El escudo de Jotán. Cuentos reunidos

Resumen del libro: "El escudo de Jotán. Cuentos reunidos" de

Las ocho piezas reunidas en este volumen constituyen la práctica totalidad de la narrativa breve de Rafael Sánchez Ferlosio, excepción hecha de unos pocos relatos primerizos que el autor nunca ha consentido volver a publicar. No se incluyen aquí fragmentos ni pecios, sino únicamente relatos, fábulas y cuentos propiamente dichos, escritos a lo largo de más de medio siglo. Si los primeros se hallan en la estela de El Jarama, los más recientes establecen sutiles y a veces sorprendentes conexiones con los intereses y las obsesiones del Ferlosio ensayista, haciendo patente la genuina condición de narrador que late en todos sus escritos y que, a despecho de su parquedad como fabulador, lo ha consagrado como uno de los autores indispensables de la literatura española.

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NOTA DE LOS EDITORES

Aunque perteneciente a una generación de escritores pródiga en cuentistas excelentes (algunos de los cuales, como Ignacio Aldecoa, Medardo Fraile y Jesús Fernández Santos fueron buenos amigos suyos), Rafael Sánchez Ferlosio ha sido él mismo un cuentista ocasional, cuya contribución a este género —el del cuento o relato breve— apenas suma una docena de piezas, buena parte de ellas reunidas en el presente volumen, en el que se dan cronológicamente.

Conviene recordar, así y todo, que fueron dos cuentos los primeros textos publicados por el autor, muy joven aún, ambos en La Hora. Semanario de los Estudiantes Españoles: «El sueño» (núm. 6, 10 de diciembre de 1948) y «El caballero de oro» (núm. 41, 11 de diciembre de 1949). Poco después aparecería Industrias y andanzas de Alfanhuí (Talleres Gráficos Cíes de Madrid, 1951), libro que si bien suele pasar por novela, fue saludado cuando su aparición, no sin razones, como un «bellísimo collar de cuentos» (así lo describía Ramón de Garciasol en una reseña publicada en Ínsula, IV, núm. 58, 15 de agosto de 1951, p. 4). Por aquel entonces, Sánchez Ferlosio frecuentaba un grupo de estudiantes más o menos letraheridos que se aglutinarían en torno a Revista Española, fundada en 1953 por Antonio Rodríguez Moñino. En esta efímera pero fundamental revista, anunciadora de una nueva sensibilidad literaria en la España de la posguerra, Sánchez Ferlosio publicaría dos nuevos relatos: «Niño fuerte» (núm. 1, mayo-junio de 1953) y «Hermanos» (núm. 4, noviembre diciembre de 1953). En «Niño fuerte» se reconoce todavía al autor de Alfanhuí; el relato pertenece sin duda a la primera fase de la escritura ferlosiana, caracterizada, según él mismo, por la tendencia a incurrir en «la prosa», o sea la «bella página». «Hermanos», en un estilo mucho más realista, «roza de forma algo tosca la cuestión del enfrentamiento entre la ley y la sangre y el sentimiento de justicia, o sea, entre clan y ciudad, que no dejará de aparecer luego en varios ensayos del autor» (Dilo Manera, «Animales, piedras y un robo», El Archipiélago. Cuadernos de Crítica de la Cultura, núm. 31, invierno de 1980, p. 50).

Poco después se embarcaría Ferlosio en la redacción de El Jarama, que empezó a escribir recién terminado un relato en el que se prefigura ya el estilo de la novela: «De cinco a seis» (Ateneo, núm. 72, 8 de diciembre de 1954). La amplia resonancia de El Jarama tendría un impacto paradójicamente negativo en la trayectoria narrativa del escritor, quien, resuelto a eludir «el grotesco papelón del literato» que «se cernía como un cuervo» sobre su cabeza, no tardaría en sumirse en un prolongado y desconcertante silencio. Antes de eso, sin embargo, publicaría aún otros dos relatos, escritos en la estética objetivista que promovió Revista Española y que El Jarama consolidó: «Dientes, pólvora, febrero» (Papeles de Son Armadans, núm. 1, abril de 1956) y «Y el corazón caliente» (ABC, 20 de mayo de 1956).

Rafael Sánchez Ferlosio. Inició estudios de Arquitectura, y más tarde se licenció y doctoró en Filosofía y Letra en la Universidad Complutense de Madrid. Años más tarde, realizaría estudios en la Escuela Nacional de Cinematografía que dejaría inconclusos. Se relacionó con los círculos literarios d su época y fue codirector de Revista Española, formando parte más tarde del Círculo Lingüístico de Madrid. Publicó en 1951 por primera vez, guardando más tarde un silencio literario que duraría hasta 1974.

Ha colaborado en numerosos periódicos como Arriba, ABC, Diario 16 y El País, y en revistas como El Urogallo, Cuadernos Hispanoamericanos y Revista de Occidente, habiendo recibido varios premios periodísticos. Además de numerosos honores, ha recibido premios literarios importantes como el Nadal de Novela en 1955, el de la Crítica de Narrativa castellana en 1957, el Nacional de Ensayo en 1994, el Cervantes en el 2004, y el Nacional de las Letras Españolas en el 2009.

Falleció el 1 de abril de 2019 en Madrid.