Poetas

Poesía de España

Poemas de Vicente García Hernández

Vicente García Hernández (Molina de Segura, Murcia, 1935) es poeta, escritor y ensayista español.

Abraham

Tiemblan sus manos. Ve qué dura ha sido
La vida que le dieron. Como pocas.
Y ahora que empezaba a disfrutar
De un poco de descanso, se le exige
El crimen execrable. Sufre y calla.

Ha sido siempre fiel a su conciencia
Y su Señor. Ha sido todo un hombre
Aunque tan sólo un hombre. Vacilando,
Se yergue tembloroso sobre el hijo.

Con los ojos cerrados, cobra impulso
Y en vano intenta dar la puñalada.

Nunca sabremos bien qué le detuvo,
Por qué quedó sin fuerzas,
Por qué bajó su brazo lentamente.

Canción de otoño en primavera

La vida
No volverá a ser sombra o paraíso,
Sino tan sólo un orden
En el que no serás feliz ni desdichado,
Acorde con los años que te quedan.

Como una biblioteca arrinconada
Cuyos últimos libros
Verás casi por alto,
Sin esperar ningún deslumbramiento.

Aunque tal vez en eso
Esté lo que tú buscas, en la paz
De la rutina y de la certidumbre
Ajena a la aventura.
Serán días monótonos
Que vayan preparando
La sorpresa final que los disuelva.

Como el primer poema

Como el primer poema
Quebrando
El blanco de la página y la vida
Tantos años atrás,

Como el primer amor
Que por completo
Fue pasto del olvido y se mantiene
Tan sólo en un rincón de la memoria,

Como el primer amigo,
Como el primer regalo,
Como el primer encuentro
Con el rumor del mar,
Así quisiera
Volver a hallar momentos
De goce inesperado, de esa mágica luz
Que llega al corazón
Y sin remedio,
Cuando menos lo esperas, te deslumbra.

Emblema

Con la esperanza.
Que, venga lo que venga,
Mejor que no te amargue las mañanas.

Con la alegría.
Incluso en ese instante
En que los días dejen de ser días.

El desconocido

Soy el desconocido que se aparta.
El que se queda solo y en silencio, más allá del aplauso.
El que busca en la noche
Unas pocas palabras, ajenas casi siempre.
El que quemó las naves en silencio
Y aguarda todavía.
El que también soñaba.
El que también creía en tantas cosas.

Después de tantos años

Después de tantos años,
La lluvia te ha calado hasta los huesos
Y tú sigues en pie bajo la lluvia.

Con la esperanza, al menos
De hallar en las palabras
No tan sólo hermosura, sino ánimo,
Aunque a veces encuentres el desánimo,
Aunque a veces encuentres la tristeza.

En el día de su muerte

Un sincero homenaje, como exige
La muerte de un poeta que nos deja tan joven :
Hagámosle. Que brille el epitafio
Para aquel cuyo nombre se escribió sobre el agua.

Pero eso sí. Quemad todas sus ropas,
Papeles y demás. Arrancad las ventanas
Y rascad las paredes de esta casa maldita.

Que la tuberculosis se aleje de nosotros.
Que no vuelva a venir otro poeta.

En la encrucijada

Ves que apenas te quedan
Algunas esperanzas por cumplir.
Has quemado los años de la vida
Mejores para ti.

Hablemos del presente, lo que importa
En este día gris
En que todo parece haberle dado
La espalda al porvenir.

Dentro de algunos años, será tarde
Para empezar a hablar.
Si de poco nos sirven las palabras,
De poco servirán.

No pierdas la esperanza, acepta siempre
La vida como va.
Porque quizá cambiemos de destino,
Como puede cambiarse
De nombre y de ciudad.