Poesía

El beso de la serpiente

Cleopatra se suicida, por Claude Vignon

AUSENTES

Ella dejó la casa
y se fue a otra lejana
de elevada hipoteca.
Él dejo a sus padres
su hermana
sus queridos sobrinos
y se marchó a rastrear en otro sitio
el lugar que no encontraba aquí.
Ellos se aventuraron en el mar inasible
unos lo atravesaron
a otros les tocó
de morada final.
Abdel tiene solo 18 años y ya quiere partir
Maritza pasó los 50, y lo anhela también
El doctor Juan Ernesto espera otras misiones
Y el atleta Raymundo abrazó un nuevo equipo
Martha se casó con un yuma
Juan Alberto lo intenta una y otra vez
El trompetista O-Farrill persigue un blues distinto
La familia Oviedo vende sus pertenencias y
espera su momento.
El pintor Baldriche que tan bien despuntaba
despinta su talento
entre ungüentos y cápsulas.
Ay país escindido
herido
dividido
Urge reconstruirte
Re constituirte
Ay del lugar donde la gente parte sin regreso
(algo por el estilo dijo el Apóstol de ello)
Hemos repoblado los tres mundos
De la familia hicimos célula partida
multiplicada sobre todo
pero fuera de aquí.
Sé que es enfermedad endémica
que padece todo país pobre
pero entre nosotros se ha vuelto terminal.
Ay país de ausentes
para quienes estás siempre
omnipresente.
Ausencia quiere decir exilio.
¿Querrá decir todo el tiempo
jamás?

10/1

Modelo original

Fariseos de hoy
que cuestionan derechos humanos
no de guetos
e hipócritamente
les conviene ignorar
ciertas leyes mosaicas:
degustan el marisco prohibido
aceptarían de nuevo el esclavismo
miran el patriarcado cual chiste de la
Historia.
tampoco les importa que un jefe de tribu
poseyera un harem
ni que una adúltera muriera lapidada.
no cuestionan que el sujeto bíblico
fuera siempre varón
pues siempre justifican
la misoginia
la ortodoxia o
cualquier fobia hebrea.
Ah generación de víboras
pero que dos del mismo sexo se amen
que vayan al altar
y quieran descendencia
es entonces pecado
lo peor no es que esgriman
erradas teologías
sino que prediquen en nombre de la patria
de sistemas políticos
de ideologías vanas
¿dónde estaban ustedes durante la Umap
los huevos-proyectiles
y decenas de e(h)orrores?
Y en otros paralelos
¿qué voz alzaron contra las dictaduras
los desaparecidos?
Si somos de Dios semejanza e
imagen
nuestro señor no es Wasp1
sino también plural mujer negro
lgtbiq trasnacional budista
sencillamente humano
y el único modelo original
al menos el único que vale
lleva tan solo aquellas cuatro letras
que al parecer Uds.
Olvidaron

enero 2019

NOTA:
1. Blanco, anglosajón, protestante por sus siglas en inglés

Nostalgia anticipada

Ojalá siempre fuera diciembre
Ojalá siempre noche de cena
Y no hubiera resquicio a partidas
Ni al espacio brutal de la pena.
Ojalá los pasajes de ida
Siempre fueran también de regreso
Y los viajes nunca la movida
Ni otros sitios coartadas del beso.
El dolor no es del pecho la herida
Ni los sueños umbral del anhelo
Es dar lo irremediable cual salida
Allí do la esperanza se hace hielo.

19/12/2008.

Negociaciones con el Alighieri

Le pregunté al Dante en qué círculo de su Inferno me pondría:
Ah, tu caso es complicado, respondió.
Te ubicaría en el segundo círculo , allí te vendría bien un castigo como el de Paolo y Francesca, mas pensándolo bien ya lo tienes en vida: cada vez que rozas los dedos de tu amor, ambos se desprenden y giran en círculos.
También está allí Aquiles, llorando todavía la muerte de Patroclo: a ti sin embargo aun cuando él está vivo, las lágrimas te brotan con frecuencia… porque no lo tienes como anhelas, no del todo.
Has cometido, sí, frecuentes adulterios, mas al rehusar casarte no se te tiene en cuenta.
Te podría invitar al tercer círculo: crítico gastronómico, o aun sin ejercer, ni los menús más plenos te dejan satisfechos, y les colocas faltas o siempre quieres más. Pero hay que reconocer que te has moderado, los años no perdonan y te veo cuidando digestiones y dietas.
El sexto sí te va: eres un gran hereje, mas tanto te han golpeado pastores y doctrinas (generalmente erradas) que ni Alecto ni Furias harían mucho más.
Por “plantilla”, claro, te tocaría el séptimo, y no solo por tu afición a la numerología y porque sabes bien que es dígito perfecto; pero el fuego, que aquí no purifica no te va a afectar: me consta que has pasado tanto por el fiero elemento, que ya te acostumbraste.
Y como de este irías de cabeza al tercer giro1, habría que esperar una ampliación: en todo el mundo ya no queda un armario ni lleno ni cerrado, tantas salidas del clóset han saturado el círculo…tantos sujetos e identidades nuevos (no alcanza el alfabeto para esas molestas siglas) van a hacerlo estallar.
Los otros sé bien que no te van, por tanto, dejo libre a Virgilio y mira: no te sugiero el Purgatorio pues obviamente, habitas desde hace mucho en él, no soy muy generoso pero creo que el Paraíso no te vendría mal.
Y ya, ante sus puertas, me abren los brazos Beatriz, Buenaventura, Platón, Aristóteles, San Agustín2
Aun así no sé por qué me embarga una inmensa tristeza.

