Venus de Milo

Elisa

Michel Encinosa Fú

Visto a través de la ventanilla, y desde lejos aún, el Yelmo de Odín lograba impresionar. Un domo con dos protuberancias enormes, proyectadas hacia arriba. Un casco negro, dejado al azar por un dios tras su crepúsculo sobre la desnudez de la Luna.