Poetas

Poesía de México

Poemas de Daniel Olivares Viniegra

Daniel Olivares Viniegra (1961) emerge como una voz distintiva en el panorama literario mexicano, destacando tanto por su labor como escritor y poeta como por su compromiso con la difusión cultural. Consejero editorial de la revista El Comité 1973 y miembro activo del influyente grupo literario El Comité, Olivares ha dejado una huella significativa en la escena literaria contemporánea.

Originario de Tehuetlán, Hidalgo, Olivares cultivó su pasión por la literatura, culminando en una maestría en Literatura Iberoamericana en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde también completó su licenciatura en literatura. Este sólido trasfondo académico se refleja en su obra, que se caracteriza por su profundidad y riqueza conceptual.

La versatilidad de Olivares se manifiesta en su extensa producción, que abarca desde poesía hasta ensayos y artículos, publicados en reconocidas revistas como Humo Sólido y La Piraña. Su capacidad para explorar temáticas diversas y expresarlas con maestría lo ha consolidado como un referente en la escena literaria contemporánea.

Entre sus obras más destacadas se encuentran «Sartal del tiempo» (1992), una obra que marcó su ingreso en el ámbito poético, y «Arenas» (1996), publicado por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Más recientemente, «Atar(de)sol» (2016) y «Antiparras: Antipoemas para lectores sin prejuicios» (2017) han consolidado su posición como un poeta vanguardista y provocador.

Daniel Olivares Viniegra no solo ha contribuido al enriquecimiento de la poesía contemporánea mexicana, sino que también ha nutrido el diálogo cultural a través de su participación en diversas plataformas y su constante búsqueda de nuevas formas de expresión literaria. Su matrimonio con la talentosa artista visual Elsa Madrigal no solo refleja una conexión personal, sino también la fusión de dos mundos creativos que enriquecen mutuamente sus respectivas disciplinas. Con una trayectoria que abarca décadas, Daniel Olivares Viniegra sigue siendo una figura imprescindible, desafiando convenciones y dejando una marca indeleble en la rica tradición literaria de México.

AQUAESCENCIA

Así de azules caminamos.

Nos movemos entre rocas y entre nubes:
navegamos redundantes
circulando siempre
hacia nuestra propia esencia
revertida en cielo y vapores hidrópicos.

Nitrogenizados
ozonizados.
Somos casi la esfera
o tres cuartas partes de ella.

A nosotros vienen las voces de todos los hombres
y nos deslavan
-después del atardecer-
el silencio
y la lluvia de paz.

Un huracán furtivo
se allega a estremecernos de vez en cuando.

Después de la resaca
sólo quedan:
el verde mohoso del arrecife
los fósiles cuadrados del tiempo
y la plasticidad de nuestras estrías…

Placas violentas perviven
cuando la historia ha pasado.

Paleozoicos somos:
amarillos nuestros fondos
dejan ver corales y estrellas
y uno que otro hipocampo
que presuroso
pretende surcar las galaxias del vacío.

(Pegaso inarmonioso, precisa riendas
que amorosas lo sujeten.)
Acá, un cangrejo ermitaño
tenacillas finas de mar de Oriente
nos recuerda que en la aurora
habrá que caminar con fineza:
vencedores.

Se nos vuelve a llenar de agua el universo…
gota a gota
viene amaneciendo.

Un caracol de río
nos da fe cierta de otro origen.

Y las carabelas
van
y
vienen.

ACRÍLICO FINAL

Gabriel Arcángel
con botas de amanecer
por si el día escampa.

Pincel cual cincel
Lucifer es, infiel,
“so” su sombrero de paja.

Sobre el paisaje: alcohol
luz y color
amarillo y sol;
y el rojo también desgrana.

Virtual trasparencia,
sueño de amor
ardiente arrebol
por toda la vía estampa.

Tras la apariencia
Ciencia:

De vuelta a la hamaca
el lienzo es ajeno;
casi sin tocar,
muelle la arena
se ha vuelto una trampa.

Calla la música;
duérmese que no
en definitiva
cesará la danza.

