Poetas

Poesía de España

Poemas de Miguel de Cervantes Saavedra

Miguel de Cervantes Saavedra fue un escritor español nacido en Alcalá de Henares el 29 de septiembre de 1547 y fallecido en Madrid el 22 de abril de 1616. Es considerado uno de los escritores más importantes de la literatura universal y su obra cumbre, «Don Quijote de la Mancha», es considerada una de las obras más importantes y representativas de la literatura española y universal.

Cervantes nació en una familia modesta y pasó su juventud en distintas ciudades de España, debido a los traslados de su padre, quien trabajaba como cirujano en el ejército. En 1569, se unió al ejército español y luchó en diversas batallas, incluyendo la Batalla de Lepanto en 1571, donde resultó herido y perdió el uso de su mano izquierda.

Después de su carrera militar, Cervantes se dedicó a la escritura y publicó su primera obra, «La Galatea», en 1585. Sin embargo, no logró el éxito literario deseado y tuvo que trabajar en diversos empleos para ganarse la vida.

En 1605, publicó la primera parte de «Don Quijote de la Mancha», que se convirtió en un éxito inmediato y lo llevó a la fama literaria. La segunda parte de la obra fue publicada en 1615, un año antes de su muerte.

Además de «Don Quijote de la Mancha», Cervantes escribió una gran cantidad de obras literarias, incluyendo novelas, comedias y poesía. Entre sus obras más destacadas se encuentran «Novelas Ejemplares» (1613), «El Coloquio de los Perros» (1613) y «Los Trabajos de Persiles y Sigismunda» (1617).

Cervantes falleció el 22 de abril de 1616 en Madrid, a los 68 años de edad. A pesar de que en vida no llegó a gozar de una gran fortuna, su legado literario ha sido inmortalizado y su obra sigue siendo reconocida y estudiada en todo el mundo.

ELOGIO A GÓNGORA

Aquel que tiene de escribir la llave,
con gracia y agudeza en tanto estremo,
que su ygual en el orbe no se sabe

es don Luis de Góngora, a quien temo
agraviar en mis cortas alabanças,
aunque las suba al grado más supremo.

BAILAN LAS GITANAS

Bailan las gitanas,
míralas el rey;
la reina, con celos,
mándalas prender.

Por Pascua de Reyes
hicieron al rey
un baile gitano
Belica e Inés.
Turbada Belica,
cayó junto al rey,
y el rey la levanta
de puro cortés;
mas como es Belilla
de tan linda tez,
la reyna, celosa,
mándalas prender.

LETRA

¡Bien haya quien hizo
cadenitas, cadenas;
bien haya quien hizo
cadenas de amor!

¡Bien haya el acero
de que se formaron,
y los que inventaron
amor verdadero!
¡Bien haya el dinero
de metal mejor!
¡Bien haya quien hizo
cadenas de amor!

A LA GUERRA ME LLEVA

A la guerra me lleva
mi necesidad;
si tuviera dineros
no fuera en verdad.

DON BELIANÍS DE GRECIA

Rompí, corté, abollé, y dije e hice
más que en el orbe caballero andante;
fui diestro, fui valiente y arrogante,
mil agravios vengué, cien mil deshice.

Hazañas di a la fama que eternice;
fui comedido y regalado amante;
fue enano para mí todo gigante,
y al duelo en cualquier punto satisfice.

Tuve a mis pies postrada la Fortuna
y trajo del copete mi cordura
a la calva ocasión al estricote.

Mas, aunque sobre el cuerno de la luna
siempre se vio encumbrada mi ventura,
tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote!

OVILLEJOS

¿Quién menoscaba mis bienes?
¡Desdenes!
Y ¿quién aumenta mis duelos?
¡Los celos!
Y ¿quién prueba mi paciencia?
¡Ausencia!

De este modo en mi dolencia
ningún remedio se alcanza,
pues me matan la esperanza,
desdenes, celos y ausencia.

¿Quién me causa este dolor?
¡Amor!
Y ¿quién mi gloria repuna?
¡Fortuna!
Y ¿quién consiente mi duelo?
¡El cielo!

De este modo yo recelo
morir deste mal extraño,
pues se aúnan en mi daño
amor, fortuna y el cielo.

¿Quién mejorará mi suerte?
¡La muerte!
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?
¡Mudanza!
Y sus males, ¿quién los cura?
¡Locura!

Dese modo no es cordura
querer curar la pasión,
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura.

AL TÚMULO DEL REY

¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla!
Porque ¿a quién no sorprende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?

Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla!,
Roma triunfante en ánimo y nobleza.

Apostaré que el ánima del muerto,
por gozar este sitio, hoy ha dejado
la gloria donde vive eternamente.

Esto oyó un valentón y dijo: «Es cierto
cuanto dice voacé, seor soldado,
y el que dijere lo contrario miente».

Y luego, in continente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.