Realidad y substancia

Resumen del libro: "Realidad y substancia" de

Esta es una reseña del libro «Realidad y substancia» escrito por Antonio Escohotado y publicado en 2019 por la editorial Anagrama. La obra se enmarca en el campo de la filosofía y aborda el complejo problema de la naturaleza de la realidad y las categorías que utilizamos para comprenderla. El autor nos invita a adentrarnos en una visión dinámica y pluralista de la realidad, donde todo lo existente es considerado como substancia, es decir, como algo con la capacidad de ser y actuar de múltiples formas. Es importante destacar que esta substancia no es estática ni inmutable, sino que se encuentra en constante transformación a través de las relaciones que establece con otras substancias. De esta manera, la realidad se presenta como un proceso creativo y abierto, el cual no puede ser reducido a ninguna forma o esencia definitiva.

El libro se estructura en tres partes fundamentales. En la primera, se realiza un recorrido histórico desde los filósofos presocráticos hasta Kant, explorando el concepto de substancia a lo largo de este periodo. La segunda parte se dedica a analizar las principales críticas y alternativas surgidas en la filosofía contemporánea frente a la noción tradicional de substancia. Por último, en la tercera parte, el autor desarrolla su propia propuesta de una ontología relacional y dinámica de la realidad. En cuanto al estilo del autor, se destaca su claridad y didacticismo, aunque también se requiere una cierta exigencia y rigor por parte del lector. El libro está enriquecido con numerosas referencias a autores clásicos y modernos, así como con ejemplos tomados de la ciencia, el arte y la cultura en general. En definitiva, se trata de una obra ambiciosa y original, que proporciona una perspectiva renovadora y estimulante sobre uno de los temas más fundamentales en la filosofía.

Libro Impreso EPUB

A Carlos Moya, y muy especialmente a Pablo Fernández, debo el apoyo y —no pocas veces— los conceptos mismos que permitieron convertir el inacabable tractatus en un libro con principio y fin.

Prefacio

Y mientras nos preparamos a demostrar con palabras la naturaleza de las cosas, sin darnos cuenta hacemos lo contrario y demostramos las palabras con las cosas, tarea muy difícil si no imposible.

¿Qué nos queda? Un remedio extremo: que pienses por ti mismo.

F. Sánchez, Quod nihil sicitur (1581).

Del lugar donde se sitúe el observador depende que sea detectada o no una continuidad en la historia de la metafísica. Mirados desde la Tierra como centro, los planetas describen extraños arabescos; avanzan, se detienen, retroceden y vuelven a avanzar con caprichosos ganchos, irritantemente ajenos a las exigencias de un movimiento simple y uniforme, económico. Mirados desde el Sol como uno de los focos en una elipse, los planetas describen órbitas casi regulares y barren en tiempos casi iguales áreas casi iguales, evolucionando todos juntos en una danza armónica.

Tratándose de la metafísica, cualquier intento de ver allí algo distinto de la expresión que cada era se hace de una realidad sentida producirá de inmediato arbitrarios e irregulares arabescos. Establecer el centro real de las evoluciones —el problema ontológico— tropieza aquí, además, con algo paralelo a la vieja pretensión de mantener al astrónomo en la confección de calendarios y almanaques, sin aventurar hipótesis sobre lo que efectivamente pueda acontecer en el firmamento. Esa fue la postura de la academia antigua hasta Kepler, y a nivel filosófico ésa es la postura de la academia moderna, cuando quiere imponer una versión analítica al acto de pensar lo que hay.

El equivalente en metafísica a mirar desde el Sol es ver sus etapas como pormenores en el perdurable interrogante de lo que somos y dónde estamos, contenido primario del «conócete a ti mismo». Sea cual fuere el grado de certeza alcanzado por las respuestas —las metafísicas—, sin ellas el imperio de alguna facticidad se adueña de lo posible, lo necesario y lo real. Las ciencias llamadas exactas pueden decir mucho sobre dónde estamos, e influir destacadamente en lo que somos, pero por principio han de abordar estas cuestiones como abordaría un hombre de otro planeta el apretón de manos entre dos terrestres; esto es, tratando de descomponer el movimiento visible en fragmentos matemáticamente abordables, para poder formular ecuaciones que sometan a alguna ley el oscuro fenómeno. Marcando un claro contraste, en metafísica carece de interés lo que no se alcance por reflexión sobre una experiencia intuitiva propia o, si se prefiere, aquello que no sea exterior e interior al mismo tiempo, supuesto de un modo u otro en todo. Como corresponde a algo que empieza y termina en la intuición, allí el hallazgo es siempre un reconocimiento, un hallazgo de sentido, cuya novedad se agota en poner término a una inatención o a una amnesia.

Hacer filosofía primera puede definirse por eso como acto de prestar concepto a unas pocas palabras, cuyo contenido en cada tiempo indica la comprensión que el hombre tiene de lo que es. Si en vez de ir a esas palabras como signos de una pasada o presente experiencia quisiéramos fijar las condiciones a priori para cualquier experiencia posible (pasando así del terreno natural al trascendental, y del dialéctico al analítico), la historia de la filosofía se convertirá en una secuencia de monólogos arbitrarios e irregulares trayectorias; la erudición tratará de prestarles un ornamento análogo al que la crítica de arte procura a las obras artísticas, tal como el artificio de los epiciclos de Tolomeo reducía a círculos el errático discurrir de los planetas contemplados desde una Tierra supuestamente inmóvil.

Realidad y substancia: un libro de Antonio Escohotado

Antonio Escohotado. Jurista, filósofo, sociólogo y escritor español, Antonio Escohotado es conocido principalmente por sus obras dedicadas al estudio de las drogas. Doctor en Filosofía, Escohotado ha trabajado como funcionario del ICO, como traductor y también como profesor en la UNED.

Durante varios años de su vida, Escohotado cumplió condena en la cárcel por posesión de drogas. Fue en ese periodo donde inició la que es su obra más conocida, Historia general de las drogas (1999).

El autor ha escrito numerosos ensayos, género en el que se le considera una figura de referencia. El derecho, la filosofía y la sociología son sus principales temas a tratar, además de las ya mencionadas drogas, a cuyo estudio ha dedicado gran parte de su vida.