Poetas

Poesía de Francia

Poemas de Henri Pichette

Henri Pichette (Châteauroux, Indre, 26 de enero de 1924 – París, 30 de octubre de 2000) fue un escritor, antipoeta y dramaturgo francés.

Jirones de un manuscrito amoroso

Ningún pecado. Prefiero la lógica desfalleciente, en su mecánica literalidad, bella y rebelde, con frecuencia roja, casi descabellada, a veces miel, a veces viscosa, la lógica de una mariposa, de una flor carnívora o de una uña de mujer.

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La Iglesia suprimió la razón en nombre del Espíritu Santo. Más, transportada por el amor, mi razón es la cosa de espíritu-mente excelente que vuela en el espacio de tu alma. Mi demonio primaveral nidifica en la mielga de tus muslos suaves.

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(el sexo siempre luego del sexo y frente siempre al otro sexo ávido y listo a jugarse al número del edén) (el sexo árbol de la vida, el sexo musageta, el sexo clave de los sueños) decididamente el Sexo lleva la voz cantante.

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Mi pariente, mi transparente, mi hermana enemiga! tus nocturnas locuras están impregnadas de lucidez. Resulta normal que llegue a delirarte, tan cierto es que nadie sigue los designios de su corazón.

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Corazones en su punto cúlmine al servicio de cerebros encendidos por las ganas locas y muy-positivimente lógicas de hacer el amor y perfeccionar el amor!

Tengo los dos ojos, los dos grandes ojos abiertos, los dos grandes ojos felinos, los dos bellos ojos felinos, los dos bellos grandes ojos claros y oscuros de la Mujer sobre mi almohada. Sus ojos donde ver
tanto el mar fosforescente,
o el prado ultraflorido,
a veces las rosas al despuntar el día,
recién las violetas al bajar el sol,
allí, agua que parece dormir
– un mar plano calmo sin bruma ni vela ni e muda

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Bajarán, los ojos. Serán gemas, los ojos, como los de un demonio que inicia una plegaria.

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Tus dunas se estremecen con mi procesión de besos. ¡Montes de gozo son tus pechos ! y tu pubis un prado salobre

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suave, dócil, bellamente delineada de venas azul virginal, fresca ardiente, rozando el alga, abundante y primaveral, sombría, ambarina, ofrecida, abierta,

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Final desnudo y completamente nuevo, eres la mujer en su oriente. Yo recojo tus primeras voluntades.

Si, al ofrecer la mirada tanto a la tierra como al cielo, estás a la espera de algo suave, feroz, vivaz, almizcleño, puro y perturbador, apasionado, que contenga la danza bajo el agua y la lucha en el aire, juegos de miedo y la ordalía del hierro candente, la lira salvaje y el acuerdo perfecto, ven y ve!
Si, herida bienaventurada, deseas la pulpa cálida y el bálsamo de saliva y el manto de bruma y la reja en el mar y el aliento del ciervo en los bosques en flor y el roce de los pétalos y el tanino sangriento, ven y ve!
Si luchadora como dices ser, no temes mi victoria, te tengo previsto un desfile de antorchas . ¡Sal a las calles, y vuelve a mí desnuda!
Si buscas la leyenda del Corazón de antaño, la huella del Amor, el Vagabundo bajo los puentes de arco iris, el velo de novia y el pico de cigüeña, toma mi corazón en marcha que late hasta las estrellas! Y mira cómo llega el poema del mundo sobre las alas de los años luz. Leerás directamente en mi Edad Media, mi Roma o mi prehistoria, y yo seré tu almanaque.
Si a él te invoca el Pájaro-Gato o el Violoncello-Andrógino, atravesaré el aura de tu cuerpo, el fluido de tu alma cuyos signos de eternidad percibí en mis sueños de joven estudiante. En la escuela de la vida, me transformé en sujeto de tu verbo adorable.

Orando y adorando al pequeño dios ciego, la santa está desnuda con su larga caballera de oro en la capilla blanca.

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Tus uñas precisas me cautivan: se diría que, cuando me acarician, carboneros palustres se hacen el pico sobre la rama de mi vientre.

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la cabeza del falo como un corazón invertido

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Conságrame con tus aceites íntimos, seré el ungido de la Mujer.

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¡Oh paraíso paradojal! ¡Oh volcánica voluptuosidad!
tú hacia mí para ti sobre mí en ti unida a mí devenida en tú
acariciada hasta el corazón