Poetas

Poesía de España

Poemas de Marqués de Santillana

El marqués de Santillana, nombre por el que es más conocido al primero del título Íñigo López de Mendoza y de la Vega (Carrión de los Condes, Palencia, 19 de agosto de 1398 – Guadalajara, 25 de marzo de 1458) era el I marqués de Santillana, I conde del Real de Manzanares, XI señor de Mendoza, III señor de Hita y III señor de Buitrago, que además fue un militar y poeta español del Prerrenacimiento, tío del también poeta Gómez Manrique y emparentado también con los poetas Jorge Manrique y, ya en el siglo XVI, Garcilaso de la Vega.

SERRANILLA V

I

Moça tan fermosa
non vi en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.

II

Faziendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vençido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do vi la vaquera
de la Finojosa.

III

En un verde prado
de rosas e flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la vi tan graciosa,
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.

IV

Non creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
nin de tal manera,
fablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.

V

Non tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dexara
en mi libertad.
Mas dixe: «Donosa
(por saber quién era),
¿aquella vaquera
de la Finojosa?…»

VI

Bien como riendo,
dixo: «Bien vengades,
que ya bien entiendo
lo que demandades:
non es desseosa
de amar, nin lo espera,
aquessa vaquera
de la Finojosa».

CANCIÓN

Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir e despedida
ser tan triste.

I

Recuérdate que padesco
e padesçí
las penas que non meresco,
desque vi
la respuesta non devida
que me diste;
por lo qual mi despedida
fue tan triste.

II

Pero no cuydes, señora,
que por esto
te fue ni te sea agora
menos presto;
que de llaga non fingida
me feriste;
así que mi despedida
fue tan triste.

La mozuela de Bores

Mozuela de Bores,
allá do la Lama,
pusom’en amores.

Cuidé qu’ olvidado
amor me tenía,
como quien s’havía
grand tiempo dexado
de tales dolores
que más que la llama
queman amadores.

Mas vi la fermosa
de buen continente,
la cara placiente,
fresca como rosa,
de tales colores
cual nunca vi dama,
nin otra, señores.

Por lo cual: «señora
le dixe, «en verdad
la vuestra beldad
saldrá desd’agora
dentr, estos alcores,
pues meresce fama
de grandes loores».

Dixo: «Cavallero,
tiradvos afuera:
dexad la vaquera
passar al otero;
ca dos labradores
me piden de Frama,
entrambos pastores».