Poetas

Poesía de México

Poemas de Iliana Godoy

Iliana Godoy. Poeta. Ha sido profesora de la Universidad La Salle, la unam y el ich. Colaboradora de Alejandría, Amatlacuilo, Cuadernos de Arquitectura, Docencia, El Universal, Excélsior, Nivel, Ovaciones, Plural y Siempre!. Actualmente dirige el Grupo Cultural Floricanto. Miembro del sni. Premio Luis Cernuda 1986 por Mástil en tierra, Sevilla, España. Premio Internacional de Poesía Breve 1991 por Tríptico de danza, Valparaíso, Chile. Premio de Cuento, Revista Visceversa, 1999. Recibió la Placa “José María Heredia” en Santiago de Cuba, 2000. Parte de su obra ha sido incluida en las siguientes antologías: América latina, compilada por Erna Pfeiffer, Fauen Verlag, 1994; Mujeres poetas en el país de las nubes, compilada por Leticia Luna, Cuadrilla de la Langosta, 2000; La mujer rota, compilada por Patricia Medina, Literalia, 2008.

Derrumbe del Fuego

De pronto llega sin que sepamos cómo
un aire de manzanas a inundarnos.

Alguien dejó en el quicio un panal de ternura.

De pronto todo es nuevo

la noche sobre párpados febriles
cae como mano fresca.

Unos ojos alumbran estancias clausuradas
y renuevan el día.

SONES

Soneros rasgan el aire.
Pisan cubiertas crujientes,
sogas curtidas, oxidados hierros
Sus pies son peces negros
palpitando.

TRAGAFUEGOS

Vulva al rojo vivo
abierta al limite pariendo lumbre
Erupción que fulmina al aire corrompido
Escupe en pleno rostro del crepúsculo
Vomita sobre el asno de oro
que campea sus falsos estandartes
Tu grito incandescente
hará brotar las heces que la ciudad esconde
Cuerpo que día tras día acumulas veneno
Panal donde se forja la redención del alba
Una gota en cada uno de tus poros
tendrá que ser la chispa
que propague el incendio.

MANOS

Por tus manosde selva
brota fruta encendida
surgimiento de carne
redonda desnudez

REAL DE CATORCE

1

Por el túnel de ánimas
con la montaña a cuestas
un silencio de adobe desmorona
abruptas sombras.

2

Una lágrima de oro deslizaba la tarde
tras el arco enrejado del cementerio.
Rasante el vuelo bajo las balas
de paredón catorce.

Vivos y muertos esperamos la noche
que emana trago a trago desde la nopalera.

Cardúmenes de sombra despiertan voces
y serpentean los pasos.

Quien me llama de nuevo
girando el embeleso de una pluma
sabe que tengo la edad del día.

3

Gira la pluma de avestruz,
su crin de yegua adormecida
peina los montes áridos,
aloja en musgo cárdeno
cada pliegue del destino.

La levedad de su secreto
Orienta el laberinto de mi mano.

MORADA

Toda flor es membrana de una herida
y en el aliento tenue
multiplica huellas.

Su caminar de pies escarnecidos
asciende a borbotones.
Una aterciopelada penumbra
cubre la brillantez
la vibración
las voces.

Coagulada sordina que repite
la obsesión de mi pulso

sin respuesta.

DEMORADA

Sin respuesta.
la obsesión de mi pulso,
coagulada sordina que repite
las voces.

La vibración
cubre la brillantez.

Una aterciopelada penumbra
asciende a borbotones.

Su caminar de pies escarnecidos
multiplica huellas,
y en el aliento tenue
toda flor es membrana de una herida