Poetas

Poesía de Argentina

Poemas de José Ramón Luna

José Ramón Luna (Tucumán, Argentina, 28 de febrero de 1902 – Argentina, 13 de agosto de 1967) fue un escritor, periodista, poeta, director y guionista de cine, conocido también por el seudónimo «Churrinche».

Vidala del cardón

Parao en la loma
Llenito de espinas
Así es el cardón

Fierito por fuera
Ternuras adentro
Lo mesno que yo

Cuando llega el tiempo
El cardón más pobre
Presenta una flor

Por eso i’ venido
Domando caminos
Buscándote a vos

Guapeando a la nieve
Guapeando a los vientos
Así es el cardón

Solito y arisco
Rodeau de silencio
Lo mesmo que yo

Así es el cardón
Lo mesmo que yo

Tum tum mañanita

A la mañanita se levanta el sol.
Y yo, trabajando pa’l chango y pa vos.
Todas las mañanas al campo me voy.
Golpeando la caja de mi corazón.

Tum tum mañanita del trabajador.
Tum tum en la tierra pa’l chango y pa vos.
Tum tum en las surcas con el azadón.
Tum tum en la caja de mi corazón.

El sol es mas bueno, la vida es mejor.
Y hasta el viento pasa como una canción.
Me doblo en las surcos, y cada terrón
es un pan que gano, pa’l chango y pa vos.

Dobla’o en los surcos ya se muere el sol.
Y yo, trabajando pa’l chango y pa vos.

¡Amalaya el cielo!

¡Amalaya el cielo me trujiera un hijo
en cualquier chinita de este rancherío!
En cualquier chinita, si es mala lo mismo,
que las hace buenas el llanto del hijo.

Morenito oscuro, raza pura d’indio.
Sangre de mi juersa. Carne de cariño.
Pa quererlo mucho. Pa’ entregarle tuito.
Tuita esta ternura, tuito este cariño
que pa’ una pueblera yo lo hei florecido.

Queriéndola, tanto, nunca me ha querido.
Y hasta aquí perdiendo su rastro hei venido.
Se han cansa’o los vientos de acarrear suspiros.
Se han cansa’o mis ojos de domar caminos.

Y pa’ que mis alas cobijen un nido,
y pa’ que descansen estos ojos míos,
¡Amalaya el cielo me trujiera un hijo,
en cualquier chinita de este rancherío!

Ya dice tata mi chango

Ya dice tata mi chango,
mi chango ya dice tata,
estirándome los brazos
y alumbrándose la cara.

Hay otra luz en los campos
y hay otro canto en el agua,
ya somos dos los varones,
mi chango ya dice tata.

Corre zonda por el monte,
descuájate en las lomadas,
temblá por los airampales,
bailá en las arenas blancas.

Pero endúlzate las manos
cuando entrés por mi ventana,
pa’ repetir la noticia:
¡mi chango ya dice tata!