Relatos realistas

Un par de medias de seda

Kate Chopin

La pequeña señora Sommers se encontró inesperadamente un día con que era la feliz poseedora de quince dólares. Para ella esa era una gran suma de dinero y la manera en que abultaba su viejo y gastado porte-monnaie la hacía sentirse importante como no se había sentido en años...

Cuento blanco

Manuel Díaz Rodríguez

La abuela estaba muy pálida y triste. Una fiebre sorda minaba su vida y hacía brillar extrañamente sus ojos bajo los cabellos albos. Reclinada en el cómodo sillón de respaldo muelle, veía hacia el patio lleno de luz, por donde se desparramaba en risas, charlas y juegos locos la fresca alegría de los nietos. Algunos […]

Lilas

Kate Chopin

"Unas cabezas de cofias blancas aparecieron de repente en las ventanas; ella les hizo un saludo con el quitasol y el ramo de lilas. Sor Marceline y Sor Marie Anne aparecieron, revueltas y expectantes en la entrada..."

La tormenta

Kate Chopin

"La lluvia golpeaba sobre el bajo tejado de pizarra con tal fuerza y repiqueteo que amenazaba con abrir una brecha e inundarlos allí mismo. Estaban en el comedor -la sala de estar- el sitio de todo uso. Colindante se hallaba su dormitorio, con el lecho de Bibi junto al suyo. La puerta estaba abierta y la habitación con su monumental cama blanca, sus contraventanas cerradas, tenía una apariencia oscura y misteriosa."

La muerta

Carmen Laforet

"Había sentido a su muerta. La había sentido, allí, en el calado corredor de la casa, en el rayo de sol que por el ventanuco se colaba hasta los ladrillos rojos que pavimentaban el pasillo."

Al colegio

Carmen Laforet

Vamos cogidas de la mano en la mañana. Hace fresco, el aire está sucio de niebla. Las calles están húmedas. Es muy temprano. Yo me he quitado el guante para sentir la mano de la niña en mi mano, y me es infinitamente tierno este contacto, tan agradable, tan amical, que la estrecho un poquito emocionada...
Salpicaduras de hielo. Foto por Mathew Schwartz en Unsplash

Resaca

Guillermo Cabrera Infante

Llegaron de detrás del dagame, proyectados de pronto contra la copa del árbol, extenuados, con el sol del mediodía encarnizado sobre sus cabezas pajizas y el polvo también pajizo ascendiendo desde la loma hasta diluirse en el aire, más allá de ellos. Eran dos...
Campo soleado. Foto por Philipp Reiner en Unsplash

Tandy

Sherwood Anderson

¿Qué harías si un desconocido te pusiera un nombre y te dijera que debes ser una persona especial? Eso le ocurre a Tandy, una niña que vive con su padre agnóstico en un pueblo aislado. El nombre y las palabras del forastero la acompañarán toda su vida, mientras intenta encontrar su lugar y su propósito en un mundo que parece no tener sentido. Tandy es uno de los cuentos más conmovedores de Sherwood Anderson, el maestro del relato breve americano. Un cuento que explora los temas de la soledad, la fe y el destino con una prosa sencilla y profunda.
El Valle de México desde el cerro de Tenayo

El hombre

Juan Rulfo

"Los pies del hombre se hundieron en la arena dejando una huella sin forma, como si fuera la pezuña de algún animal. Treparon sobre las piedras, engarruñándose al sentir la inclinación de la subida; luego caminaron hacia arriba, buscando el horizonte..."
Habana, Cuba. Foto por Ban Yido en Unsplash

Balada de plomo y yerro

Guillermo Cabrera Infante

"El Buick, negro, acortó la marcha y rodó una o dos cuadras más, hasta parquear sin ruido bajo un laurel que ocultaba el farol de la esquina y su luz..."
Tarde de verano en un lago, por Jean-Léon Gérôme

Laguna

Manuel Rojas

De aquella época de mi vida, ningún recuerdo se destaca tan nítidamente en mi memoria y con tantos relieves como el de aquel hombre que encontré en mis correrías por el mundo, mientras hacía mi aprendizaje de hombre...
Vicar's Close. Foto por Annie Spratt en Unsplash

Las puertas se abren a las tres

Guillermo Cabrera Infante

Arriba el sol era un hueco en el cielo por donde entraba el mediodía: el amarillo amarillo de los edificios pintados de amarillo y el blanco quemante de las aceras y el malva del asfalto y el negro de la pelambre de los gatos que dormían en los tejados y el azul de las niñas de los ojos de las niñas de azul...
León. Foto por Matthew Kerslake en Unsplash

La breve vida feliz de Francis Macomber

Ernest Hemingway

"Al caer la tarde Wilson y Macomber salieron en el vehículo con el conductor nativo y dos porteadores de armas. La señora Macomber se quedó en el campamento. Hacía demasiado calor para salir, dijo, ya los acompañaría por la mañana temprano..."
México. Foto por Dennis Schrader en Unsplash

Es que somos muy pobres

Juan Rulfo

"El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el techo de mi casa..."
Gaucho, por August Lohr

Biografía de Tadeo Isidoro Cruz

Jorge Luis Borges

"El seis de febrero de 1829, los montoneros que, hostigados ya por Lavalle, marchaban desde el Sur para incorporarse a las divisiones de López, hicieron alto en una estancia cuyo nombre ignoraban, a tres o cuatro leguas del Pergamino; hacia el alba, uno de los hombres tuvo una pesadilla tenaz: en la penumbra del galpón, el confuso grito despertó a la mujer que dormía con él..."
Un rato de tenmeallá, un cuento de Guillermo Cabrera Infante

Un rato de tenmeallá

Guillermo Cabrera Infante

"y entonces el hombre dice que ellos dicen que le diga que no pueden esperar mas y entonces y entonces y entonces mama le dijo que eran unos esto y lo otro y que primero la sacaban a ella por delante y el hombre le dice que no la coja con el que no tiene que ver nada..."

Nos han dado la tierra

Juan Rulfo

"No decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de hablar. Se nos acabaron con el calor. Uno platicaría muy a gusto en otra parte, pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se calientan en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello. Aquí así son las cosas. Por eso a nadie le da por platicar."

Viñetas

Guillermo Cabrera Infante

"No estaba muerto, pero ya no sentía: no estaba muerto todavía. Unos hombres le arrastraban por los pies. Desde el segundo piso lo bajaron a la calle por las escaleras y su cabeza golpeaba contra cada escalón. En uno de los escalones dejó un trozo de piel cubierto de cabellos que eran rubios en la punta y muy negros hacia la raíz"

El crepúsculo del diablo

Rómulo Gallegos

"Con ambas manos apoyadas en el araguaney primorosamente escabullado, el sombrero sobre la nuca y el tabaco en la boca, el Diablo oye aquella música que despierta en las profundidades de su ánimo, no sabe que vagas nostalgias. A ratos melancólica, desgarradora, como un grito perdido en la soledad de las llanuras; a ratos erótica, excitante, aquella música era el canto de la raza oscura, llena de tristeza y de lascivia, cuya alegría es algo inquietante que tiene mucho de trágico."

Nadie lo sabe

Sherwood Anderson

Nadie lo sabe es uno de los cuentos que forman parte de Winesburg, Ohio, la obra maestra de Sherwood Anderson. En este cuento, George Willard recibe una nota de Louise Trunnion que le invita a una aventura nocturna...