NOTAS
1. El segundo círculo es el de los adúlteros, en el tercero se ubican los condenados por el pecado de la gula, el sexto es para los que han cometido herejía, al séptimo van los violentos, con tres giros: el tercero es de quienes ejercen “violencia contra la naturaleza” donde el autor ubicó a los sodomitas.
2. En el viaje por los variados tiempos y esferas del Paraíso, Dante maneja indistintamente elementos de las filosofías correspondientes a estos personajes, pensadores y santos.

CARTA DE LORCA A DALÍ

Queridísimo Salvador (¿lo serás de veras?):
No tienes idea de lo que te echo de menos, lo que te necesito ahora más que nunca de regreso a España, tras mis vivencias inolvidables en Cuba y Estados Unidos.
Mi querida Granada baila al son del verano y en Málaga —desde donde te escribo— el verde con que a todo parece sonreír evoca nuestros días juntos, especialmente nuestras noches, esas veladas artísticas que temo no vuelvan. ¿Las repetimos aquí o allá, en ese París que parece haberte robado el alma?
Todo indica que no sola esa ciudad hermosa lo ha hecho, sino alguien que te está proporcionando, según noticias, una luna de miel de fuego. Debes saber, amigo –o mejor, recordar—que ninguna mujer, ni nadie, va a amarte y conocerte como yo, y si tolero eso (imaginar que “experimentas” con otro hombre , que lo “conoces” en sentido bíblico, sería intolerable) es porque las cosas son como son y no como uno desea, no siempre al menos.
Lo digo intentando aplicarme un poco de consuelo que actúe como “abogado del diablo” para quien, bajo este natural humorista y risueño oculta un profundo sufriente, como tampoco ignoras, habiendo aprendido a “leerme” tan bien (y no hablo solo de literatura).
Supe por Emilio Prado que durante tu estancia reciente en Torremolinos junto a esa dama ruso-parisina —si no me equivoco, de nombre Gala—se bañaban desnudos, y al menos a ti el sol ha conferido tal bronceado que los niños del lugar te confundían con un árabe, ¡tú, tan blanco de siempre!
También alguien me dijo que le habías hablado a ella mucho de mí, y que anhelaba conocerme, ¿es cierto? Supongo estará esperando encontrar ese “bicho raro” que indudablemente soy, y hasta quizá fantasea con una intimidad “a tres”, algo que sabes rechazo de plano.
A disgusto te comparto con esas que la vida pone en tu camino, y que siempre de algún modo te han apartado un poco de mí, pero si el precio a pagar para tenerte es amarte “en común”, ni modo, ni siquiera con alguien que, según se cuenta, significa mucho más para ti que las anteriores aves de paso.
Imagino la has adiestrado bien, y la llegado a conocer tus lados “débiles”, seguro que su lengua y sus dedos se introducen en ciertas zonas tan sensibles en ti y sin lo cual, recuerda, no logras excitarte.
Pero contarás más cuando nos encontremos de nuevo… ¿Por qué no en Nueva York? Te encantaría esa ciudad perennemente insomne, más que el París decadente. Allí expondré pronto en una galería financiada por extravagantes y plumíferos millonarios, y damas sofisticadas que compran todo lo nuevo… el invierno nos será grato, juntos otra vez.
Ya sé que Buñuel, a quien no veo hace tiempo a Dios gracias, ha corrido que tras mi viaje a Cuba ando totalmente “suelto”, ya sabes a lo que se refiere. Ignoro si es así pero lo que puedo asegurarte es que me siento cada vez más auténtico, más dueño de mí mismo y hasta…más andaluz.
¿Cómo no serlo, tras chocar con ese país maravilloso, con ciudades tan singulares como La Habana y Santiago —donde la luz refulge de otro modo—, con esas noches que no se parecen a las de ningún lugar del universo, esa impresionante bahía a la entrada de la capital (mienten quienes la comparan con Cádiz), ay…!y esos negros que clasifican entre los hombres más bellos (y fogosos) del mundo!…sin olvidar amigos para toda la vida como los Loynaz, Roig de Leuchsering o Cosme de la Torriente (gente tan preocupada por la igualdad y la justicia social).
Sí, querido amigo, si me pierdo que me busquen en Cuba, o quizá en Nueva York, donde te espero… allí, y en todas partes , pero te espero, siempre… no lo olvides: el amor que teme decir su nombre, en el caso nuestro lleva el de los dos.
Escríbeme largo,
eternamente tuyo,
Federico.
Agosto de1930.

Frank Padrón. Pinar del Río, 1958. Filólogo, escritor, ensayista, crítico de artes y comunicador audiovisual

Colabora sistemáticamente con la prensa periódica y especializada del país, entre cuyas revistas sobresalen El Caimán Barbudo, La Gaceta de Cuba, Revolución y Cultura, Cine Cubano, Nuevo Cine Latinoamericano y Temas. Ha obtenido premios y menciones, entre ellos: 13 de Marzo (en 1986 y 1987); Caracol de la UNEAC (en 1996 y 2002); el Premio de Periodismo Cultural en 1998; el Farraluque de Literatura Erótica (Premio en Poesía 1997, Mención en Cuento 2003) y el Razón de Ser 2004 de la Fundación Alejo Carpentier a proyectos culturales, por su work in progress: Hacia una teoría del cine “nuestramericano”, proyecto por el que mereció el pasado año una de las Becas de Pensamiento Bolívar-Martí auspiciadas por los Ministerios de Cultura de Venezuela y Cuba. Entre sus libros: Más allá de la linterna (ensayos, 2000); Eros-iones (cuento, 2001); Pura semejanza (poesía, 2004); La profesión maldita (ensayos, 2005); Las celadas de Narciso (2006, cuento), Conversación en la luz (poesía, 2006), Sinfonía inconclusa para cine cubano (ensayo, 2008) y Los latidos del espejo (poesía, 2009).