Poetas

Poesía de Alemania

Poemas de Yvan Goll

Yvan Goll (Saint-Dié-des-Vosges, 29 de marzo de 1891 en — París, 27 de febrero de 1950) fue un poeta francoalemán. Yvan Goll vino al mundo en 1891 en Saint-Dié-des-Vosges, una ciudad de los Vosgos que había sido francesa hasta 1871, y que entonces formaba parte de Alemania. Sus habitantes se sentían sin embargo en su mayor parte franceses. Estudió en la Universidad de Estasburgo, donde empezó estudiando derecho y terminó doctorándose en 1912 en filosofía. Impulsado por sus creencias pacifistas escapó del servicio militar al emigrar a Suiza al principio de la Primera Guerra Mundial, en 1914. Vivió en Zúrich, Lausana y Ascona.

Tras el final de la guerra se trasladó a París. Allí se casó con la periodista Claire Goll, que estaba separada de Heinrich Studer. Ambos se exiliaron en 1939, al principio de la Segunda Guerra Mundial, a Nueva York. En 1947 volvieron a París. Murió en 1950, a los 58 años, en Neuilly-sur-Seine, un suburbio de París.

La vida de Goll transcurrió entre varias identidades, como queda ilustrado por sus palabras: Por el destino judío, por casualidad nacido en Francia, por los sellos etiquetado como alemán.

El árbol y el pájaro

Yo era un árbol tupido
con una barba de musgo y orugas
en el corazón del bosque
con piel de elefante
que no se dobla ni por crimen ni tormentas
sino que con mil brazos desafía a los vientos los dioses
con los pies curvados araño la tierra sorda
¡negra y sola y grande!
Cuando vienes
bailando
por la cuerda de mi corazón
sobre una rama sin esperanza
con tu pecho rosado
y despiertas las tristes madrugadas
mis párpados laten de repente
como hojas nuevas
y frente a ti, pájaro, sombra de pájaro
mi tronco que ninguna tormenta ha encorvado
tiembla.

El abismo de la soledad

En tu nuca acaricio el fuego que me quema
En la inscripción mágica de tu frente
Descifro los enigmas de mi soledad

En los flujos contenidos de tus aguamarinas
He hecho un baño secular de inmensidad
Y he perdido el propio peso

Disfruta – cuando muramos un día
Se desplomarán las ruinas de nuestra torre beata y nuestros ángeles
Perderán las alas cayendo en el abismo.

El olvido del corazón

Hija del profundo, ¿cómo te tendré en la sierra de la luna
Cómo vendaré tu ojo mágico con las nubes del rápido olvido
Cómo te acostumbraré a la redondez de la tierra?

Hechizada por la luna nueva
¿Cómo domaré tu mar interior
Que desborda más allá de las orillas de lo humano?

¿Cómo atraparé los peces de fuego en mis redes incrédulas?
Y cuando la luna llena te impregna con semillas de amapola
¿Cómo refrescaré la fiebre de los montes sin sueño
Cómo sofocaré los rayos mortales de tus rubíes?

Ah sólo con la luna menguante
Adelgazan los ríos y se apaga
El fuego fatuo de retama de tus ojos
Tu grito ronco como el de las bestias sacras
Se rinde a mi corazón que caza.

Con el aliento que ganaste

Con el aliento gané; se desconocen
Con el aliento levantado las hebras de su cabello Rye
Con el aliento sopló sobre el fuego de sus ansiedades
Usted todavía cree en el poder de la tormenta
Y no al poder del hombre

Con el aliento persiguió a los ángeles
que los persiguen
En la nube para la respiración por la noche
Nos alejamos de todos los lados