Escritores argentinos

La memoria de Shakespeare

Jorge Luis Borges

"La memoria de Shakespeare" es una colección de los últimos cuatro relatos que Jorge Luis Borges publicó en diversas revistas y medios. Este volumen incluye obras emblemáticas como el cuento que da nombre al libro, un estudio sobre la disociación entre el recuerdo y la existencia. Además, encontramos "25 de agosto, 1983", una nueva exploración del tema del doble, tan característico en la obra de Borges. También se destaca "Tigres azules", una enigmática inmersión en la frontera difusa entre la cordura y la locura. Finalmente, "La rosa de Paracelso" cierra la colección con una narración que aborda la eterna disputa entre la fe y la incredulidad. Jorge Luis Borges, el autor de esta colección, es reconocido mundialmente como uno de los escritores más influyentes del siglo XX. Su estilo único, que fusiona la erudición con la imaginación, lo ha convertido en un referente indiscutible de la literatura universal. Borges es conocido por sus relatos breves y densos, en los que explora temas como el tiempo, la identidad, el infinito y…

El Criadero

Gustavo Eduardo Abrevaya

Capítulo de la obra ganadora del Concurso de Narrativa José Boris Spivacow. Una novela donde "el crimen no es el acontecimiento insólito que destruye lo cotidiano, sí no la regla y la fundación de su mundo ficcional"…

Hernán

Abelardo Castillo

Me atrevo a contarlo ahora porque ha pasado el tiempo y porque Hernán, lo sé, aunque haya hecho muchas cosas repulsivas en su vida, nunca podrá olvidarse de ella: la ridícula señorita Eugenia...

El género de Artemisia

Catalina Boccardo

Buscaba luz y decapitar al agresor/ con la gracia de una dama culta/ el polvillo rojo intensificaba el daño/ en las telas de la artista…
Librería Lello, Portugal. Foto por Ivo Rainha en Unsplash

Cuando las bibliotecas se hacen laberinto

Víctor Lowenstein

Cuando una biblioteca se vuelve laberinto, gran pánico cunde por sus pasillos, que empiezan a ser interminables. Las estanterías parecen ondular con todos sus libros, que adquieren dimensiones amenazantes...

Edén y otros poemas

Sylvia Cirilho

La memoria de los ojos habla el verde del tahine fresco/ y la muerte - incapaz de la palabra -/ dice lo que no creyó en el amuleto de la sangre

De mala bebida

Ricardo Güiraldes

Santos era cochero en una estancia distante dos leguas de la nuestra. Bajo y grueso, sus cincuenta y seis años de vida bondadosa y tranquila no acusaban más de cuarenta...

Canción de cuna

Carina Sedevich

El olvido es un fruto que requiere trabajo./ Casi siempre tardío, pero rara vez dulce./ No es uva ni es la parra donde pende el racimo…

El silencio de las chicharras

María Alejandra Iribar

–¿No querés acompañarme a la telefónica, Helenita? Mirá que ahí tengo para largo. De paso tomás un poco de aire y te distraés. Supongo que tu padre querrá hablar con vos…

Compasión

Ricardo Güiraldes

"Eso me insinuó que el camino era peligroso. En la esquina aquel almacén, equívocamente iluminado por la luz rojiza de varios picos de gas silbones, era conocido como un punto de reunión de borrachos y truqueros tramposos..."

Francesca

Leopoldo Lugones

"Si descifrar las letras no era del todo fácil, la lectura del texto resultaba pesadísima, por las innumerables abreviaturas y signos convencionales que habrían hecho indispensable la colaboración de un paleógrafo, a no encontrarse allí su antiguo dueño como una clave tradicional; pero esas mismas abreviaturas y signos eran preciosos, por otra parte, como pruebas de autenticidad..."

El marica

Abelardo Castillo

"O a lo mejor no eran tus manos, a lo mejor era todo, tus manos y tus gestos y tu manera de moverte, de hablar. Yo ahora pienso que en el fondo a ninguno de nosotros le importaba mucho, y alguna vez lo dije, dije que esas cosas no significan nada, que son cuestiones de educación, de andar siempre entre mujeres, entre curas..."

Viene junto con

Rolando Revagliatti

Diez poemas del nuevo libro de este autor nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1945…

El ángel y el payador (1825)

Manuel Mujica Lainez

"La fama de Santos Vega se esparció por todo el campo argentino. Los paisanos lo adoraban como a un dios. Por eso la gente cree que fue un personaje imaginario, pues les resulta imposible que un individuo de carne y hueso como ustedes y yo, ganara con la guitarra tanta reverencia..."

Al rescoldo

Ricardo Güiraldes

"El que menos pasó su momento de terror en la vida. Uno se topó con la viuda, otro, con una luz mala que trepara en ancas del caballo a aquél le había salido el chancho, y éste otro se perdió en un cementerio poblado de quejidos..."

Uno de los murciélagos

Kike Ferrari

Un Batman anciano, que ya ni quiere recordar para qué servían esos trajes de lycra, evoca las causas verdaderas por las que asesinaron a su padre…

Los nutrieros

Rodolfo Walsh

"Chino Pérez tapó con tierra el fogón, y luego tendió la mirada a lo lejos. El agua había tomado un color plomizo, y en el oro verde de los juncos se alargaban las primeras sombras. Por los confines de la laguna, ensimismada en la quietud vesperal, entre las últimas barreras de juncos, flotaban a ras del agua nubecillas de vapor."

Ese hombre

Rodolfo Walsh

"Me pregunta si conozco el cuento del vasco. Escucho el cuento del vasco, rodeado de parientes, que no quería firmar el testamento. El índice del Viejo va y viene despacio sobre el índice izquierdo, preparando la pregunta, la pausa, el corte de manga, su porfiada respuesta. Y ahora no sé cuál es mi risa, cuál es la suya, la del Papa Juan divertido a su modo en el cromo."

El hombre muerto

Leopoldo Lugones

Descubre el sobrecogedor relato de un hombre que, tras sufrir una enfermedad que lo dejaba inconsciente a menudo, despierta un día convencido de que ha muerto. Nadie logra hacerle cambiar de opinión y vive atormentado durante treinta años en una aldea, deseando la muerte que no llega y sufriendo una sed de la nada insoportable. ¿Será capaz algún día de encontrar la paz que tanto anhela? Con un desenlace inesperado y escalofriante, este cuento de Leopoldo Lugones te mantendrá en vilo hasta la última palabra.

Conejo

Abelardo Castillo

"Yo me acuerdo cuando ella te trajo. Al principio eras casi tan alto como yo, y eras blanco, más blanco que ahora porque ahora estás sucio, pero igual sos el mejor conejo de todos, porque entendés las cosas."