Ediciones Alarcos

¡Cierren las bocas, abran las piernas…!

Alcides Pereda

No creo que sea en la lectura del teatro —una de las más difíciles, torpes y dispersas que conozco—, donde el lector contemporáneo se encuentre más a gusto. ¿Continúa siendo la escena el sitio predilecto de asistencia para quienes frecuentan las llamadas artes escénicas? ¿Es en el teatro, el de las butacas y platea, donde el lector de historias encuentra ese sitio predilecto?