Los puercos no vuelan
Nguyen Peña Puig
Finalmente solo puedes ir y sentarte atontado, totalmente noqueado, y esperar; como si estuvieses en una parada de autobús aguardando la muerte.
Cuantos chochos queramos
Charles Bukowski
Harry y Duke. La botella en medio, un hotel barato del centro de Los Ángeles. Noche de sábado en una de las ciudades más crueles del mundo. La cara de Harry era completamente redonda y estúpida...
Clase
Charles Bukowski
No estoy muy seguro del lugar. Algún sitio al Noroeste de California. Hemingway acababa de terminar una novela, había llegado de Europa o de no sé dónde, y ahora estaba en el ring pegándose con un tipo...
Besaste a Lilly
Charles Bukowski
"Era un miércoles por la noche. La televisión no estuvo interesante. Theodore tenía cincuenta y seis años. Su mujer, Margaret, cincuenta. Llevaban veinte años casados y no tenían hijos. Ted apagó la luz. Se desperezaron en la oscuridad..."
El camionero y yo
Sergio García Zamora
Selección de poemas del libro Resurrección del cisne, Premio Internacional de Poesía Rubén Darío 2016…
Tres mujeres
Charles Bukowski
"Me senté y seguí bebiendo vino. pronto oí la sirena. Lo que necesitaban en realidad era el departamento de basuras. Bueno, qué coño, todos tenemos nuestros problemas. Yo no sabía nunca de dónde iba a venir el dinero del alquiler y estábamos demasiado enfermos de tanto beber para buscar trabajo. cuando nos preocupábamos, lo único que podíamos hacer para eliminar nuestras preocupaciones era joder..."
Quince centímetros
Charles Bukowski
"Yo trabajaba de mozo en un almacén de piezas de automóvil y la paga apenas me rendía. Mis únicas alegrías eran comer, beber cerveza e irme a la cama con Sara. No era precisamente una vida majestuosa, pero uno ha de conformarse con lo que tiene. Sara era suficiente. Respiraba SEXO por todas partes."
El día que hablamos de James Thurber
Charles Bukowski
"Me vi obligado a vivir con cierto gran poeta francés que estaba por entonces en Venice, California, y el tipo era ambidextro… quiero decir que se cogía a hombres y a mujeres y lo cogían hombres y mujeres. Era agradable y hablaba con gracia y con inteligencia. Tenía además una peluca pequeña que se le escurría siempre, y andaba colocándosela continuamente mientras hablaba contigo. Hablaba siete idiomas, pero si estaba yo, tenía que hablar inglés. Y hablaba todos esos idiomas como si fuesen su lengua materna."