El asesino, Fibonacci y yo
Luis Leal
En mi reloj de pulsera eran las 9:35 P.M. El cuentapasos marcaba 3744. Iba trotando por la avenida veintiseis en dirección sur, llegando a la entrada del zoológico. Esa era la parte más difícil de mi jogging, la loma empinada de dos cuadras frente al parqueo de la terminal de ómnibus...
Sitiados
Olga Montes Barrios
Papá nos hacía afilar los machetes e inventaba planes de trabajo. Planes de desmontes y de siembras. Pero entonces mirábamos el cielo, las nubes claras y distantes…
“Aliados” y “alemanes”
Lino Novás Calvo
Chirriquitín como yo era, ya era “aliado”. Mi padre me llamó entonces el “Tomeguín”. Pero yo no creía que aquel fuera mi padre. Era un hombre que había pasado un día por la colonia, en Georgina, y se fuera...
Abecedario del crimen
Rafael Grillo
Quiere el que inventa esta historia que la primera letra identifique desde ya al personaje del Asesino. Pero, como existe una regla en el género policial de la cual este relato no será excepción, hasta el final no va a saberse nada de él. Además, no se le puede echar encima a nadie un muerto que ni ha aparecido todavía.
La señal
Johan Moya Ramis
Ramiro revisó el motor de la lancha por quinta vez. El calor atrapado entre los tablones del improvisado cuartucho le daba picazón en todo el cuerpo…
Delirium
Maikel Sofiel Ramírez Cruz
Odio intensamente los hospitales. Los doctores solo saben hacer preguntas y rellenar cuestionarios. Las preguntas se repiten una y otra vez…
Cementerio de elefantes
Ahmel Echevarría
Arrodillarse. Hincarse de rodillas luego de caminar centenares de kilómetros bajo el sol o soportando la lluvia y el duro invierno. Desbasta, desbasta el paso del tiempo. ¿Desbasta? Daría las gracias a Dios si al menos tengo la sospecha de que no he enloquecido.
Van Helsing´s Project
Elaine Vilar Madruga
El joven espectador que recorra las galerías de este museo en busca de la poesía de Memories, muestra fotográfica itinerante de Van Helsing´s Project, quizás no recuerde aquellas épocas —no tan lejanas— en que sus creadores caminaban por las calles habaneras.
La exmujer del escritor
Marilyn Bobes
De nuevo mi ex marido ha tenido una hemorragia. En un cuento de su último libro se describió rastrillando el jardín de los vecinos. Mala señal.
Piel rota
David Martínez Balsa
Si fuese solo la libertad lo que me arrebataron, tal vez esto habría sido más fácil desde el principio. La libertad puede recuperarse. Lo que ellos me quitaron no tiene devolución…
El mar de los caníbales
Fernando Velázquez Medina
El cielo de la noche estaba lleno de estrellas como un extraordinario manto de mago, azul oscuro casi negro. La mar estaba en calma y el viento soplaba desde el norte llenando nuestras velas, aunque estas eran pocas ya que el capitán había mandado arriar una parte para recortar la velocidad y así tener tiempo de tomar decisiones en caso de una emergencia.
La Solución Zombi
Carlos Duarte
—¡Pero qué coño está tratando de decirme, Mateo! El puño del director descendió sobre la gran mesa de ditoplástico disfrazado de caoba.
El Escribano
Heriberto Machado Galiana
Al teniente Soto le decían Savimbi por ser más prieto que una noche bien oscura. Negrísimo, bajito, y se podría decir que delgado, aunque de músculos compactos y definidos.
Summertime
Ariel Fonseca Rivero
El empapelado simula el verano: montículos de arena iluminados por el sol, los castillitos, los niños en bañador correteando por la orilla. Una casa en la costa; el mar a lo lejos amenaza con acercar las olas.
Nitocris
Alejo Carpentier
El sol comenzaba a mostrar sus rayos dorados sobre el horizonte de las planicies lejanas, sumiendo a Menfis en una suave luz violácea, y transformando su aglomeración de terrazas y paredes en un amontonamiento indefinido, de donde emergían por su altura, el templo de Phatá, y los terrados de los Graneros reales...
A sangre fría
Lorenzo Lunar Cardedo
El de la chaqueta beige preparó una carretilla con un tanque plástico. Cargaba el agua de un pozo cercano y la repartía por las casas. A diez pesos el viaje.
De la continuidad de algunos sueños
Carlos Ávila Villamar
Solamente la veo de noche, ni siquiera todas las noches, la veo cuando puedo o mejor dicho cuando da la casualidad...
Fragmento de la novela fantástica publicada por Editorial Gente Nueva
Cerrar los puños
Yonnier Torres
Intento armar una versión de contingencias para la segunda cuadra: Si Claudia decide comer mandarinas, si los pregoneros hacen bien su trabajo, podríamos sentarnos en el contén y le hablaré del mago, le diré que a simple vista parece un bandido, un cuatrero, un delincuente, un tipo muy raro, pero en cuanto hablas un rato con él, se vuelve todo lo contrario.
Legado
Ailyn García González
Le contaron todo sobre la madre. Trajeron sus discursos, publicados en una edición de lujo. Le mostraron la foto, aquella en la que estrechaba las manos de un hombre memorable. Aseguraron que la decisión había sido heroica, impostergable.
159
Yoss
La fiesta estaba convocada para media tarde; una hora completamente absurda para mí, para no decir insultante. Así que, por supuesto, no me aparecí hasta bien caída la noche; mi excusa para la tardanza, si alguna hubiera hecho falta, habría sido que ya he aprendido que los cubanos, con respecto a la puntualidad, son muy religiosos. O sea, que llegan cuando Dios quiere.