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Poesía de España

Poemas de Concepción de Estevarena

Rafaela María de la Concepción de la Trinidad Estevarena Gallardo (Sevilla, 10 de enero de 1854-Jaca, provincia de Huesca, 11 de septiembre de 1876) fue una poetisa romántica también conocida como Concepción de Estevarena. Su corta vida (22 años) estuvo marcada por la fatalidad. Huérfana de madre antes de los dos años, y de padre a los 21 años (1875), contrajo la enfermedad de tuberculosis que le llevaría a la tumba.

AYER Y HOY

-¿Qué es la existencia, y qué es un juramento?
-te dije ayer, y respondiste tú-:
-un juramento es dar la fe de un alma,
y la vida es amor, amor y luz.
Hoy, lo mismo que ayer, yo te pregunto
y sonriendo me respondes ya:
-Un juramento, un eco que se pierde;
la vida, horas que llegan… y se van.

COMBATE

De mis ideas la insufrible carga
abruma, sin cesar mi pensamiento,
y a cada instante crece mi tormento;
cada hora que se aleja es más amarga.
Presa de la ansiedad que así me embarga,
día por día mi existencia cuento;
sigo el curso del sol; ¡pero es tan lento!
Llega la noche al fin; ¡pero es tan larga!
Largo es vivir con mi martirio fuerte,
mas fuera corto el tiempo, aún sin medida,
si cual quisiera yo fuese mi suerte.
Y es ¡ay! mi voluntad tan combatida,
que sobrándome vida amo la muerte,
y a punto de morir querré la vida.

DESCANSO

Me preguntas que pienso, si al mirarme
fija mi vista encuentras en tu rostro:
¡Alguna vez el ave fatigada
ha de hallar un momento de reposo!
Hay a veces que no pienso, y no sé entonces
si es sueño o realidad lo que abandono:
será que mi cansado pensamiento
se ha posado en mis ojos

ENIGMA

Con todos los rumores que, mezclados,
suben a lo infinito,
ha querido formar el hombre, ansioso,
de libertad el sacrosanto himno.
Notas, murmullos, huracanes, risas,
palabras y suspiros,
nada es bastante; el himno deseado
siempre incompleto resonó en mi oído.
Mientras me lleve por el mar del mundo
la nave del martirio,
no espero ya escucharlo; falta un eco
universal, espléndido y divino.
Tal vez la eternidad es solamente
quien guarda ese sonido,
y el velo de la muerte cubre el arpa
donde resuena el suspirado himno.

FRAGMENTOS

¿Quién es la que fantástica y divina
sembrando estrellas deslumbrante pasa?
Esa se llama la ilusión primera,
esa es la aurora, el despertar del alma.

***

Los recuerdos de ayer, tristes y helados
pasaron insepultos ante mí,
cubiertos con girones de mi alma
envolvieron mi oscuro porvenir.

***

Era lámpara rota que aún sentía
viva la llama que en su seno ardió.
Su corazón la muerte no esperaba,
que estaba muerto ya por el dolor.

***

Átomo soy que el huracán arrastra ,
sombra que por la tierra va perdida
y quiere remontarse hasta vosotras.

GRANDE Y SABIO

Alcé los ojos: tu mirada, entonces,
brilló intensa en mis lágrimas,
como un rayo de sol que ardiente cae
sobre trémulas aguas.
Te dejé de mirar, por parecerme
que te causaba pena,
aunque yo, contemplándola, sentía
satisfacción secreta.
Volví a mirarte cuando ya a mis labios
atrajo una sonrisa:
llorando estabas tú, pero tus lágrimas
eran lágrimas mías.
Grande es tu corazón, porque consuela
con el triste sufriendo:
tu corazón es sabio porque sabe
llorar males ajenos.

HOJAS PERDIDAS

Conservo el tallo verde entre mis manos
y ya esparcí las hojas de la flor;
Las he visto alejarse, cual se aleja
la primera ilusión.
Eran hojas de rosas, que aún guardaban
el perfume la forma y el color,
y, aun siendo así, volaron con el viento,
y nadie las miró.
He visto en esas hojas el destino
de seres sin hogar y sin amor,
que saben de la noche y nada saben
de los rayos del sol.
Arrancados del tallo en que nacieran
y arrojados al viento del dolor,
nadie se para a ver en si esos seres
existe un corazón.

LIBERTAD

En cuanta extensión inunda
el sol con su luz dorada,
la libertad es amada
con una pasión profunda,
un canto en su honor entona,
y bien la fama pregona
que, aunque destronarla intenten,
tienen en las almas que sienten
un trono y una corona.

La libertad presta aliento
al pensamiento que crea,
porque es la primera idea
que brota en el pensamiento;
ella es luz y es sentimiento,
y es fuerza que la respeten,
pues, aunque su marcha inquieten
almas a su luz ajenas,
no habrá quien labre cadenas
que a la libertad sujeten.

¡Libertad, lazo de amor,
talismán que honra y escuda,
la humanidad te saluda
como a su gloria mejor!
No pierdes en esplendor,
aunque al verte victoriosa
te promuevan guerra odiosa;
Que aun siendo tus penas muchas
sales de las nuevas luchas
más radiante y más hermosa.