Augusto Roa Bastos

Obispo Altobello Averoldo, por Francesco Raibolini

El viejo señor obispo

Augusto Roa Bastos

"El viento de ese frío anochecer de julio ululaba en el agujero del techo de la sala donde faltaban varias tejas. La señorita Teresa no pudo percibir otro sonido. Pensó que su hermano dormía profundamente. Pero el otro pensamiento que sentía en el corazón como una puntada volvió a hacerle bajar los párpados. «Somos un grano de polvo en el dorso de tu mano, Dios mío…»"

Carpincheros

Augusto Roa Bastos

"Parecían seres de cobre o de barro cocido, parecían figuras de humo que pasaban ingrávidas a flor de agua. Las chatas y negras embarcaciones hechas con la mitad de un tronco excavado apenas se veían. Era una flotilla entera de cachiveos. Se deslizaron silenciosamente por entre el crepitar de las llamas, arrugando la chispeante membrana del río."

A diez años de la muerte Roa Bastos el enigma continúa

Isliada Editores

Con una edición especial de la magistral novela «Yo, el Supremo», Paraguay recordó en el día de ayer, al escritor Augusto Roa Bastos, de cuya muerte se cumplen diez años. Sin embargo, aún prevalece el enigma sobre las dos obras en las que, según su círculo más cercano, trabajaba antes de morir y que tenía […]