Barrabás

Barrabás - Pär Lagerkvist

Resumen del libro: "Barrabás" de

Barrabás, se basa en la historia bíblica de la liberación del ladrón Barrabás en lugar de Jesucristo. El escritor imagina la vida de Barrabás después de su liberación. El criminal cree que fue salvado para difundir el mensaje de Jesús, pero en su lucha religiosa no entiende el porqué de las persecuciones ni la inacción de Dios para evitarlas.

Libro Impreso

Todo el mundo sabe que Fue crucificado al mismo tiempo que otros dos; se sabe quiénes eran las personas que se agrupaban alrededor de Él: María, Su madre, y María Magdalena, Verónica y Simón el Cirineo, que había llevado la cruz, y José de Arimatea, que debía sepultarlo. Pero un poco más abajo, en el declive del monte y apartado de los demás, un hombre observó fijamente a Aquel que se hallaba clavado en la cruz y siguió la agonía del principio al fin. Se llamaba Barrabás. De él se trata en este libro.

Era un mocetón de unos treinta años, robusto, de pálida tez, barba rojiza y cabellos negros. Las cejas eran también negras; los ojos se hundían en las órbitas, como si la mirada hubiese querido esconderse. Bajo uno de los ojos corría una profunda cicatriz, que desaparecía en la barba. Pero el aspecto físico de un ser humano no significa gran cosa.

Había seguido por las calles a la muchedumbre desde el pretorio, pero a cierta distancia detrás de los demás. Cuando el Rabino, agotado, se desplomó bajo la cruz, se detuvo un instante para no llegar hasta el sitio donde yacía la cruz. Casi no había hombres en el cortejo, fuera de los soldados romanos, por cierto; eran sobre todo mujeres quienes seguían al condenado a muerte, y una bandada de chicuelos, que siempre acudía cuando por su calle pasaba alguno para ser crucificado; consideraban una diversión ese espectáculo.

Pero, habiéndose aburrido bien pronto, volvieron a sus juegos después de haber echado una mirada al hombre que caminaba detrás de los demás, y cuya mejilla tenía una gran cicatriz.

Parado ya en el lugar del suplicio, observaba a Aquel que estaba clavado en la cruz del medio sin poder retirar la mirada. En realidad, no había tenido intención de subir hasta allí, pues todo en el sitio era sucio, lleno de inmundicias; y cuando alguien se aventuraba a entrar en el lugar maldito dejaba algo de sí. No obstante, una potencia maléfica forzaba a volver de tiempo en tiempo, hasta que un buen día ya no se lograba salir. Cráneos y osamentas yacían esparcidos por todos lados; y cruces caídas, medio podridas, que ya no podían ser utilizadas, pero que no se retiraban porque nadie quería tocar las cosas que estaban allí. ¿Por qué, pues, se quedaba? No conocía a aquel hombre y no tenía nada que ver con él ¿Qué hacía en el Gólgota, él, que había sido liberado?

El crucificado respiraba con dificultad y su cabeza colgaba hacia adelante. Poca vida debía de quedarle. No era un mocetón. El cuerpo era magro y endeble, y los brazos finos, como si nunca hubieran sido usados. Era un hombre extraño, de barba escasa y pecho sin vello, como el de un adolescente. Todo eso disgustó al espectador.

Pär Lagerkvist. (1891-1974), ilustre escritor sueco y laureado con el Premio Nobel de Literatura en 1951, dejó una huella indeleble en la literatura mundial. Originario de Växjö, en la provincia de Småland, Lagerkvist nació en el seno de una familia de tradición campesina, marcada por profundas raíces religiosas cristianas.

Sus años de formación lo llevaron a la Universidad de Upsala, donde estudió arte y literatura entre 1910 y 1912. Sin embargo, su búsqueda artística lo condujo a París, donde se empapó de las corrientes vanguardistas del cubismo y el expresionismo, influencias que dejarían una marca indeleble en su obra.

La Primera Guerra Mundial lo llevó a Dinamarca, donde emergió su primera obra teatral en 1917, titulada "El último ser humano", así como "Angustia", un libro de poesía profundamente impactado por las atrocidades de la guerra.

De regreso en Suecia, en 1919, Lagerkvist se estableció como crítico de teatro en Estocolmo, donde también escribió una serie de ensayos que le valieron reconocimiento y popularidad en su país. Paralelamente, su producción literaria floreció, ganando adeptos y ejerciendo una profunda influencia en la literatura sueca.

En 1940, Lagerkvist fue elegido miembro de la Academia Sueca y, en el mismo año, recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Gotemburgo. Su consagración llegó en 1951, cuando se hizo merecedor del Premio Nobel de Literatura.

La obra de Lagerkvist se caracteriza por su intensidad expresiva y su exploración constante de la dualidad del bien y el mal, temas que recorren su obra impregnándola de pesimismo, ansiedad y, en ocasiones, de elementos de moralidad religiosa.

Entre sus obras más destacadas se encuentran "Angustia" (1916), que denuncia la violencia humana en tiempos de guerra, y "La Eterna sonrisa" (1920), un cuento fantástico que cuestiona el materialismo y pondera la importancia del afecto y la inevitabilidad de la muerte.

En "Historias Malignas" (1924), Lagerkvist aborda el miedo a la existencia de un Dios inquisitivo, la banalidad de la moralidad humana y la falta de sentido en la vida, a través de cuentos cortos llenos de ironía.

"El Enano" (1944) explora la maldad extrema encarnada en un personaje renacentista, mientras que "El Verdugo" (1933) simboliza el poder de la muerte y el odio, siendo una crítica directa al totalitarismo y al nazismo.

Por último, "Barrabás" (1950), posiblemente su obra más célebre, imagina la vida del ladrón liberado en lugar de Jesucristo y su lucha religiosa en un mundo que no comprende. Esta obra icónica fue llevada al cine y continúa resonando en la literatura contemporánea como un legado perdurable de la genialidad de Pär Lagerkvist.