Nuevo Cuento Policial Cubano

Río de agua mansa

Ángel Santiesteban Prats

"Unirse al grupo de los ninjas, como los apodaba la Policía, le había costado varios meses de profundos razonamientos, despojarse de una formación diferente, conceptos y ambiciones adquiridos durante toda su existencia."

El reino y el avellano

Orlando Andrade

"Di órdenes de ser conducido al barrio de las putas. Saqué una botella de vino de la trampa del asiento. La descorché. El aroma de la bebida me puso a pensar tan rápidamente como quería. El rostro que no conocen los hombres lo conocen las almas descarriadas. Yo era amiguito de una matrona feroz, una vieja con montañas de colorete entre ceja y ceja, una coleccionista de camafeos."

Sexo, best seller y falsas entrevistas

Luis Alfredo Vaillant Rebollar

"Llegué a la puerta del cuarto y me di cuenta de la escena, el cuarto regado, una botella de ron, cristales, latas de cerveza, ropas por el piso en señal de que hubo una gran orgía, un gran desenfreno sexual, un gran relajo, una gran gozadera; lo único que no encajaba en aquella escena era la sangre y el cuerpo de él, desnudo, en la cama, muerto."

Atrapados

Carlos Santos Montero

"El calor me llevó al agua y braceé un rato antes de regresar a la orilla. Ninguno de los bañistas, agrupados como cucarachas a la sombra de las uvas caletas, me prestó atención y me tendí en la arena, hasta sentir una extraña sombra, como si me cubrieran del sol. Me incorporé, preocupado, para quedar frente a un cuerpo más hermoso que la sonrisa de su rostro."

Itanam de las barcas

Nelton Pérez

—Lleva tres días sin dormir, rezándole a la Virgen del Cobre, solo ha querido tomar café y no hay quien la levante de la cama. ¡Y oyendo la radio! Con la emisora esa, esa misma, puesta día y noche. Fíjate que de la debilidad ya ni se le oyen los rezos y las ojeras la tienen sin rostro... de seguir así se muere. ¿José, tú diste el último?

El anfitrión

Ernesto Peña González

"“Mire qué apretadas carnes, don Diego. Todavía están calientes”. Se trataba de los cadáveres de una pelirroja y una negra bellísimas. El vendedor, sin dejar de sonreír, oprimía con sus manazas los muslos de las mercancías yacentes sobre el mostrador del tenducho."

Archivo

Confesiones de cara al policial cubano

Leopoldo Luis

No pocas veces tildado de “menor”, el género policiaco exhibe un largo historial de vicisitudes e incomprensiones, en sus ya más de ciento cincuenta años de presencia insoslayable. De presencia en la literatura moderna —se entiende— porque en la determinación de sus oscuros orígenes la pista podría conducirnos hasta el mismísimo escenario de la tragedia griega.

Música de Fondo I

Daneris Fernández Fonseca

"Quiso tocarse la cadena, sentía un cordón opresivo y ardiente alrededor del cuello. No podía moverse. Era un dolor helado, paralizante, como si le hubieran metido el cuchillo entre las nalgas y todavía lo tuviera allí, tieso y frío. Desde el suelo vio a Marlon bajo el foco de la esquina, un mulato bajito y gordo lo tenía agarrado por las muñecas y le balanceaba los brazos, como si jugaran."

Aquella noche en Moscú

Ariel Sánchez

"Vasilio se aproxima al cuerpo, se acuclilla y con la sutileza de una bailarina descubre sus piernas. El parecido con un cuerpo humano le resulta difícil de creer. Una sangre ennegrecida colma casi todo el sitio. Su rostro pudiera ser el de cualquier chica de la gran ciudad. Alguien se burla de nosotros."

Disparos

Lázaro Alfonso Díaz Cala

"No miente. Casi nunca ha mentido; quizás sólo de niño, cuando le encargaban una compra y no devolvía parte del cambio para comprar confituras. En verdad sintió miedo; miedo a los regaños de la madre, a mirar de frente a los padres de Abel y Alicia. ¡Alicia! ¿Qué pensará?"

Café Cubita

Blanca Blanche

"Se mató o la mataron. No sé bien. La cuestión es que está muerta. ¿Lo sabes, te lo dijeron, te enteraste ya? Se iban a ir juntos, sí... él recogió todo y me lo gritó en mi mismísima cara cuando lo vi de nuevo en la puerta."

Todas las emes del mundo

Rebeca Murga

"¿Es tonta la maestra? A él no le gusta bañarse, y la odia como nunca cuando frota la piel hasta dejarla ardiendo y llena de espuma. Pero eso no volverá a pasar, ya no, el niño es feliz ahora."

Una novela para Dostoievski

María del Carmen Muzio

"Uno de los últimos testigos refirió que estaba durmiendo cuando otro de los cuñados, también herido, lo despertó para decirle que el Nene estaba matando a toda la familia. Pero cuando salió, ya se había ido en el mayor de los silencios."

Sombras de las cosas que vendrán

Reynaldo Cañizares

En ningún número de la revista Mujeres he descubierto que se haya tratado con rigurosidad científica un tema tan complicado como la visión y el poder de escucha que pudiera tener un feto; muchísimo menos cuando todo el tiempo, tras los hechos, está la verdad que se recuerda...

La mansión desaparecida

Félix Sánchez

Era la única testigo, y yo el periodista de guardia que había acudido a llenar con argumentos creíbles aquella noticia que ya tenía el título adelantado por mi jefe de redacción

La acera infinita

Anisley Negrín

"Arroje el cigarro. No importa cuánto le haya costado, ni si está por la mitad. Arrójelo. En el momento justo en que va a lanzarlo a la calle aparecerá un barrendero conduciendo un tanque de basura sobre ruedas."

(Fragmento)

El dolor de quererte

Liany Vento García

—¿Sabe usted si alguien tenía razones para matarla? Santos hizo la pregunta mirando directamente a los ojos del muchacho. Sabía de la importancia que las expresiones tenían en estos casos de homicidio. Generalmente las personas dicen más con los ojos que con las palabras.

Perro mundo

Marcial Gala

Es de noche aún, dije. Hace frío, dijo Katy, mejor nos ponemos en movimiento porque me parece como si las piernas se me fueran a congelar. Aguanta, tú sabes que ese CVP es un hijo de puta y aún me duele el culo de la patada que me dio la última vez...

El olor de los autos en las tardes que duelen

Carlos Manuel Álvarez

Una sombra se acerca por detrás y le deja caer, escurridizamente, la mano sobre el hombro. No le parece una buena señal. No le gusta que lo sorprendan. Lo pone de mal humor. Aunque solo lo exprese de manera imperceptible o ni siquiera lo exprese, pues Nelson Bomarzo es, lo que se dice, un hombre parco, de poquísimas palabras...

Sinfonía para un crimen

Yamilet García Zamora

Oyes el sonido del cañonazo —todavía se puede escuchar en Centro Habana, caray— y entonces, solo entonces, apuras el paso. No hay crimen perfecto, y las palabras de tu amiga, la escritora policíaca, resuenan en tus oídos. Sí, sí lo hay, solo hay que pensar un poco las cosas, saber hacerlas.