Poetas

Poesía de Argentina

Poemas de Esteban Moore

Esteban Moore es un poeta, traductor y periodista argentino que nació en Buenos Aires en 1952, pero que se crió en Lobos, la tierra de Juan Perón y Juan Moreira. Desde joven se interesó por la literatura y la cultura, y comenzó a publicar sus primeros poemas en revistas y antologías. Su obra poética se caracteriza por una mirada aguda y crítica sobre la realidad social, política y cultural de su país y del mundo, con un lenguaje preciso, rítmico y lleno de imágenes sorprendentes. Entre sus influencias se encuentran los poetas estadounidenses de la generación beat, como Lawrence Ferlinghetti, Allen Ginsberg y Jack Kerouac, a quienes ha traducido al español con maestría y fidelidad.

Moore ha recibido varios reconocimientos por su labor literaria, entre ellos el premio poesía del Fondo Nacional de las Artes, la mención del premio municipal de poesía, el tercer premio de ensayo y la Condecoración de la Orden Alejo Zuloaga, otorgada por la Universidad de Carabobo, Valencia, Venezuela. En 2020 fue nombrado Personalidad Destacada de la Cultura por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además de poeta y traductor, Moore es un ensayista y periodista que ha escrito sobre diversos temas culturales, como las revistas literarias argentinas, las librerías y pizzerías patrimoniales de Buenos Aires, la obra de Jorge Luis Borges y la poesía argentina contemporánea.

Algunos de sus libros de poesía son: La noche en llamas (1982), Con Bogey en Casablanca (1987), Partes Mínimas (2003), Antología poética (2004), El avión negro y otros poemas (2007), Veinte años no son nada (2010), Pruebas al canto y otros poemas (2012) y Poemas (1982-2007) (2015). Su último libro publicado es Las promesas del día (2019), una selección de sus mejores poemas realizada por el propio autor. En este libro se puede apreciar la evolución y la coherencia de su voz poética, que combina el humor, la ironía, el lirismo y el compromiso con su tiempo.

El impulso…

el impulso -que recorre oscuros canales licuificados/ ardientes
esponjas magmáticas –recibe en la latencia de cada uno de sus
corpúsculos –fluctuantes destellos eléctricos/ voluntad -que el
ojo no podrá percibir, mucho menos cuantificar en el espejado
campo de la memoria –ese impulso, su refracción digo: ondula
giros centrífugos (derrama la virtud de su latido)

Ángeles caídos

Borracho de alcohol
y desesperación
Dylan con sus aullidos estremece la noche
Vallejo tose en un conventillo parisino
las noche se extiende en los hemisferios
en Méjico Lowry
oculta sus visiones zoológicas
en las abrasivas lenguas del mezcal
viajando sobre el chirrido de un tren de carga
Kerouac canta ronco vómito tras vómito
las bondades del agrio vino californiano.
Bukowski resbala y cae
en la noche brillante de Sunset Boulevard
en la trastienda de una farmacia de turno
Carver abre una botella de licor clandestino
mientras una vieja con un perrito ridículo
espera el preparado
que tranquilizará sus tormentas
a esta hora de la madrugada
quizás alguien se esté preguntando
qué sucede
bajo el ardiente sol de los parajes sureños
en el extremo de Oriente pálido de luna
en una jaula iluminada por reflectores
Pound murmura palabras
que sus carceleros no comprenden
Michaux cubierto de noche
en un cementerio de Cuernavaca
se deja volar en sustencias
sin entender la magia del paisaje
en una ciudad que lo desconoce
Julio Huasi
decide por mano propia
abrazar las tinieblas
otros en el pico de una botella
apagan los exactos compases del corazón
en un sitio donde todos cantan la belleza
de las cimbreantes mujeres junto al mar…

Poema x

Este melón es una rosa,
este perfuma como una rosa,
adentro debe tener un ángel
con el corazón y la cintura siempre en llamas.
Este es un santo,
vuelve de oro y de perfume
todo lo que toca;
posee todas las virtudes, ningún defecto,
Yo le rezo,
después lo voy a festejar en un poema.
ahora, sólo digo lo que él es:
un relámpago,
un perfume,
el hijo varón de las rosas.

Ese canto rodado…

“The pebble/ is a perfect creature”

ese canto rodado -que se desplaza lento en el repetido
ciclo de las aguas / podrá exponer en la palma de una
mano / el mudo resplandor de su apariencia / -al tacto
inseguro de tus dedos –una estructura única

Los dedos pulgar e índice…

“bienes de la tierra”

los dedos pulgar e índice –levemente combados en labor de
pinzas/ presionan el contorno irregular –de esa piedrita que
has recogido a la orilla del río/ la colocan bajo la luz de una
lámpara eléctrica/ que alumbra de su figura –la suavidad de
los bordes/ el tallado paciente de las aguas

Con Bogey en Casablanca

bogey bebe en silencio
el agrio bourbon del olvido
su mirada perdida en la noche africana
oculta las profundas cicatrices del amor
desde la mesa observa al pianista
que sin emoción acaricia en el aire
con manos de brillante caoba
las teclas de un piano destartalado
en el fondo del salón a media luz
acompañada por una vieja guitarra
la francesita delgada y triste
sostiene el tibio mate de la espera
bogey la mira a través del humo del cigarrillo
para comentar lentamente como sólo él puede hacerlo
con la entonación propia de un reo del abasto
“muchachos… ella algún día lo comprenderá…
…carlitos se nos ha ido para siempre”

En un estadero, camino de quirama, en medellín

Hombres de piel tostada
beben en silencio ron, aguardiente o cerveza
la música a todo volumen
-electriza los cuerpos
Alrededor de la barra un grupo de mujeres habla y ríe
ensayan pasos de baile
al compás de sus movimientos -elegantes -seductores
agitan las negras cabelleras
que bajo el halo de la luz fluorescente se encienden
reflejando en sus ondulantes destellos pequeños relámpagos
-culebras voltaicas
….sobre la barra desde un gigantesco afiche
marilín en el apogeo del peróxido
preside la fiesta.

Transpiraciones

en la noche prendida de silencio
cuando mueren los televisores
de las sombras nace la poesía
-mis dedos restregan su pelo-
y yo
yo sigo siendo
soy:
el mismo enano solitario necesitado de palabras
el que no se acostumbra a viajar con la muerte
el café
calles silenciosas
conducen al café
del solo última casa en luces
allí el solitario
en compañía de sus recuerdos
y copas y humo y música y humo
se envuelve de nostalgia
para dibujar en el aire días posibles
pero…veloz, la madrugada
no tardará en golpear
el sucio ventanal
entonces dispondrán los abandonados

de la luz que los agobia

La boca en la fruta

en pleno silencio
de las bocas
que mutuas se comen
las lámparas
su repentino fulgor
iluminan
los oscuros pezones
el vientre
la mano que se aroma
en la deseada humedad
en la desvanecida penumbra
esa mujer
anhela de las promesas
el empeño
en la disuelta oscuridad
esta mujer concibe
estímulos en carne propia

esa mujerolvida
esta mujer cierra los ojos

Che Tartufo Oí

a este buenos aires
que vio mejores días
quieren regresar
a través del mar con el TU
a flor de labios desde el mar

quemá el peluquín
abandoná la mineta
no te vayas en suspiros
en esto de la libertad
de lenguas