Poetas

Poesía de Francia

Poemas de Sylvie Fabre G.

Sylvie Fabre G. es una poeta y traductora francesa. Comenzó a publicar sus poemas en la revista Sorcières de París (1975). Se desempeñó durante muchos años como profesora de letras, actualmente se dedica a escribir. Desde 1976, su obra ha aparecido en numerosas revistas y antologías en Europa y Canadá y ha sido traducida a varios idiomas. Ha publicado una treintena de libros, entre ellos: Frère humaine, ed. L’Amourier (Premio Louise Labé 2013), Tombées des lèvres, ed. L’Escampette (2016), La Maison sans vitres, éd. La Passe du vent (2018), Pays perdu d’avance, ed. L’herbe qui tremble, (2019). Ha producido unos cuarenta libros de artistas con pintores, fotógrafos, calígrafos y grabadores en diferentes editoriales. Traductora de poetas italianos, también publica notas críticas en páginas web y revistas.

A lo largo de los caminos de la noche avanza la cohorte
de aquellos que tienen países y como último recurso
los abandonan dejando atrás sus rostros.
Una fiebre por lo imposible muda las pesadumbres pero
la desgracia conserva su lecho, y su pena clama.
Nunca fue suficiente salir para llegar.
Un lugar donde vivir, la barbarie se fragmenta
en mil espejos incrustados en los rincones del cielo y
sus añicos siguen cortando las manos
tendidas en la espera de otra vía láctea.

***

Cada día los hombres desfilan sobre la borda colmados
de realidad, y el ángel anunciante de desastres.
se arrincona ansioso el fondo de las calas
mientras que los migrantes, involuntarios voluntarios,
conversan con la espuma y la variación de las fronteras.
El mar lleva hasta las costas la hemorragia moral
de la humanidad. Implacable resucitador del mal, el lucro
en su carrera hace desplomar las exiguas vallas.
y los depredadores siguen despedazando la carne
de los vencidos como en los viejos tiempos de las galeras.

EN UN CUERPO DE VIRTUD Y VOLUPTUOSIDAD.

Tu mano, rastro del futuro,
abre una vena
en el corazón de la tarde
en la mejilla, la piel, el silencio,
el gong de la lluvia, el reloj
son eternidades palpables y
las vacaciones de una hora
arrancadas del tiempo, todo nuevo

bajo tu mano, hogar cálido,
me acurruqué por completo.