Literatura Fantástica

Terapia de progresión

Anabel Enríquez

"Cuando disolvieron los institutos de enseñanza paranormal, cuando de ser los futuros héroes pasamos a ser la crápula elitista que corroe una sociedad baluarte de equidades, nos dispersamos por el país… y luego fuera del país… y algunos fuera del planeta."

Diluvium

Elaine Vilar Madruga

Este acorde decapitado del silencio viene a naufragar conmigo sobre el rumor de la bestia. Dicen que el oficio, que la costumbre de confundir la sal, no es más que un percance de los tontos que vuelan sobre pastos imprecisos...

La cacería

Dennis Mourdoch

Se mantiene inmóvil, sabe que lo observa. Mueve con suavidad una de sus manos hasta llegar al gatillo de la pequeña pistola eléctrica. Apunta y dispara. El gatillo libera tres cables energizados que se clavan en el concreto del piso. Burlados por un salto lateral de la presa, que se adentra en la selva roja de tuberías de vapor puro, válvulas y equipos intercambiadores, en busca de protección...

Victoria

Ricardo L. García Fumero

Los aplausos fueron apagándose poco a poco a medida que el público que colmaba la sala se aquietaba, de vuelta a sus asientos. Aquí y allá islotes de murmullos se disolvieron gradualmente en el silencio original. Relampaguearon algunos flashes de última hora...

El converso

Juan José Arreola

"Fui a dar de bruces en el infierno, pero no dudé un solo instante. Rodeado de diablos tenebrosos, la idea de perdición no pudo abrirse paso en mi cabeza. Legiones de hombres sufrían tormento en máquinas horribles; sin embargo, a cada hecho desolador, mi fe respondía: Dios quiere probarme."

Cuadrados

Claudio del Castillo

Hace una semana que no duermo. Cada noche doy vueltas y más vueltas en la cama sin que el sueño llegue a mí. Lidia, cada noche también, refunfuña a mi lado y me da de codazos. Solo entonces me estoy quieto, pero no consigo apartar la mirada del óleo que adorna la pared...

Leticia

Carlos César Muñoz García del Pino, David Alfonso Hermelo

Soy Leticia, heroína legendaria y defensora de los desgraciados, las viudas y los pajaritos. Mi nombre es conocido en cada polo, mis hazañas atraviesan los tres mares y mi valor es cantado por cada bardo en cada taberna...

Ana

Denis Álvarez Betancourt

La primera vez que divisé a Ana, estaba sumergida entre los brazos de un dragón enorme de ojos de fuego. Alex, creo se llamaba, y se consideraba el mejor ejemplar en casi toda la selva conocida. Fuerte, de pecho brillante y en donde mi Ana aparecía como un músculo más. Me cuidé de no mirar mucho tiempo, no se fuera a malinterpretar, pero, desde el fondo de aquella mole, dos ojos suplicantes me dijeron: “Rescátame y seré tuya para siempre”..

El «Incidente Johnson-Muñoz»

Gabriel J. Gil

El público aullaba enardecido, atestando las gradas de la vieja sala habanera Kid Chocolate, hace poco reacondicionada por completo para el pugilismo cerebral. Las apuestas, legales e ilegales, estaban por las nubes...

Shift

Juan Pablo Noroña

Los cinco representantes esperaban sentados alrededor de la mesa de reuniones. Esperaban. El de más edad se inclinó sobre la mesa para poder ver en dirección a la puerta. —El chino no viene, y son las nueve —dijo—. Media hora aquí viéndonos las caras...

Arbitrio judicial

Jeffrey López Dueñas

En el estrado, con la negra toga ondeándole alrededor del cuerpo y el birrete graciosamente ladeado sobre la cabeza, dejaba de ser un hombre común para transformarse en alguien único…

La manzana de Eva

Yadira Álvarez Betancourt

—Deberías volver a hacer juguetes, madre. —Ya no hago juguetes, sólo los reparo. La hija frunció el ceño ante la brusquedad de la respuesta. —Madre, no es que esté harta de venir hasta aquí a verte, pero deberías preocuparte más por tu bienestar y salir de este lugar.

En candela con Ochosi

Erick J. Mota

Primero fue el dolor de muelas. Y luego. Y luego también. El dolor de muelas persiste en todo momento y carece de posición de alivio. Los calmantes casi nunca funcionan y siempre la cura es mucho más dolorosa. No existe sentencia ni castigo en el mundo que supere a un dolor de muelas.

Dioses a la carta

Carlos Duarte

Hacía muchos años que vagaba por la vida con la sensación de albergar un vacío absoluto en alguna parte de mi organismo. Comía y comía pero no lo llenaba, ergo no era en el estómago. Respiraba fuerte y hondo pero nada: obvio, la cosa no era en los pulmones.

Sacrificio

José Luis Fariñas

Había cosas que quería para siempre: ardides, plenilunios, coleópteros de marzo, pánicos vitales de color azul prusia tostado, la semilla heptagonal de una noche de infancia bajo unos canisteles en flor o el dibujo escabroso de los días más imposibles, esos donde parece suceder sin detenerse la danza macabra de la felicidad...

Minucia

José Martín Díaz Díaz

Minucia no era persona, tampoco animal, supongo. Parecía un muñeco para niños, sin especie definida. Cuatro patas con manitas. Orejas redondas. Grandes ojos.

Cacería cíclica

Elaine Vilar Madruga

Muh deambulaba por los recodos de lo que fue, en tiempos ya pasados, su hogar. Ahora, era la presa. El cazador lo seguía demasiado cerca, lo husmeaba, destruía sus madrigueras y escondites...

Mitos nórdicos

Neil Gaiman

Violencia, traiciones, poder… Con una prosa hábil e ingeniosa, Gaiman analiza la naturaleza imperfecta y competitiva de los dioses, sus susceptibilidades, su habilidad para embaucar y dejarse embaucar por los demás y su tendencia a dejar que la pasión dirija sus acciones, las guerras por el sexo o el poder… y, en general, todo lo que los acerca claramente a los humanos mortales. Gaiman, al igual que otros maestros contemporáneos contadores de historias como J. R. R. Tolkien y George R. R. Martin, ha crecido inspirándose en la fantasía nórdica y ahora decide poner sus ojos directamente en la fuente de estas historias para presentar un homenaje a los grandes relatos nórdicos.

La hija del Minotauro

Eréndira Corona

Recorrimos durante días y noches los senderos del laberinto, buscando el modo de salir de sus caminos empedrados y sinuosos, rodeados de flores y espinas. Pero, sin darnos cuenta, en nuestro afán de encontrar una salida…
Cuerpos a la deriva - Yamilet García Zamora - Narrativa

Cuerpos a la deriva

Yamilet García Zamora

No, no sé cuándo se me ocurrió la idea de matarla. Ni siquiera sentía ya piedad por aquel cuerpo podrido en vida, depauperado a su máxima expresión. Asistí al deterioro de manera indiferente, regañándola si se orinaba…