Mala sangre
Rebeca Murga
Las ratas. Odio las ratas. Hurgan en los espacios como si fueran cachorros y devoran la comida con la rapidez de los conejos. Eso debieran ser: perros o conejos; pero prefieren ser ratas merodeando en la cocina.
Próximo nivel
Yonnier Torres
La caravana avanza despacio. A un lado de la carretera se despliega un terreno yerto. Al otro lado un muro de piedras blancas. Las casas han desaparecido. Comienza a caer la tarde. El pueblo queda atrás.
Lastre, para qué
Michel Encinosa Fú
Daniela se mató. Se quemó el cerebro, a eso me refiero. En el baño del teatro, dijeron. Cuando se fue la luz. Rompió un tomacorriente, sacó los cables, los peló con un cortaúñas. Después se clavó unas tijeras en el cráneo, dos veces, y por ahí coló los cables.
Los Trotacampos
Leopoldo Luis
Tizón era un negro descomunal, a quien doblar en dos una barreta de hierro, de las que se utilizan en el campo para excavar el terreno, apenas le tomaba un segundo...
En el muro del Malecón
Miguel Barnet
"En el Muro del Malecón" de Miguel Barnet nos transporta a las noches embrujadas de La Habana, donde el Malecón, testigo silencioso de incontables historias, se erige como el epicentro de encuentros y desencuentros. A través de tres relatos independientes, el autor nos sumerge en las profundidades de esta ciudad, desentrañando los oscuros matices que yacen bajo su aparente luminosidad. Barnet, con su maestría narrativa, nos conduce por los recovecos de la cotidianidad habanera, donde cubanos y extranjeros se entrelazan en tramas de amor, confidencias y admiración por la majestuosidad del Malecón. A medida que avanzamos en la lectura, el autor sutilmente desvela las sombras que se esconden en los pliegues de la sociedad cubana, revelando personajes que viven a la sombra de sus propias realidades. Cautivador y evocador, "En el Muro del Malecón" invita al lector a adentrarse en los secretos mejor guardados de La Habana nocturna, ofreciendo una mirada profunda y reveladora sobre la condición humana en un contexto tan emblemático como enigmático. Barnet, con su aguda sensibilidad…
La cotorra
Leonardo Depestre Catony
Si la cotorra hablara, se dijo el capitán investigador cuando descubrió al animalito prendido de sus patas en el umbral de la jaula abierta, con las plumas alborotadas, temeroso y hambriento, aunque eso sí, muy callado.
Nictofobia
Alexy Dumenigo Águila
—¡Enciendan la luz! ¡Por favor, que alguien encienda la luz! —gritaba. La puerta se abrió de golpe y Helga, que palpaba las paredes inútilmente, retrocedió cegada por el resplandor. El oficial de la Gestapo había accionado un pequeño interruptor a su derecha, en la esquina superior del marco. Pudo ver una habitación pequeña que constaba de una cama, una mesita y dos sillas.
Excelencia del proceso
Rafael de Águila
El Departamento Uno es el elemento más importante de la estructura; tiene la misión de hallar los sitios donde existan piedras.
Su nombre en un cartel
Lorenzo Lunar Cardedo
Fue un puntazo frío. Con música de fondo. En un callejón oscuro de la ciudad. Los fuegos artificiales a lo lejos, como el ritmo de la orquesta. El corito: "Menea, menea, menea tus caderas, María..."
La mano velluda
Alejo Carpentier
"Hay una leyenda rústica en el Japón que dice: «En la noche del año nuevo basta: gritar en un lugar apartado: “¡Gambari-nindo oto-to-ghizou!” para ver inmediatamente aparecer una mano velluda en las tinieblas»..."
El Oráculo de Penrose
Vladimir Hernández Pacín
Nota: los humanos no teníamos el “deconstructor de curvatura”, o motor hiperespacial; ni tampoco se nos permitía acercarnos a aquel hábitat.
Leyenda de Karla y Carlos
Rafael Grillo
Me pregunto si ustedes son también de los que se figuran a los científicos como tipos aburridos… Tal vez no luzca correcto que empiece diciendo cosas así de mi hermano, pero la llamada telefónica que acabo de recibir era de Carlos Roberto y él es un científico con el cual la regla se cumple a cabalidad.
La columna rota
Elaine Vilar Madruga
Aquella mañana, desperté convencida de que era igual a Frida Kahlo. Tenía sus mismos ojos bajo las pestañas indígenas. El mismo pelo, como un manto de la noche...
El insaciable hombre araña
Pedro Juan Gutiérrez
"La noche fresca, todas las estrellas en el cielo, la luna. Es un momento perfecto y no tengo sueño. Hace un par de horas que observo esta escena. Quiero mantenerla en la memoria: la cinta negra de la carretera estrecha, el mar azul-negro-gris-acero, el camino plateado y brillante de la luna, y los bultos amarillo ocre de los equipos oxidados..."
El Ángel que vi en la tierra
Aida Elizabeth Montanarro Torres
Cuento perteneciente al volumen Del telescopio a la bicicleta, publicado por Editorial Letramía, 2023
Apartamento H
Lázaro Alfonso Díaz Cala
Cuento perteneciente al volumen Del telescopio a la bicicleta, publicado por Editorial Letramía, 2023
Como tuvieron que morir las rosas
Michel Encinosa Fú
Baphomet apunta con premeditada lentitud y le dispara a Mastín en un pié. El aullido aturde los oídos de la Loba...
Errare
Alexander Machado Tineo
—¿Sabía la gacela del peligro? —Sabía. Sabía también de la sutileza del acecho, de la atención obligada y minuciosa a cualquier ruido extraño en la espesura, al cambio más imperceptible de los olores, al desplazarse sigiloso de las sombras.
Nueve noches con Amada Luna
Leonardo Padura
"Nueve noches con Amada Luna" se destaca como una colección de tres cautivadores cuentos tejidos por la pluma del renombrado escritor cubano Leonardo Padura. Este compendio, profundamente arraigado en el alma y la idiosincrasia cubana, trasciende los límites geográficos para explorar emociones y realidades humanas universales. El primer relato, "Nueve noches con Amada Luna", nos introduce en el vibrante escenario de La Habana, donde un joven estudiante se ve cautivado por los encantos de Amada Luna, una cantante de boleros. A lo largo de nueve noches llenas de magia, este encuentro efímero se convierte en un inolvidable remanso de amor y pasión. El estudiante, impulsado por la seducción de la voz, la belleza y la personalidad de Amada Luna, experimenta un profundo vínculo emocional. Sin embargo, la naturaleza fugaz de este romance inunda el relato de una nostalgia palpable, delineando las complejidades de los sentimientos y las inevitables despedidas. El segundo cuento, "Nada", despliega un duelo verbal entre dos ancianos que se cruzan en un banco del parque. A través…
La muerte de Lucas
Lázaro Alfonso Díaz Cala
Oficial, no crea todo lo que dicen por ahí, la gente siempre habla hasta lo que no sabe. Lucas era un negrito bueno. Dicen que ninguno lo es, pero él sí, yo se lo garantizo.