Poetas

Poesía de España

Poemas de Juan de Mena

Juan de Mena (Córdoba, 1411 – Torrelaguna, 1456) fue un poeta español perteneciente a la escuela alegórico-dantesca del prerrenacimiento castellano y conocido sobre todo por su obra Laberinto de Fortuna.

COMPARACIÓN

CVIII

«E bien como quando algund malfechor,
al tempo que fazen de otro justicia,
temor de la pena le pone cobdicia
de allí adelante bivir ya mejor,
mas desque passado por él el temor,
vuelve a sus vicios como de primero,
así me bolvieron a do desespero
desseos que quieren que muera amador.»

CANTAR DE MACÍAS

CVI

Amores me dieron corona de amores
por que mi nombre por más bocas ande.
Entonces non era mi mal menos grande
quando me davan plazer sus dolores.
Vencen el seso los dulces errores,
mas no duran siempre segund luego plazen;
pues me fizieron de mal que vos fazen,
sabed al amor desamar, amadores.

CÓMO FALLÓ MACÍAS

CV

Tanto anduvimos el cerco mirando,
que nos fallamos con nuestro Macías,
e vimos que estava llorando los días
con que su vida tomó fin amando.
Lleguéme más çerca, turbado ya quando
vi ser un tal ombre de nuestra nación,
e vi que dezía tal triste canción,
en elegíaco verso cantando.

INVOCACIÓN

III

Tú, Calïope, me sey favorable,
dándome alas de don virtuoso,
y por que discurra por donde non oso,
conbida mi lengua con algo que fable.
Levante la Fama su boz inefable,
por que los fechos que son al presente
vayan de gente sabidos en gente;
olvido non prive lo que es memorable.

PONE EN EXEMPLO

V

La gran Babilonia, que uvo cercado
la madre de Nino de tierra cozida,
si ya por el suelo nos es destruida,
¡Quánto más presto lo mal fabricado!
E si los muros que Febo a travado
argólica fuerça pudo subverter,
¿qué fábrica pueden mis manos fazer
que no faga curso segund lo passado?

EXEMPLIFICA

VIII

La orden del cielo exemplo te sea:
guarda la mucha costancia del Norte;
mira el Trión, que ha por deporte
ser inconstante, que siempre rodea;
e las siete Pleyas que Atlas otea,
que juntas parescen en muy chica suma,
siempre s’esconden venida la bruma;
cada qual guarde qualquier ley que sea.

SUPRASCRIPÇIÓN

I

Al muy prepotente don Juan el segundo,
aquél con quien Júpiter tuvo tal zelo,
que tanta de parte le fizo del mundo
quanta a sí mesmo se hizo del çielo;
al grand rey d’España, al Çésar novelo,
al que con Fortuna es bien fortunado,
aquél en quien caben virtud e reinado;
a él, la rodilla fincada por suelo,