Poetas

Poesía de Francia

Poemas de Paul-Jean Toulet

Paul-Jean Toulet (Pau, 5 de junio de 1867-Guéthary, 6 de septiembre de 1920) fue un poeta francés. También fue autor de obra narrativa, teatral y miscelánea. Debe su lugar en las letras francesas a su obra poética, reunida bajo el título de Les Contrerimes (1921).

Toulet pasó su infancia y adolescencia en su Béarn natal. De 1885 a 1888 residió en Isla Mauricio, donde su familia tenía negocios. De vuelta de Mauricio pasó un año en Argel. En 1889 se instaló en París. En la capital francesa frecuentó los medios literarios, donde su figura, descreída y mordaz, nunca encajó. De noviembre de 1902 a mayo de 1903 viajó a Indochina. En 1912 dejó definitivamente París y se instaló en la provincia francesa. Su vida estuvo marcada por la pérdida de una juventud dorada, la experiencia colonial, el opio y el alcohol. Fue amigo del gastrónomo y periodista Curnonsky y del compositor Claude Debussy, con el que trabajó en un proyecto de ópera inacabado.

IX

Mar, en la hueca noche, siento
tu temblor anhelante
como el pecho de una amante
que no durmió un momento;

Da el viento en la roca, sin tino…
¿Qué sirena un burlón
cantar alza en mi corazón?…
¡Oh malestar divino!

Y no más llanto, y no tener
quien piedad dé a tu vida…
La lluvia, sangre de una herida,
suave, empieza a caer.

LXI

Mañanita gris de febrero,
color de tortolilla,
ven y aplaca nuestra rencilla:
grité; me desespero.

Harto fue mi pluma cuchilla,
para ella, del tintero…
mañanita gris de febrero,
color de tortolilla.

Nocturno

Oh mar, que oigo bullir
Tras la noche y su nada.
Como seno de enamorada
Que no puede dormir;

Grave, el viento tunde el cantil…
¿Que hay un canto burlón
De sirena en mi corazón?-
Corazón, diosa vil.

No más lágrimas, ni querer
Ser de nadie consolado…
Quedo, como sangra un costado.
Se ha puesto a llover.

Nocturne

O mer, toi que sens frémir
A travers la nuit creuse.
Comme le sein d’une amoureuse
Qui ne peut pas dormir:

Le vent lourd frappe la falaise…
Quoi! si le chant mon coueur
D’une sírene est dans mon coeur
O coeur, divin malaise.

Quoi, plus de larmes, ni d’avoir
Personne qui vous plaigne…
Tout bas, comme d’un flanc qui saigne,
II c’est mis á pleuvoir.

XXXIX

«—Abrázame pequeña Emilia.
Sí, juntos… Lo celebro.
¿Has dado al fin con el cerebro
Que falta a tu familia?

Di, ¿es cierto que el capellán
Está a mal con Correos?
¿Y qué tal Fulano… Loréos.
El que va con Mailland?»

En la penumbra, con apuro,
Te quitabas las medias,
Gorrión: alentabas a medias,
El cuarto estaba oscuro..

XLIV

Los que retornáis de Cathai
Con las Mensajerías,
Acunados en las folías
O del opio o del shai.

En palacio de venturina
Do el día dice abr,
¿Habéis visto a Boudroulboudour,
Princesa de la China.

En su panlalón negro clara,
Nácar en concha bruna?
Jean Chicaille, al claro de luna,
¿A veros se acercara.

Como asfódelo lacrimoso
De las islas Ouac-Waco,
Jurando coser en un saco,
A su esposa, el celoso,

Tal y como de la corriente
Del mar sobre la orilla
Un pavo virgen se alza y brilla
En el sol naciente?

LV

A Bella, en Londres, conocí.
Princesa más cercana
Que un marido en nao capitana
Que nunca estaba allí.

Acaso le gustaba el mango.
A Bella, el buen francés
De boca en boca: que asaz es
Comer lengua de rango.
Y la tuya vale un talego.
Bella, mas tan reacia…
Sí. Y eso que ganas en gracia
Con el baño y su juego.

LXI

Pálida aurora de febrero.
De tórtola el matiz,
Ven, apacigua nuestra lid
Me harté de desespero.

De sangrar para la infeliz
Más de un negro tintero…
Pálida aurora de febrero.
De tórtola el matiz.

LXX

La vida, más vano un fracaso
Que la sombra en el muro,
Aunque el jeroglífico obscuro
Que en él traza tu paso

Me encanta, y tu risa pareja
De las armas al Oro;
E incluso ese tu falso lloro
En que el sol se refleja,

Morir, apenas sombra vana.
De noche, cuando el miedo,
No te asuste latir tan quedo:
Es la triste desgana.

Traducciones por: Jorge Guillén y Enrique Díez-Canedo