Guardia Suiza

El Intruso

Lester Flores López

El comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral. La serenidad del Cardenal Carlos se interponía entre sus hombres y la entrada a la sala. Le aseguro, comandante Lester: solo han sido unos cuantos volúmenes mal colocados, insistió el hombre de púrpura. Pero el militar le miraba receloso.

El Gran Juego

Yoss

"La Guardia Suiza seguía siendo muy meticulosa a la hora de reclutar a sus miembros. No era suficiente ser suizo, católico, superar el metro con ochenta de estatura y tener amplia experiencia militar; se requería, ante todo, estar dispuesto a dar la propia vida sin dudarlo un instante por el hombre al que protegían: el obispo de Roma, el vicario de Cristo, el Santo Padre."