Delta de Venus
Resumen del libro: "Delta de Venus" de Anaïs Nin
Escritos a principios de la década de 1940 por encargo de un excéntrico coleccionista de libros que insistía en pedir «menos poesía» y descripciones más explícitas en las escenas sexuales, los relatos de Delta de Venus no vieron la luz hasta los años 1970. Ambientados en torno al París de la época e hilados por la aparición recurrente de personajes comunes de distinta importancia según cada cuento, ofrecen una visión libre de las relaciones humanas, en la que el erotismo y el ansia de placer no excluyen ni la belleza ni el sentimiento, ni la amistad ni la búsqueda de la autenticidad.
El aventurero húngaro
Hubo una vez un aventurero húngaro de sorprendente apostura, infalible encanto y gracia, dotes de consumado actor, culto, conocedor de muchos idiomas y aristocrático de aspecto. En realidad, era un genio de la intriga, del arte de librarse de las dificultades, de la ciencia de entrar y salir discretamente de todos los países.
Viajaba como un gran señor, con quince baúles que contenían la ropa más distinguida, y con dos grandes perros daneses. La autoridad que de él irradiaba le había valido el sobrenombre del Barón. Al Barón se le veía en los hoteles más lujosos, en los balnearios y en las carreras de caballos, en viajes alrededor del mundo, en excursiones a Egipto y en expediciones al desierto y África.
En todas partes se convertía en el centro de atracción de las mujeres. Al igual que los actores más versátiles, pasaba de un papel a otro a fin de complacer el gusto de cada una de aquéllas. Era el bailarín más elegante, el compañero de mesa más vivaz y el más decadente de los conversadores en los téte-á-tétes; sabía tripular una embarcación, montar a caballo y conducir automóviles. Conocía todas las ciudades como si hubiera vivido en ellas toda su vida. Conocía también a todo el mundo en sociedad. Era indispensable.
Cuando necesitaba dinero, se casaba con una mujer rica, la saqueaba y se marchaba a otro país. Las más de las veces, las mujeres no se rebelaban ni daban parte a la policía. Las pocas semanas o meses que habían gozado de él como marido les dejaban una sensación que pesaba más en su ánimo que el golpe de la pérdida de su dinero. Por un momento, habían sabido lo que era vivir por todo lo alto, lo que era volar por encima de las cabezas de los mediocres.
Las levantaba tan alto, las sumía de tal manera en el vertiginoso torbellino de sus encantos, que su partida tenía algo de vuelo. Parecía casi natural: ninguna compañera podía seguir su elevado vuelo de águila.
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Anaïs Nin. Nacida como Ángela Anaïs Juana Antolina Rosa Edelmira Nin Culmell, dejó una marca indeleble en la literatura del siglo XX. Nacida en Francia el 21 de febrero de 1903, de padres cubano-españoles, Nin trascendió las fronteras culturales y geográficas a lo largo de su vida. Tras una infancia marcada por el abandono de su padre, comenzó a escribir a la temprana edad de once años, una práctica que se convertiría en un componente esencial de su legado literario.
Su matrimonio con Hugh Parker Guiler la llevó a París, donde se sumergió en el mundo de la danza española y se convirtió en modelo y bailarina de flamenco. Sin embargo, la lectura de D. H. Lawrence y su encuentro con Henry Miller la inspiraron a seguir una carrera como escritora. Su relación con Miller, que se transformó en una correspondencia apasionada, y su papel en la vida de June Miller, su esposa, la involucraron en un mundo de experiencias eróticas y voyeurismo.
Nin exploró profundamente el psicoanálisis, siendo analizada por figuras destacadas como el Dr. René Allendy y Otto Rank. Trabajó como psicoanalista en Nueva York, y en este período se reencontró con su padre, Joaquín Nin, después de veinte años de abandono. Según sus Diarios, esta reunión desencadenó una apasionada relación incestuosa, un aspecto controvertido de su vida que ha sido objeto de debate.
A lo largo de su carrera, Anaïs Nin publicó obras vanguardistas influidas por el surrealismo francés, pero su éxito definitivo llegó en 1966 con la publicación de sus diarios. También se destacó como una de las primeras mujeres en escribir literatura erótica, con obras como "Delta de Venus", que rompieron barreras y exploraron la sexualidad desde una perspectiva femenina.
Anaïs Nin fue una figura clave en la liberación de la mujer y dejó un legado literario rico en introspección y exploración de la psicología femenina. Su vida personal y su carrera como escritora continúan siendo objeto de interés y análisis en la actualidad. Su contribución a la literatura erótica y su influencia en la exploración del yo interior la convierten en una figura icónica de la literatura del siglo XX.
