Striptease

La Desconocida

Zulema de la Rúa Fernández

"Liberé mi cabello; lo espoleé durante varios segundos. Luego me coloqué de espaldas a los Androides, puse las manos en mis glúteos y los separé con furia, mirando fijamente a la odiosa visitante. Las exclamaciones se elevaron, motivadas, acaso, por el erótico vaivén de la Desconocida, que se alejó de mí, todavía sonriente."