Cuentos de Lord Dunsany

Bethmoora

Lord Dunsany

Hay en la noche de Londres una tenue frescura, como si alguna brisa desmandada hubiérase apartado de sus camaradas en los altos de Kentish y penetrado a hurtadillas en la ciudad. El suelo está húmedo y luciente. En nuestros oídos, que han llegado a una singular acuidad a esta tardía hora, incide el golpeteo de remotas pisadas...
Barcos holandeses en una tormenta

El pobre Bill

Lord Dunsany

En una antigua guarida de marineros, una taberna del puerto, se apagaba la luz del día. Frecuenté algunas tardes aquel lugar con la esperanza de escuchar, de los marineros que allí se inclinaban sobre extraños vinos, algo acerca de un rumor que había llegado a mis oídos de cierta flota de galeones de la vieja España que aún se decía que flotaba en los mares del Sur por alguna región no registrada en los mapas...
Tormenta. Foto por Breno Machado en Unsplash

El huracán

Lord Dunsany

Me encontraba una noche solo en la gran colina contemplando una lúgubre y tétrica ciudad. Durante todo el día había perturbado el cielo sagrado con su humareda y ahora estaba bramando a distancia y me miraba colérica con sus hornos y con las ventanas iluminadas de sus fábricas...
Caronte transportando las sombras

Caronte

Lord Dunsany

Caronte se inclinó hacia delante y remó. Todas las cosas eran una con su cansancio. Para él no era una cosa de años o de siglos, sino de ilimitados flujos de tiempo, y una antigua pesadez y un dolor en los brazos que se habían convertido en parte de un esquema creado por los dioses y en un pedazo de Eternidad...
One day in Wasteland. Foto por Katarzyna Gonsior en Unsplash

En tierra baldía

Lord Dunsany

Sobre los marjales descendía la noche espléndida con todas sus bandadas errantes de estrellas nómadas y todo su ejército de estrellas fijas que titilaban y vigilaban...