Poetas

Poesía de Francia

Poemas de Michel Butor

Michel-Marie-François-Butor (Mons-en-Barœul, 14 de septiembre de 1926-Contamine-sur-Arve, 24 de agosto de 2016)1​ fue un escritor, poeta, ensayista, novelista, traductor, y profesor francés.

LA SANGRE DE LAS CIFRAS

Se imagina
a menudo que los números
son blancos y fríos
como cristales de nieve
y que los matemáticos
esquían por sus pendientes
respirando el aire más puro

Se imagina uno
que son el mejor refugio
de los tormentos de nuestras vísceras
la polución de nuestros cerebros
los desgarramientos de nuestras familias
los odios entre razas y naciones
la barbarie y sus atrocidades

Y es verdad que pueden ser así
si el matemático lo merece
es decir, si ha entendido bien
que a menudo son totalmente otra cosa
y que innumerables cadáveres
se pudren clavados sobre las cifras
de las estadísticas o anotaciones

Hay números tranquilos
como otros en peligro de explosión
hay números muy simples
y otros repletos de recovecos
de oscuridades palpitaciones
de chillidos y perspectivas
rugidos precipitaciones

Tales son los cálculos que permiten
bombardeos y estallidos
lo mismo vuelos entregas
exploraciones y curaciones
hay números que arden
y otros que nos aprisionan
goteando nuestros dolores

En el laberinto de las cifras
hay jardines atalayas y mazmorras
delicias playas y torturas
ríos de lava y de sangre
destilando el elixir
para la fuente de la juventud
donde beberemos la vida de los dioses

EL TAROT DE LAS ERAS

para Martine Jaquemet

La radiación nos remonta
a los tiempos más antiguos
a la fabricación de los soles y
planetas
antes de la aparición de la mirada de los
animales
y el dorado de los halos alrededor de los
arcángeles

La radiación nos promete
tiempos realmente nuevos
donde las constelaciones tendrán
espacio
donde las lenguas y razas dialogarán en
paz
el feliz Apocalipsis y la expiación
de nuestros pecados

CLARABOYAS INTERPLANETARIAS

para Anne Walker

Las tinieblas del espacio
se vuelven iridiscentes al acercarnos
como algas y plancton
donde se dibujan astros
habitados alguno de ellos
por animales fantásticos
en selvas desconcertantes

A veces se cree reconocer
especies desaparecidas
en nuestro propio planeta
alosaurios estegosaurios
incluso un arqueopterix
entre sigilarios
y depilodendrones

Como si el tiempo se hubiese
desfasado todo es más joven
por algunos millones de años
quizás se verán hombres
en campamentos pueblos
ciudades autopistas
y crisis financieras

O aquellos que lograron escapar
de eso que aquí los ha destruido
meteoros o pestes
continuaron con su camino
en completa tranquilidad
y los pequeños mamíferos
se quedaron sin poder desarrollarse

Allí habitan los insectos
gigantes que reinan con autoridad
edificando termiteros
textiles y cristales
las mariposas se comunican
escribiendo sobre sus alas
ideogramas en movimiento

Aprendieron a cantar
pero en otro registro
que nosotros no podemos escuchar
hacen falta decodificadores
que nuestros científicos
se esfuerzan en calibrar
en nuestras máquinas voladoras

Aquello que buscamos en vano
luego de siglos de investigación
es otra humanidad
que haya conocido nuestros problemas
y los haya resuelto
pero la astuta naturaleza
prefiere que lo hagamos solos

LA FRÁGIL TIERRA

Los sismólogos
precisan las fallas
los arqueólogos
remueven el pasado
los geólogos
hojean las capas
los paleontólogos
reconstruyen
a los monstruos
los petroleros
perforan los pozos

Los historiadores
desafían al olvido
los utopistas
proponen las vías
los futurólogos
se contradicen
los climatólogos
miden el
calentamiento
los zoólogos
inventarían las
especies en extinción

Los botánicos
guardan contrición
los etnólogos
llegan demasiado tarde
los lingüistas
pierden su latín
los físicos
buscan la fórmula
los astrónomos
estudian los planetas
exteriores

Los astronautas
calculan trayectorias
los políticos
asisten a reuniones
los refugiados
se hunden
los artistas
hacen lo que pueden
los ceramistas
queman sus
vasijas

Los chatarreros
recogen los
pedazos
los niños
construyen
los castillos
los viejos
rememoran
los amantes
se miran
los escritores
se esfuerzan en
conservar la calma

Traducciones de César Panza

Arrecife

a Silvère

La piel de granito
deslavada por la borrasca
arrugada por el tiempo
abierta por el vendaval
Abandona al postrer
sol del verano
sus líquenes cubiertos
de telefios y cardos
En sus más secretas
cavidades
peces y moluscos
tratan de lanzar
A los precipicios
del cercano invierno
el puente de los suspiros
de tantas generaciones
Y a los olvidados
de aquellos naufragios
cráneos habitados
por erizos y algas
Les castañetean los dientes
nostálgicamente
cada vez que pasan
unas bellas submarinistas
Mientras sueñan con extraer
de sus fuerzas
la de una vuelta
al territorio de los vivos.

Traducción de Jesús Camarero

PARAÍSO PERDIDO

Las ramas se abrían para dejarnos
libre el camino reteniendo
delicadamente nuestros cabellos
y brindábamos con las cerezas
cuyo zumo corría por nuestras mejillas
Fue hace tanto tiempo
a penas si lo recuerdo
hace falta que alguien me cuente
y que yo reencuentre las huellas
en las pinturas y canciones
Yo era un niño pero tenía
todas las fuerzas de un adulto
y todos sus deseos pasaba
de madre a hija y depositaba
pringosos bebés en sus brazos
Todo aquello parece haber desaparecido
y sin embargo todo aquello perdura
entre el espejo y la imagen
entre el sueño y la vigilia
entre la página y la impresión
Las zarzas nos rozaron sin infligirnos
el más mínimo daño
diseñando flores sobre nuestra piel
que los amantes borran
bebiendo las perlas de sangre
Mano en mano corríamos
entre los desiertos y las fuentes
escogiendo uno y otro
de los frutos de los árboles del saber
comparando los sabores
Yo estaba cómodo en mi cuerpo
conocía todos los órganos
las enfermedades eran amigas
libaba las fiebres o los escalofríos
en lechos de hojas o fango
Dónde estaba no sabría decirlo
tan lejos de todo tan cerca de ti
disfrutando tanto del calor como del frío
he perdido la llave de la puerta
y yerro como un alma en pena

ZOOLÓGICO

Al caer la noche
cuando se cierran las rejas
el elefante sueña con su gran manada
el rinoceronte con los troncos de los árboles
el hipopótamo con lagos nítidos
la jirafa con frondosas copas
el dromedario con oasis tintineantes
el bisonte con un océano de hierba
El león con el crepitar de la hojarasca
el tigre siberiano con las huellas en la nieve
el oso polar con cascadas de pescado
la pantera con abrigos que cambian
a la luz de la luna el gorila con platanares que tambalean
sus flores de color púrpura el águila con vendavales
entre cañones de nubes la foca con los cambiantes archipiélagos
de témpanos dislocados los niños del guardia con la playa