* * *

Empañando al cristal solar,
alienta tibia otra esperanza.

LÍQUIDA LUZ

I

La tierra toda vestida de novia
purificándose de su tristeza
ansiosa abreva

Graniza sobre la ciudad
y el azoro del tiempo
tórnase en blancos fragmentos de luz concreta

Garrafal impudor del cielo que consterna
Lúdico y humectante escollo

Al retorno accidental de los ayeres
responde el trueno con sus alarmas huecas

Todo es violencia firme del ahora
y presentimiento fugaz del qué será
latiendo

Llueve después lúbricamente
y el dolor discreto se deshace
en vaporosos y conspicuos lodos
que obligan a repensar
… Que no hay peligro
aunque abandonado y expósito quedes
como siempre
perdido en tus silencios

También —después de la borrasca—
tus palabras
lentamente
aquí sobre la hoja se deshielan.

II

Líquida luz
sobre esta página (o esta historia)
estalla

… Y está allá cobija eterna
del progreso y del tezontle

Providencial dialéctica de lo converso
afirma el siempre decir siempre
que afrenta y contradice al universo

La voz—canción
de líneas verticales
captura entre escudos y lanzas desoladas
el húmedo y viejo hu(eco) de tu nombre

Quiere también dormir/ desparramarse
en tus espejos que ya no están: Ciudad enamorada

De un solo golpe todo el Valle…
(precipitado en la mirada)
reitera lo que es el vivir:
nostalgia y sal entre esta bruma alucinada.

Hummingbird
(Huitzilín…)

Nervio crepitante de la flor:
Color—Calor
Valiente ardor
que al sol su fiebre aferra.

Espiga de viento
Brújula del Ser:
Aliento quiere arder
cual fulgor que lamparea.

O tal vez lucirá brillo de amor
Ato de plumas:
Ansia del aire:
Don de la espuma…

Ni raudo disparo
podrá nunca equiparar a esta vivaz
Fugaz saeta

… Que ágil y contumaz
veloz cometa

Al cielo apunta
en pos de aqueste u otro
Alado abril / detrás del cual
… Ya sin dudar
y sin cesar

Revolotea…

Rehilete azul
que rasga de tu cielo
el claro tul

Por todo lo alto
Su plenitud
Relampaguea

Pero baja otra vez
… Fragmento
De azucena:

El vuelo en que liviano (por sobre la rama u hoja verde)
por momentos se sostiene
Nunca miedo es / Sino deviene…
en su breve(edad) dinámico proyectil que se detiene

Corazón de luz
Micro
cromático
cosmos
de ubicuidades ataviado

Ahora llega de la misma forma
en que se aleja
en tanto irrumpe tras la hebra
Su misterio

Consagración del instante
Se adentra en la mirada

Y

(Como si nada…)

En tu retina plasma también su
Llamarada

Alígero volador
Frágil diamante
Aquí entre el vivir…
perseverante permanece

Ya se va….
Que no se va;
Siempre se queda

Acaso es su corazón
de alas ligeras
Semilla eterna en que guarece
Primavera.

POLIFEMO

*

…Ojo que nO ve igual a cíclOpe obligadO

* *

El sol, sol0 dej0 de luz o mejor aún
eclipsad0
caleidosc (opiO)
del ya efímero pan-Ora-ama
céntrica sOrtija infOrme
De/viene/se opacidad para la cual
entre áureOs destellOs
derivadOs del espectrO,
supervive en tantO la memoria, diáfana que es,
y es a(la) vez seductor abismo
.
.
O
postigO apenas lóbregO,
tras cuya ausencia subsiste el casi (no colOr),
lo que pOr si acasO umbrOsidad implica,
y tram)O(nta
oquedad fosO, pozO; fOsa // PoZA en la que nada se pOsa
O es iridiscente
sima,
cuando nO procelosO pié_lagO u osciloscopiO
trém o l O
o multicromO palpitar
refulgente que clara[mente] hasta ahOra
trasciende, y nada (( )) es
O sí:
el ocasO:
inanidad nadando en la nada;
(hada) in(h)ad(a)vertida.