
he sentido esa cera sagrada levantarme ampollas en la mano

Sueño que soy la muerte de Orfeo

Camino rápidamente a través de las estrías de luz y sombra
que arroja una arcada

Soy una mujer en la plenitud de la vida, con ciertos poderes
y estos poderes limitados severamente
por autoridades a las que pocas veces veo el rostro.
Soy una mujer en la plenitud de la vida
que conduce a su poeta muerto en un Rolls-Royce negro
por un paisaje de crepúsculo y espinas.
Una mujer con una cierta misión
que la dejará intacta si se obedece al pie de la letra.
Una mujer con los nervios de una pantera
una mujer con contactos entre los Ángeles del Infierno
una mujer que siente la grandeza de sus poderes
cn el preciso momento en que no debe usarlos
una mujer comprometida con la lucidez
que ve, a través de la confusión, los fuegos humeantes
de estas calles subterráneas
a su poeta muerto aprendiendo a caminar hacia atrás, contra el viento,
por el lado equivocado del espejo

La luna…

(volviendo a casa en coche de una lectura de Robin Blaser)

La luna
no es romántica. No. Es
un hecho de la vida y aún
no estamos acostumbrados. Pensarías, refleja
las olas no las atrae. Así
yo te regiría igual que
he sido regida por ti. En la carretera de la Costa
entre rachas de niebla

ese rostro (sí, tiene
expresión) que aparece y desaparece
nos habla
como hizo él en su galantería
y operístico misterio.