
Habana Madrid (fragmento)
Rodolfo Pérez Valero
«Yo apartaba cuerpos para avanzar, cuando su imagen solitaria entre la muchedumbre removió una idea latente en sabe Dios qué perdido rincón de mi cerebro: no me había llamado en todos esos días y ahora se encontraba allí, independiente, inasible: había determinado concluir conmigo y lo hacía sin titubeos. La certeza me paralizó y me sentí ínfimo.»

Una banda de jazz, un organillero…
Luis Jiménez Hernández
Los textos aquí presentados fueron escogidos por su autor para Isliada y forman parte del poemario Km 0, Internet.

Moñigüeso
Onelio Jorge Cardoso
«Moñigüeso vivía en casa de la vieja Elvira, quien, por el bien quedar con Dios y el buen atendimiento de la arboleda, le dio refugio en su “Quinta”. Habitaba en el patio, sobre el corral de los cerdos. De allí lo tumbaba veinte veces al día la llamada de la vieja Elvira. Venía entonces, inexpresivo y torpe, hasta la cerca de metal que resguardaba el pequeño patio del resto de la propiedad, y balbuceaba:»

La mujer de Lot
Abel Fernández-Larrea
«—Tolia, deberías aceptar ese traslado. —¿Qué dices, Veroshka? —Digo que deberías aceptar el traslado a Moscú. —¡Qué cosas tienes! ¡A esta hora! —Lo he estado pensando todo el día. Sería lo mejor. El pequeño Mitia iría a una mejor escuela, e incluso Masha podría ir a la universidad allí.»

Día mambí
Sergio García Zamora
—Día mambí. —Salimos a las 5. A la cintura cruzamos el río, y recruzamos por él: bagás altos a la orilla. Luego, a zapato nuevo, bien cargado, la altísima loma, (…). Vemos, acurrucada en un lechero, la primera jutía. Se descalza Marcos, y sube. Del primer machetazo la degüella: «Está aturdida», «Está degollada». Comemos naranja agria, que José coge, retorciéndolas con una vara: «¡qué dulce!».

El Gran Juego
Yoss
«La Guardia Suiza seguía siendo muy meticulosa a la hora de reclutar a sus miembros. No era suficiente ser suizo, católico, superar el metro con ochenta de estatura y tener amplia experiencia militar; se requería, ante todo, estar dispuesto a dar la propia vida sin dudarlo un instante por el hombre al que protegían: el obispo de Roma, el vicario de Cristo, el Santo Padre.»

Te deseo
Denis Álvarez Betancourt
Era un hombre de unos treinta años, de tamaño mediano y un poco robusto, sin llegar a ser obeso. Casado y con una familia preciosa de dos niños. Aparentemente normal, como son todos los asesinos en serie antes de ser descubiertos.

Arca de alianza: Imagen de la familia en la poesía de Dulce María Loynaz
Ileana Álvarez
El ensayista, profesor e historiador de la Literatura Hispanoamericana, Raymundo Lazo, «hombre muy serio», como lo calificara Dulce María Loynaz (La Habana, 1902-1997) en una entrevista donde recordaba a quien la había impulsado a salvar para la posteridad parte de su poesía, en especial un cuadernillo resultado de una broma contra la academia

Recuérdame
Daniel Morales Castro
Otra historia de seres humanos enfrentados a las máquinas que ellos mismos crearon, esta vez contada desde una relación madre-hijo…

Un punto en la oscuridad
Javier Rabeiro Fragela
«Ella era una víctima de guerra. Tenía los pies y las manos cercenadas. En el pecho le latía una gran herida. De la cabeza saltaban infinitos hilos de sangre. Estaba deshecha. Parecía uno más de los adornos barrocos y oxidados que ¿adornaban? las casas coloniales que estaban a su alrededor. Unas casas desgastadas por el tiempo, roídas hasta los huesos, apuntaladas, pidiendo la eutanasia desde el lenguaje braille de sus tristezas.»

Historia sin ventanas
Yonnier Torres
«Empujé la puerta del baño. Puse las manos sobre la pared. Me miré al espejo. Quise descifrar la expresión de mi rostro. Siempre he sido malo para establecer definiciones: Si me circunscribiera a los ojos podría haberme decidido por la tristeza.»

Al sur
Waldo Pérez Cino
«Unos días después, ya de vuelta los dos en sus respectivas ciudades, ella le escribe. Entre ellos es una costumbre. Quería mirar con tus ojos, dice. Estuve mirando con tus ojos para ver a qué sabe y por eso te cuento, a ver qué me dices.»

Ruta Iberoamericana
Alexander Besú Guevara
Año 2000. Pasa un paria.
(Parece oriundo de Grecia).
Su imagen clásica, recia,
es la arcilla intermediaria
entre su voz milenaria
y su cultura latina.
Un Hades de parafina
se postra reverencioso
ante el lírico sollozo
que inmortalizó a Yazmina.

Mulas
Dennis Mourdoch
«Todos bajan al interior del conducto. Dentro hay centenares, o tal vez millares, de cables de fibra óptica. Por los de mayor calibre, que alcanzan medio metro de diámetro, se mueven las IAs y los flujos de datos de los cibermundos, desembocando en las megarquitecturas de la Red.»

Un caso de Rodríguez
Eduardo del Llano
Vinieron a buscarlo al tercer día. Una señora del CDR lo había visto entrar y avisó a las autoridades. No lo denunció antes porque primero tenía que resolver unos trámites en la Embajada de España.

La maldición de Atreo
Carlos Fundora Hernández
«Como tú debes conocer he sido un hombre de acción y de ideas. Luché en Maratón y en Salamina y puedes preguntar a mis compañeros de batalla que, estoy seguro, todos confirmarán que he sido un soldado muy valiente y dispuesto al combate. De eso siempre me he sentido orgulloso. Sin embargo, lo que más ha quedado de mis hechos son las tragedias que escribí, y a las que he dedicado también parte de la vida. Para la gran mayoría, Esquilo, el hijo de Euforión, es sólo el creador de Prometeo encadenado, de Siete contra Tebas y sobre todo de La Orestíada.»

Mientras leo una novela de Steve Mac Bartley
Yonnier Torres
«Abran una novela de Steve Mac Bartley, digamos que Elementos comunes o mejor aún, para armar la situación en su justa medida, pretendan comenzar el octavo capítulo de Esto funciona como una caja cerrada (Ediciones Espectro, 2003, página 240), abran las tapas, localicen el marcador, mientras un viejo, que hace un rato daba vueltas de un lado para otro con un periódico en la mano, se sienta en el banco, carraspea y dice:»

Juana la Loca
Reynaldo Cañizares
«Quiroga, como todos, me dice Hemingway porque escribo en su bar y porque no diferencia entre poetas y narradores; pero ni él mismo sabe que lo que hace a este lugar tan especial es que junto a las mesas se mueven solo para mí las hembras más hembras de la historia.»

(Selección de minicuentos)
Algunas formas de suicidio
Vladimir Bermúdez
«Después de jugar con su destino a la ruleta rusa, en vano pretende dormir bajo el agua —los sueños, por lo regular, no saben nadar y se ahogan—, borrarse el nombre para convertirse en nada, enterrarse en vida para resucitar en la otra.»

Manual del condenado
Carlos Pintado
Debo tu nombre al reino, oscuro pueblo. / por una de tus calles he mirado / el palacio de Cnosos, las ventanas / abiertas al abismo y a la noche.