Odas de Ricardo Reis

Odas de Ricardo Reis, poemas de Fernando Pessoa

Resumen del libro: "Odas de Ricardo Reis" de

Fernando Pessoa hizo nacer a Ricardo Reis, el autor de las Odas, en Oporto en noviembre de 1897 y sobrevivió a su creador (según José Saramago, Ricardo Reis regresó a Portugal a bordo del barco inglés Highland Brigade, en el que ha viajado desde Brasil). Educado con los jesuitas, llegó a ejercer la medicina en Brasil, a donde se exilió como monárquico. Amigo de Álvaro de Campos y de Alberto Caeiro, heterónimos como él de Fernando Pessoa, no conoció, sin embargo, a éste último, quien nos recuerda la educación latinista del Doctor Reis, así como su afición por el mundo griego: («Debe haber en el poema más pequeño de un poeta algo en lo que se note que existió Homero. La novedad en sí misma nada significa, si no hay en ella una relación con lo que le precedió. Ni siquiera hay novedad si esa relación no existe…»).

Libro Impreso

Prólogo

La vida es un día y ese día es una pequeña isla de luz en medio de la oscuridad: «que hay noche antes y después / de lo que duramos». Para Ricardo Reis la vida da lo que no se pide, y el destino es el «innúmero futuro de los tiempos y del olvido». Hay que cultivar el olvido pues el destino no recuerda. Y así feliz el bruto que desconoce todo, o el sabio que pierde la razón en su estudio y se olvida. Incluso el recuerdo olvida, pues todos los que recuerdan mueren y nadie puede recordar tanto. «No tengas nada en las manos / ni un recuerdo en el alma». Sin embargo, Ricardo Reis, en la oda 26 tiene este desliz en su teoría del pesimismo determinista, «escojamos de lo que fuimos / lo mejor para el recuerdo». Pero no hay más recuerdo que el olvido. La poesía de este heterónimo pessoano, en su parte medular, es la misma que atraviesa a todo el pensamiento del escritor portugués. Se basa en la abdicación de la vida, en el nihilismo más absoluto, «porque nada somos. No esperamos nada».

El lema de este poeta médico, que nació en Oporto en el año 1897, el mismo en que los padres de Pessoa se casan, y un año antes del nacimiento del propio creador de su heterónimo, exiliado en Brasil debido a su credo monárquico, es desconócete a ti mismo. Según su más importante «biógrafo», José Saramago en El año de la muerte de Ricardo Reis, regresó a Portugal y apenas sobrevivió a su hacedor.

Reis, Caeiro y Campos forman la tríada fundamental de la heteronimia del gran escritor portugués. Alberto Caeiro, nació en el 1889, en Lisboa, donde falleció en el 1915. Con una vida sin mayor interés, ni acontecimientos. A través de los poemas de El guardador de rebaños, reconstruye el paganismo, «tal como ni los griegos ni los romanos, que lo vivieron y por eso no lo pensaron, lo pudieran hacen». La obra de Caeiro, más que de su propia individualidad, nace desde el inconsciente cultural colectivo, como si las civilizaciones postergadas tomaran cuerpo en él.

Alvaro de Campos vio la luz en Tavira, en octubre de 1890. Ingeniero naval en Glasgow; se encontraba inactivo en Lisboa durante el tiempo en que realizó su obra. Es el más vanguardista de todos los heterónimos. Con pinta de judío portugués, culto, su ambigua bisexualidad y un complejo sadomasoquista, lo hace sentirse culpable. En carta a Casais Monteiro, Pessoa dice: «… puse en Caeiro todo mi poder de despersonalización dramática, puse en Ricardo Reis toda mi disciplina mental vestida con la música que le es propia, puse en Alvaro de Campos toda la emoción que no doy ni a mí ni a la vida».

Pessoa creó otros varios heterónimos y semiheterónimos como Bernardo Soares, el autor del Libro del desasosiego, «porque no siendo su personalidad la mía, es, no diferente de la mía, sino una simple mutación de ella».

Heterónimo es el nombre, distinto del suyo verdadero, con que un autor crea vidas y obras distintas a las de él mismo. Bajo el pseudónimo se oculta el nombre y la misma personalidad verdadera del autor sin modificarla. Apócrifo es el libro atribuido a autor sagrado que no consta en el canon. Mientras que complementario es un desdoblamiento del propio escritor en otro nombre que lo completa o perfecciona. Antonio Machado hablaba de apócrifos o complementarios, mientras que Pessoa lo hace de heterónimos, pseudoheterónimos y anónimos, es decir, él mismo bajo su propio nombre. Estudiosos corno Jorge de Sena o Casais Monteiro consideraron al creador de este «drama em gente», como uno más y posterior a los firmados por Caeiro, Campos o Reis. Heterónimos pessoanos, apócrifos machadianos y ex futuros unamunianos… Los heterónimos pessoanos tienen un antecedente en Eça de Queiros que construyó a un personaje como el de Fadrique Mendes. Pessoa también creó pseudónimos como el de Alexander Search (Alejandro Busca), escritor en inglés, que nace en Lisboa el mismo día y año que su creador. Al poeta lusitano, desde su infancia, le gustaba rodearse de seres ficticios, de su invención, el origen de los heterónimos. Chevalier de Pas fue el primero, «desde niño —le dice a Casais Monteiro— tuve tendencia a crear en torno a mí un mundo ficticio, a rodearme de amigos y conocidos que nunca existieron».

Fernando Pessoa. Nació en Lisboa en 1888. Tras cursar estudios universitarios en Ciudad del Cabo, regresa a su ciudad natal en 1905. A partir de ese momento compaginará una vida de empleado comercial con la poesía. Alberto Caeiro, Ricardo Reis o Álvaro de Campos son nombres de alguno de sus heterónimos, verdaderas personalidades poéticas con estilo propio, creaciones, máscaras de su autor. Pessoa muere en Lisboa en 1935. Su obra completa, en prosa y poesía, se publicó póstumamente en quince volúmenes entre 1942 y 1978.