Poetas

Poesía de España

Poemas de Isabel Vega

Isabel de Vega fue una escritora castellana del siglo XVI.

Cancioncilla con glosa

Tanto puede la afición
cuando con fe perservera,
que donde premio no espera
de allí saca galardón.

GLOSA

De una herida mortal
que sólo amor pudo dalla
quedó mi sentido tal,
que ni vive con el mal
ni bien con el bien se halla,
y cuando más sin remedio,
más contento en su pasión,
entonces de compasión
el mismo amor le dio medio;
tanto puede la afición.
Tanto puede la afición
que en justo lugar se emplea,
que con muy justa razón
palma sin contradicción
llevará el que así pelea;
mas guárdese de mudanza
el que tal victoria espera;
susténtese en su esperanza;
que cualquiera bien se alcanza,
cuando con fe persevera.
Cuando con fe persevera
el que en bien amar se gasta,
finge contento aunque muera,
y al fin hace de manera
que poco favor le basta,
y es tan acepto este amar,
que aunque sin pena pudiera,
quiere mucho más penar
que tal victoria alcanzar
donde premio no se espera.
Donde premio no se espera
de los servicios y amor,
un corazón de una fiera
no pienso que resistiera
el sentimiento y dolor;
mas no desmaye el penado
ni le venza la pasión,
que si tal es el cuidado,
de sólo haber bien amado
de allí saca galardón.

Glosa de la misma á este villancico

Nunca más vean mis ojos
cosas que le den placer
hasta tornaros á ver.

Si pudiese con la vida
recobrarse el bien perdido,
yo la doy por bien perdida,
que el morir no es á medida
del dolor que he padecido;
y pues veros apartar
fué causa de mis enojos,
pues no queda que mirar
ni lágrimas que llorar,
nunca más vean mis ojos.
¿Qué puedo ya ver, señora,
habiéndote visto en mí?
que el que te vido y te adora
no puede vivir un hora
más que cuando vive en ti;
mas pues que con mis gemidos
no puedo ya detener,
no se acabe el padecer,
ni suenen á mis oídos
cosas que les den placer.
Cuando me atormenta amor
con temor, ausencia y muerte,
tengo yo por buena suerte
vivir con tanto dolor
á trueque de esperar verte;
pero porque de sufrir
no se canse el padecer,
finge mi mal un placer
qu′es imposible sentir
hasta tornaros a ver.