Poetas

Poesía de Francia

Poemas de Andrée Chedid

Andrée Chedid (El Cairo, 20 de marzo de 1920 – París, 6 de febrero de 2011) fue una escritora francesa de origen cristiano libanés. Estudió en la Universidad americana de El Cairo, donde se graduó en periodismo en 1942, año en el que se casó con Louis Chedid, por aquel entonces estudiante de medicina y con quien se fue a vivir al Líbano en 1943, donde publicó su primer poemario en inglés On the Trails of My Fancy ese mismo año.

En 1946, se instalaron definitivamente en París, su marido comenzó a trabajar en el Institut Pasteur y ambos adquirieron la nacionalidad francesa. Es madre del cantante Louis Chedid y de la pintora Michèle Chedid-Koltz, su nieto Matthieu Chedid, también es cantante. Falleció en París el 6 de febrero de 2011.

Fue galardonada con la Legión de Honor en 2009 y con el Premio Goncourt de poesía en 2003.

Enigma I

Tropezándonos con los enigmas
de la aurora y las tinieblas
del instante y el después

En el espanto o el ardor
creamos obras
labramos senderos
inventamos fábulas
gravamos máximas
prescribimos dogmas
engendramos mentiras o verdades

Víctimas o victimarios
rozamos la trama del mundo

Mientras el hogar
arde del otro lado del silencio
en el revés de las palabras
y los pensamientos.

Poesía II

Lo que es más que la palabra
pero que la palabra libera

Lo que es perecedero
pero renace más adelante

Lo que naufraga profusamente
pero sin cesar se construye

Lo que siempre nos sobrepasa
pero de su pasar somos semilla

Lo que tiene nombre de vida
pero que los días apartan

Lo que es evidencia
pero permanece en suspenso

Soledad

Soledad
almena sobre las llanuras inauditas
La sombra cesa de blandir sus oropeles
La ausencia ya no derrama sus torpores
Los pozos ya no engullen la estrella
Las cenizas ya no alteran el arroyo
A través de los árboles opacos
Se filtra el claro

Nacer

En el cruce de los tiempos
De los corazones y del azar
Naciste vivo
En lo más vivo de los vivientes
Se te dio gritos y habla
Goce alientos muerte
Y el canto inaudible
Que atraviesa las edades
Injertado al antes
Hacedor de futuros
Fundas la esperanza
En todo el medio de las desesperanzas.

Traducción Alfredo Silva Estrada

Mareas II

En marea alta
ejecutando
sus escalas
de gris o de calma
el océano versátil
se une al litoral

Testigos de estas maniobras
las casas recuerdan
marinos ahogados

Un niño llora
su fortaleza de arena

Y para aquel que pasa
según la hora
según el alma
la ensenada lleva a las riberas
o devela lo desconocido.

El viaje liberado

No hay muros
Te lo he dicho no hay muros

Estemos donde estemos canto y permanezco
Estemos donde estemos el presente no tiene edad

Si me despierto con la aurora
Y estás en mi vida

Estemos donde estemos las fuentes se desatan

El ancla no es del viaje
Te lo digo

El poema

Sin cesar
En lo vivo de sí mismo
Se acomete el poema
Espejos del instante
Fragmentos del deseo
Ecos del grito

Hurgando el hueso hasta la médula
Atravesando el hábito hasta el alma
Volviendo a abrir las puertas del espacio
Aliviando los desórdenes del espíritu
El poema
Se precipita sobre nuestras páginas ávidas
Explorando a la vez
Toda la llama
Y todo el agua.

Te amo, pájaro hostil

No es de morir de lo que morimos

Sino de llevar el día en mil astillas
De ser la presa de uno solo de nuestros rostros
De tener nuestras casas como el lugar

No es de morir de lo que morimos

Sino de la espuma que pierde memoria
De sus sienes de océano

De la hierba violentada en su guarida
De las llanuras que la hora endurece

Ahítas de selvas insondables
Por develar sólo una de sus ramas
Y del azar,
Atolón que se reduce

Vida atigrada sobre nuestras vidas
¿Con qué red apresarte?

Te amo, pájaro hostil

La otra mirada

Si te tropiezas con los muros de carne
Si tus palabras naufragan antes de nacer
Si tu sangre se aferra a tus huesos
Y tu mirada pierde el sendero

¡Haz un llamado a la otra mirada!

La mirada que transgredí el mundo
Y distancia el tiempo singular

En la angostura de los días
Cuando se abisma la penumbra
¡Amotina la otra mirada!

Su brillo te buscaba.