Poetas

Poesía de Francia

Poemas de Zéno Bianu

Zéno Bianu (París, 1950) es un poeta, dramaturgo, ensayista y traductor francés. En 1971 firmó con otros quince poetas el Manifeste électrique aux paupières de jupes, traducido como Manifiesto eléctrico con párpados de faldas, publicado por la editorial Le Soleil Noir, que causó cierto revuelo en el panorama literario francés. Es autor de una obra variada que consta de poesía, teatro o música de jazz. Sus obras teatrales o adaptaciones de autores clásicos han sido estrenadas en el Festival de Aviñón o en el Teatro del Odeón de París. Sus obras más aclamadas fueron «L’Idiot, dernière nuit» (“El idiota, última noche”), adaptación de la obra de Dostoievski, con Denis Lavant, o Le Chevalier d’Olmedo (“El caballero de Olmedo”), adaptación de la obra de Lope de Vega, con una puesta en escena de [Lluis Pasqual]] y con Jean-Marc Barr. Ha recibido el Premio internacional de poesía Ivan Goll en 2003 y ha dirigido la colección de poesía de las ediciones Jean-Michel Place.

Fascinado por la cultura oriental, ha publicado una antología de poesía clásica china, La Montagne vide, con Patrick Carré, en ediciones Albin Michel, y dos antologías de haikus con Corinne Atlan (ediciones Gallimard). Sus textos han sido traducidos al inglés por Cid Corman, Pierre Joris y Jack Hirschman, y al español por Clara Janés y Luis Mizón. Antonio Colinas señala la importancia de los símbolos en la poesía de Bianu, Noël y Masson.

Invocación

Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
Dylan Thomas

el cielo se apaga
los ojos se iluminan

no nos perdones nada

cuando la muerte
no acaba
de expulsar la vida

cuando el cuchillo
de la noche fría
rebana el arcoíris

no perdones nada
a los hombres consumidos
de crepúsculo

ven
a descarnar la herida culminante
la ardiente inquietud
de soledad

la imantación

entre la herida y la cura

entre la ceniza errante
y la lengua de los ángeles

por la gracia de un corazón
al fin despedazado

séanos posible agrandar
el abismo que duerme en ti

no nos perdones nada

A contrasombra

A Bernard Noel

a contrasombra
tú escuchas
la voz sin voz
la voz viva
de una corteza viviente
entre los taludes del ser
hacia la falla del amor

a contrasombra
para tallar
el virus de la vida
franquear
la linde de los comas
aferrarse
a la nuca del mundo

a contrasombra
acuérdate
de pintar todo el cielo
acuérdate
de recitar las estrellas
acuérdate
de dejar brillar la lluvia

a contrasombra
la palabra sopla
el soplo habla
yo quiero
unir el cielo a tus párpados
yo quiero
explorar el alfabeto de tu vida

a contrasombra
mi día se posa sobre tu noche
tu noche se posa sobre mi día
yo escribo
en el fin del mundo
con un cuerpo esparcido
que el soplo reúne

a contrasombra
acuérdate
de devorar mi somnolencia
acuérdate
de plantar mis ojos en la tierra
acuérdate
de enseñarme a morir

a contrasombra
una sola palabra
una sola palabra
en la punta de tu lengua
la palabra del fin de todo
una fuga
para habitar lo inagotable

a contrasombra
intensamente
devastado de silencio
para no ser jamás colmado
hasta la piel
hasta el polvo
repetir cada nombre del mundo

Lengua sobre lengua

(sobre las “epifanías” de Claudine Bertrand)

abandona
el crepúsculo

deja que se hunda tu voz
lejos de los dioses celosos

bríndame tu penumbra

la muerte
nunca viene de fuera

tú la guardas en ti
como un continente sepultado

tú buscas la pátina
no el brillo
infatigable eternidad

el espacio de un nacimiento infinito
una verdadera respiración

Dios es un bebé que duerme

confianza
confianza ilimitada
en el instante

el mañana
es siempre la muerte

dejémonos habitar
seamos atravesados
tornémonos al fin porosos

las tumbas están siempre vacías
para los de los ángeles

prefiere el mundo
es un diamante febril

allá
donde todo es verdadero vértigo

allá
donde sólo tú lees el universo

yo camino
al margen de tus palabras

es aquel bosque de inspiraciones
lo reconozco

donde uno viene a vestirse de voz
para sostener el mundo

donde tú buscas
tu núcleo de rebeldía

para temblar justo
resonar cortante

luminoso doloroso
luminoso doloroso

llega la noche
tú dices
la garra de la palabra
el sexo de la voz

te deslizas
al interior de un vocablo
ves
el nacimiento del mundo

hay una brecha
en tu rostro

una presencia tangible
lejos de los simulacros

una brecha
que me revela

yo tomo tu cielo
como una mano tendida

pongo fin a tu ceguera
detengo tu cuenta regresiva

te veo
encuentras tu apoyo
sobre la tierra
con tus manos de noche

tus palabras vienen a mi boca

***

Mi cabeza es una habitación
Tapizada con espejos solares
Quiero reunirme con los espíritus
Quiero ser ligero
Más ligero que el aire
Transparente
Translúcido
En perpetua ingravidez
Llámenme James Helium
Llámenme
Jimi Hidrógeno

***

A partir de este momento
Ya no soy simplemente
James Marshall Hendrix
Nacido a las 10 h15
El 27 de noviembre de 1942
En el king County Hospital de Seattle
Sino un ser humano
En lo más alto de su rol de ser humano
Capaz de saltar en paracaídas
En la inmensidad de cada sonido
Capaz de mostrar en un solo glissando
La profundidad del mal
Capaz de frotar el mango de su guitarra
Hasta penetrar
Directamente en el alma
De aquel que lo escucha

***

Antes de reinventarme
Al infinito
Piedra libre
Libre de cabalgar la brisa
Libre
De no solamente tensar las cuerdas
Mas de tensar la música
Hasta crear
Un muro de ruido negro
Y hacer descender las notas
Del paraíso
En un sexo de loba.